Releo el documento varias veces, sigo sin poder creer lo que dice ahí. Son más de cien mil palabras que pueden resumirse en unas cuantas líneas.
Según la investigación de Bernard, mis padres realmente no son mis padres, sino Ángeles de segunda generación, específicamente parte de ESCAAPO (Escuadrón Anti-Apocalíptico); guerreros entrenados en la lucha contra cualquier amenaza que intente dañar la estructura de la balanza entre el bien y el mal. Y yo, fui adoptada por ellos en el segundo día de mi nacimiento. ¿La razón? Se supone que soy parte de la novena generación de los hijos de los siete Arcángeles y de Abraxas, el cual representa el bien el mal en un sólo ser. Además de que al parecer soy la portadora de "La lágrima del ángel".
Bernard aún no tenía idea de lo que significaba exactamente, también puso anotaciones sobre conversaciones en las que había intentado conseguir información de mis padres, sin revelarles los conocimientos que poseía. Le pregunté a Kaylah si sabía algo al respecto, la respuesta fue aún peor. Desde siglos se predijo la existencia de la Lágrima, nadie sabía cuándo ni dónde, ni mucho menos en quién aparecería. Podría haber sido tanto en un ángel como en un demonio. Esta Lágrima es la clave para abrir las puertas del infierno, lo que permitiría que los demonios salieran sin restricciones e invadieran el plano humano, desatando el caos, destruyendo todo rastro de vida hasta saciarse. Aunque también podría cerrarlas para siempre. Y no, no es de manera forzosa que quieran matarme, sólo buscan extraer la lágrima de mí, aunque para ello tuvieran que hacerlo. Según los antiguos escritos, La Lágrima del Ángel surgirá cuando mis emociones más oscuras emerjan, o cuando mi alma se vuelva totalmente pura.
En verdad deseo que esto sea una mentira. ¡El mundo no puede depender de mí! Es demasiada responsabilidad. A este paso me volveré loca.
Desde hace rato Kaylah ha estado reuniendo objetos, lo veo ir de allá para acá sin decirme nada. Quiero saber, aunque tengo miedo. Me atrapa observando sus movimientos.
—Ya casi termino —dice.
—¿Qué es lo que haces? —inquiero dudosa.
—Una invocación.
—¡¿Qué?! —Debe estar loco, trago saliva antes de hacer el siguiente cuestionamiento—. ¿A-a quién vas a invocar?
—A un demonio.
Me dejo caer en el sillón y en los próximos minutos trato de ignorar el ruido.
Kaylah aparece de nuevo frente a mí, me lleva a uno de los cuartos en la casa.
La luz está apagada, hay velas, incienso, flores... y otros objetos que intento no mirar.
—Bien, te enseñaré a hacerlo —dice. Ni siquiera tengo tiempo de reponerme de la impresión.
—¡¿Yo?! Estás loco si crees que voy a invocar a un demonio.
—Primero llamarás a Baal; una divinidad que te otorgará sabiduría —explica, sin importarle lo que le digo—, luego podrás invocar a Haures, ya que necesitas ser un mago, pero siendo sabia podrás hacerlo de igual modo.
—Pero yo, no quiero hacerlo—intento rehusarme—. Además, ¿quién es Baal, y quién es Haures?
—Rose, debes hacer esto o esperar a que te maten, tú decides. En cuanto a ellos, sólo necesitas saber que uno te otorgará conocimiento, y el otro nos ayudará a deshacernos de algunos estorbos.
Trago saliva.
—¿Q-qué tengo que hacer?
Él sonríe y me extiende una pluma. Es la más hermosa que haya visto en toda mi vida, su blancura es inigualable, dobla el tamaño de la de una paloma y es suave al tacto. Podría sostenerla por siempre, transmite mucha paz el sólo verla. Incluso juraría que brilla.
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KAYLAH (editando) #Wattys2017
ParanormalCuando mi madre me llevó a la conferencia sobre vocación para adolescentes a punto de graduarse del secundario, lo que menos sospechaba era que iba a encontrar allí al amor de mi vida. Claro está, tampoco imaginaba que ese amor no sería humano...