09

1.5K 154 104
                                    

ÚLTIMO CAPÍTULO

Mía.

—Mía, te lo dije pequeña, no puedes ni podrás huir de mi.

Cuando dijo eso mis sentidos se congelaron, volteé a todas partes pero lo único que veía eran árboles, pasto y unas ganas inmensas de salir corriendo de ahí.
Escuché pisadas sobre las hojas secas, mi cabeza me estaba jugando una broma muy pesada o de verdad él estaba cerca

—¿D-donde, donde estas? —Dicho esto mis ojos fueron hacia un gran árbol, ahí el estaba detrás, de nuevo con esa maldita máscara.

—¿Por qué insistes en escapar de mi, Mía? Somos el uno para el otro ¿no lo entiendes?

—Jeon, tu eres el único que no entiende, estas enfermo y-y necesitas ayuda.

—Solo te necesito a ti. Ven, acércate, no te voy a hacer nada, lo que parece sangre sobre mi ropa no es más que pintura -dijo haciendo un ademán para que me acercara.

¿Cómo era posible que a estas alturas en mi exista algo más que pena y miedo hacia él?

—No Jeon, solo quiero que me dejes en paz, quizás si te tratas y dices todo lo que has hecho y-yo, yo pueda estar contigo.

—No.

—Creo que nunca debiste nacer ¡bastardo! Tu madre debió abortarte, ¡eres un monstruo Jeon!

—No debiste decir eso

Mis piernas en ese momento recobraron vida, mis sentidos vinieron de nuevo a mi cordura.
Corrí, corrí tanto como pude pero el me estaba pisando los talones.
No sabía a donde corría ni a donde iba, el bosque es tan inmenso, tan profundo, solo me guiaba por instinto.

— Yo que tu no me acerco mas, mi pequeña.

No hice caso a sus palabras y de un momento a otro yo me encontraba colgando solo de una rama, debajo de mi había un río rocoso. Mi corazón palpitaba al cien, estaba llena de adrenalina y miedo

—Te lo dije -dijo echando a un lado la máscara.

Tomó de mi mano y con un poco de fuerza me alzó para caer de nuevo en la tierra, sobre él.

—Ten mas cuidado, no querrás lastimar al bebé -acarició mi mejilla.

—¿Cu-cual bebé? ¿de qué hablas Jeon?

—El que vamos a tener tu y yo.

Seguido de sus últimas palabras, me tomó con fuerza de las muñecas, las necesarias para deslizarme debajo de el.
Comenzó a besarme con fuerza, me estaba tocando otra vez. Tomó el cuchillo y en un vaivén de movimientos logró desgarrar el vestido.

—Tu eres solo mía, vamos a tener una familia, seremos felices -dijo con su voz entrecortada.

—¿U-una familia? ¿para que después nos mates?

Soltó un gran golpe sobre mi rostro, hizo que mi vista se borrara un poco pero aún así sentía como entraba y salía de mi con fuerza. Con mis manos débiles me sostenía sobre sus hombros, era inútil, todo estaba perdido.

—Eres hermosa Mía, eres perfecta, te amo.

Me cubrí con la poca tela que aún quedaba del vestido “blanco”. Me dediqué a mirarlo así como el a mi

—Prométeme que no huirás más de mi Mía -dijo acercándose a mi.

Aún tirada en él piso y sin apartar la vista de el traté de levantarme un poco pero un grito desgarrador proveniente de su garganta me hizo encoger

ᴜɴᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ʙᴜᴇɴᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora