¿Dónde está el maldito celular? Ni siquiera reconozco la habitación en la que me encuentro. Localizó el aparato y trato de levantarme de la pequeña cama, pero el brazo del chico desconocido me lo impidió. ¿Quién se duerme abrazando a una chica de una sola noche? Luego de unos cuantos esfuerzos puedo tener el celular en mi mano y pego un pequeño chillido de sorpresa. Marca las doce del mediodía y puedo observar que tengo cuatro llamadas perdidas de Ashley. Largo un suspiro de alivio al ver que no está muerta. La culpa de la noche anterior me invadió, ¿y si hubiera dicho todas esas cosas horribles en la cara de Ashley? ¿Cómo podía ser tan cruel? Dios, ella me había apoyado en el momento más difícil de mi vida y yo quejándome por idioteces. El muchacho se removió en su lugar sacándome de mis pensamientos y haciendo que reaccione.
- ¿Está todo bien? - preguntó inocentemente el adonis de la noche anterior-.
¿Como carajo había estado borracho y podía despertarse como si la noche la hubiera pasado jugando cartas con su abuela? Necesito esa fórmula, porque ahora mismo debo verme como un mapache con sangre en la cara. Agregando que mi cabello debe ser un pequeño nido de pájaros.
-Sí, todo bien, solo buscaba mi celular. – contesté mientras me levantaba de la cama-.
-Ooh, gracias por la increíble noche que pasamos desconocida. – dijo mientras despeinaba su cabello negro-.
Abrí los ojos como platos ante su respuesta. – Eso no es posible, ¿Nosotros tuvimos sexo?
-Nunca la había pasado tan bien- contestó sonriente-.
Sinceramente no me afectó tener sexo con él, es uno de los tantos chicos con los que estuve. No tengo una amplia lista de crush's, pero desde que descubrí a mi ex novio besándose con mi prima no me importó nada más que salir, tomar y acostarme con cualquiera que se me cruzara, al final, ¿para qué enamorarme si siempre me iban a romper el corazón? Ya nada importaba, iba a vivir la vida sin nadie que me la arruine.
-Eres un idiota. – las palabras habían escapado de mis labios, no quería contestarle así-.
-Un idiota con el que te acostaste.
-Como sea, no eres mi tipo.
-Por favor Audrey, todas mueren por mí, soy el típico chico malo del que todas se enamoran, ¿No crees? – contestó poniéndose su remera-.
¿Audrey? ¿Cómo sabía mi nombre? Si iba al instituto no lo sé porque nunca lo he visto.
- ¿Y tú cómo sabes cómo me llamo?, ¿Acaso eres espía o algo así? Nunca antes te había visto y creo que tú tampoco me conocías.
-Instituto Hesul, turno tarde cariño, un gusto, conozco a todos, aunque no me conozcan – dijo tomándome la mano en modo de burla-.
-Como digas, creo que ya me iré – contesté rodando los ojos y poniéndome mis zapatos-.
-Tranquila que yo te llevaré – dijo tomando mi brazo- tengo auto y dudo que a las niñas como tú les guste caminar, más si llevan unos tacos así de altos.
Lo miré con disgusto, pero igual acepté, lo conozco hace ocho horas y corro riesgo de que me secuestre y me venda a Bolivia como esclava, pero que más da. El viaje fue largo y silencioso, su cara había cambiado, parece que algo le había molestado, pero quién sabe que pasa por su cabeza, no me meteré en su vida.
Ya había llegado a mi casa, al fin, no soportaba más ese ambiente tenso.
-Es aquí, ¿no? – preguntó mirando mi casa-.
-Sí, aquí es, gracias por traerme chico y, por cierto, ¿Cómo es tu nombre?
-Thomas, Thomas Keeper – contestó mientras me bajaba del auto.
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Mi perdición más bonita
Romance¿Qué pasaría si te enamoraras del novio de tu mejor amiga? O aún peor: ¿Qué pasaría si fuera mutuo? Audrey Smith no sabía que, al cruzar la puerta de una fiesta desconocida, su vida daría un giro de 180 grados. Lo que parecía una noche de diversió...