Capítulo 13

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Miramos extrañados a Haytmich, lo primero qe puedo pensar es que rayos se fumo este señor para andar diciendo tales incoherencias.

-¿Pero que dices Hayt?- dijo Peeta, tan confundido como yo.

-Se que es complicado entenderlo, lamentablemente saldremos ahora y solo pueden traer una persona cada uno con ustedes-

Quedo impactada, no puedo imaginar llevar a nadie más que a Prim. Pero me siento culpable, sabiendo que dejaremos sola a mi madre y probablemente muera de depresión.

-¿Cuanto... Cuanto tiempo tenemos?- pregunta Peeta con la voz quebrada.

Que mala soy pensando en a quien llevaré, sabiendo que Peeta tiene no uno sino dos hermanos. Además está su padre, a quien se que nunca podría dejar.

-Salimos en dos horas, se que es duro, pero no hay otra opción. Desde los juegos, ustedes son figuras públicas y aunque no lo quieran tienen una misión que deben cumplir.-

Vamos a casa. Ni Peeta y yo somos capaces de hablar. Hay mucho que procesar y muy poco tiempo. Sin embargo hago la pregunta la cual se que los dos tenemos miedo de hacer.

-¿Ya sabes, a quien... A quien vas a llevar?-

Peeta me mira y me doy cuenta de que esta llorando. Me arrepiento de haber hecho la pregunta, aunque se que era algo inevitable.

-Sí, Kat, lo pensé y decidí que quiero llevar a tu madre. Se que tú querrás llevar a Prim. Y no es justo que ella se quede sola, después de todo lo que le ha tocado pasar.-

Aunque en una situación normal me habría dado vergüenza y no es el mejor momento, no puedo evitarlo y beso a Peeta. Sin embargo no es un beso dulce ni uno apasionado sino uno triste, lleno de emoción. Dejamos de besarnos y Peeta me abraza con fuerza. Puedo escuchar y sentir sus lágrimas y en este momento se que jamás podría encontrar a alguien más dulce y atento que Peeta. Y se que Hayt tenía razón, ni viviendo cien vidas merecería a este chico.

en llamas (alternativo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora