Entre dos mundos (Crossover Twilight&TVD - Dosalie)

Capítulo 13

Pronto la normalidad regresó entre Damon y Rosalie, quienes volvieron a esa fase de su relación donde ambos fingían no querer darse cuenta de que estaban enamorados. Algo que sus familiares poco tardarían en hacérselo ver de una manera u otra.

Una noche en casa Salvatore, Rosalie estaba tumbada en la cama junto a un dormido Damon, intentando recordar cómo era soñar. De repente, todo a su alrededor tomó un color diferente, como si no fuera real. El vampiro de ojos azules se despertó y acarició su rostro.

-Damon...

-Shhh... No digas nada –susurró este justo antes de unir sus labios con fiereza.

Las caricias y besos se volvieron más apasionadas y Rosalie sintió una necesidad imperiosa de entregarse al vampiro del todo, de terminar rápido los preliminares para llegar ya a la mejor parte, a sentirlo dentro de ella.

La risa de Damon rebotó por toda la habitación y el sueño se desvaneció.

-No sabía si podría meterme en tu mente.
-¿Lo has hecho tú? –se sorprendió la rubia-. ¿Te has metido en mi mente?
-Los vampiros como yo podemos hacerlo, pero no todas las mentes son accesibles. No si están en alerta. No sabía si podría hacerlo contigo.
-¿Por eso has esperado a dejarme agotada a base de sexo?
-No es una mala forma de hacerlo, ¿eh?
-En absoluto –coincidió Rosalie lanzándose a sus labios-. Pero sabes que yo no me canso. Así que... ¿Por qué no terminamos lo que has empezado en mi mente?
-Hecho

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Por la mañana, Rose bajó a la cocina con la camiseta de Damon para prepararle algo de comer a este.

-¿Desayuno en la cama? -dijo Lily sobresaltándola.
-Ah, sí... No le importa que hoy no nos unamos a usted, ¿verdad?
-En absoluto, pero deja de llamarme por "usted".

Incómoda por estar tan poco vestida delante de la madre de Damon, la rubia se apresuró a regresar al cuarto de este.

-Tiene una pinta deliciosa, gracias –le agradeció el pelinegro-. Tienes hambre.

Y no era una pregunta. Los ojos de Rasalie que últimamente lucían marrones por su cambio de dieta, ahora eran completamente negros debido a su falta de alimento.

Damon se bebió su zumo de naranja de un trago, se mordió la muñeca y llenó con su sangre el paso, entregándoselo a la chica.

-Gracias –dijo ella, quien se dispuso a beber mientras observaba al vampiro desayunar.

-¿Cuánto tiempo vas a estar fuera? –preguntó él intentando no parecer muy apenado por tener que separarse.

-No lo sé, Damon. Un par de días a lo mejor. Hace tiempo que no veo a mis hermanas.

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La pareja bajó al rato cargando las maletas de la rubia, que para irse un par de días llevaba ropa para un mes, pero ella era así cuando se trataba de su preciada ropa. Nunca era suficiente.

Como Lily todavía estaba allí, Rosalie se despidió de esta y después de Damon, con quien compartió un beso que si no duró un cuarto de hora poco le faltó.

-Llámame cuando aterrices en Pensilvania.

-Claro –prometió ella dándole un último beso de despedida.

Damon fue a la cocina a lavar los platos.

-¿Habéis disfrutado del desayuno? –le preguntó su madre con una sonrisa pillina.
-Eh, bueno. Ya sabes que Rosalie no come.
-Comida humana no -dijo Lily para continuar tras ver la cara extrañada que le dedicó su hijo-. Ese vaso que llevas aún huele a tu sangre.