CAPÍTULO 2

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-Ojalá pierdan, no estoy de humor para ir a esa fiesta – relata Ashley súper enojada-.

- ¿A que se debe tu tan repentino cambio de humor? Hace tres días eras tú la que me estaba insistiendo para que aceptara tu invitación y mírame, aquí estoy eligiendo el atuendo apropiado, ahora iremos, necesito despejarme – contesté buscando una blusa entre mi ropa-.

-Ya lo sé amiga, pero es a la primera fiesta que iré desde que pasó eso, ya sabes.

Hace 3 meses nuestro amigo Zack se fue del instituto y le organizamos una fiesta de despedida, Ashley anteriormente había cortado con el idiota de su novio y no tuvo mejor idea que ahogar sus penas con el alcohol. Al terminar la fiesta no lo pensamos dos veces y volvimos a nuestras respectivas casas caminando, ya que era de día. Fue la peor decisión que tomamos porque la estúpida que tengo de amiga cayó desmayada al piso. Cuando pasó eso no supe que hacer ya que también había tomado bastante y opté por tratar de despertarla, como no hubo tal respuesta de su parte me acosté y dormí a su lado. Luego de unas horas y después de todo ese alboroto desperté en una habitación color blanca y empecé a llorar preguntando por Ash hasta que me informaron que a la idiota le había agarrado un coma alcohólico y literalmente, estuvo doce horas muerta.

- ¿Puedes tranquilizarte? Estas aquí viva y nada te sucedió – contesté tratando de ocultar mi risa-.

-Deja de reírte estúpida y si tomo de más ya sabes que hacer.

-Si, ya lo sé, partirte una botella en la cabeza. Vámonos que ya vamos llegando tarde.

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Al llegar al partido pude observar lo lleno que estaba el lugar, porristas gritando al unísono DallasBasket, personas cantando y saltando, no sé si esto era un concierto o un simple partido de básquet, es ahora cuando me pregunto porque vine.

Los minutos pasaban rápido y los DallasBasket iban ganando, mejor dicho, ganarían y tendría que ir a la fiesta. No le prestaba mucha atención al partido ya que estaba mensajeándome con mis padres por el grupo que tenemos, comentaban que en dos días llegarían y eso era genial ya que tendría a alguien que me cocine.

***Tres horas después***

Efectivamente DallasBasket había ganado el campeonato.

Observé los restos de alguna sustancia desconocida en el vaso. No era gran fanática del alcohol, pero sinceramente preferí beber cinco vasos como éste, antes de caer en la realidad de que Ashley me había abandonado una hora atrás con la excusa de ir al baño, pero podía apostar con total seguridad que estaba besuqueándose con algún chico en una habitación desconocida. El mal humor se apodera de mi ser, además de ser abandonada como si de basura se tratara, los pies me duelen como el infierno ya que los tacones, elegidos por Ashley, son demasiado altos agregando que el vestido negro no me deja respirar con facilidad. Drake suena a través de los parlantes y puedo asegurar que la música llega hasta dos cuadras más adelante de la mansión donde me encuentro. Generalmente amo la música, pero en estos momentos siento mi cabeza explotar. Tal vez porque estoy increíblemente borracha, pienso. Decidí encaminarme hacia la barra, en un intento vano de encontrar a mi amiga. En el camino puedo observar cómo varias personas ya se encuentran en el piso vomitando o besándose en alguna esquina como si fueran a despojarse de sus ropas en ese preciso instante. Al no encontrarla en ningún lado, me resigné y salí al patio trasero en busca de aire. Realmente la acumulación de gente y el alcohol no era una buena combinación.

El patio, que cabe aclarar que es más grande que mi casa además de la gran piscina olímpica que se mantiene llena al ser verano, está vacío excepto por dos adolescentes fumando. Me senté en el borde de la hermosa piscina y agarré un cigarrillo de mi pequeña caja. No suelo hacerlo usualmente, solo cuando me sentía abrumada o aburrida, justo como ahora. Mire el agua cristalina justo debajo de mí, la luz de la luna se refleja en ella formando una especie de imagen para contemplar. Maldecí no estar lo suficiente coherente para sostener mi celular sin que caiga el agua y tomar una fotografía. Siento una persona sentarse a mi lado. Y rápidamente empecé mi discurso porque supuse que es Ashley.

-Así que decides dejarme toda la noche sola en una fiesta que no quería venir y después ¿te sientas a mi lado como si nada hubiera pasado? Eres increíble Ashley, no puedo creer que sigas arrastrándome a estas cosas con gente tan hueca y te emborraches esperando que yo te salve siempre el trasero tratando que no termines muerta o algo similar. Me cansé, maldita sea. Me cansé de ser tu maldito perro que te sigue a todos lados y cuida de ti sin esperar nada a cambio.

Me sorprendí cuando pensé todo lo que dije. Tal vez me había pasado. Me di vuelta para mirar a Ashley esperando alguna mirada de "perdóname por favor" pero en cambio, me encuentro con un apuesto muchacho. ¿Acaso mi soledad era más grande que mi cordura y estaba imaginando a un perfecto adonis? Me prometí a mí misma no volver a beber cosas cuyo nombre no pudiera pronunciar.

-Creo que no soy Ashley, y estoy casi seguro que no soy una chica. - dice el extraño con una perfecta sonrisa. Diablos, esa sonrisa podía iluminar hasta el rincón más oscuro de la tierra. Sin hablar de sus ojos oscuros como la noche pero que radian un brillo casi tan brillante como el que lleva la luna esta noche-.

Definitivamente me he pasado con el alcohol. Es imposible que un ser como él estuviera aquí conmigo y no divirtiéndose en su fiesta de niños populares con aires de superioridad.

-Perdóname, oh dios que vergüenza- digo, mientras cubro mi rostro con mis manos. Debo parecer un tomate en estos momentos. Agradezco mentalmente que Ashley no haya escuchado lo que dije. Mañana todo el enojo que siento se esfumaría, como siempre-.

-Hey extraña, no te avergüences, supongo que tanto enojo tenía que salir por algún lado ¿sabes? Yo también estaría enojado, esa tal Ashley parece fatal. - me quita las manos de mi rostro y me dedica una sonrisa. Pude sentir algo revolverse en mi estómago.

-No es fatal, solo estoy algo borracha y enojada. Mañana no recordaré el porqué de mi enojo y se pasará, siempre es así. - prendo otro cigarrillo, ofreciéndole a lo que acepta con gusto. No puedo creer que este compartiendo algo con alguien que no conozco, pero el chico parecía simpático y hace que mi humor mejore lentamente.

-Eso no está bien, cariño. - Me sentí morir cuando esas seis letras salieron de sus delgados labios, ¿por que me estoy fijando de cómo son sus labios? debo verme patética-.

- ¿Cariño? ¿Esa es tu forma de llevarme a la cama? El ríe por lo que acabo de decir. Dios, debía ser ilegal el sonido de su risa. Provocaba efectos en mí que no son lindos de mencionar.

-Si quisiera llevarte a la cama, ya estaríamos ahí hace más de diez minutos.

-Debo suponer que eres uno de ellos, ¿no? - dejo de hablar para darle una calada al cigarrillo- ¿Qué haces aquí, con una solitaria como yo? -.

Él vacila unos segundos antes de contestar. -Supongo que quiero estar solo y este es el único lugar en el que puedo aclarar mis ideas por un rato, sin escuchar a mis amigos hablar de cuantas chicas se llevarán a la cama esta noche.

Eso me hizo imaginar cosas de las que no estoy orgullosa, diablos no me importaría acostarme con él.

- ¿Y tú? ¿Piensas acostarte con alguien esta noche? - No sé cómo esa pregunta sale de mis labios, pero me arrepiento al instante.

- ¿Esa es tu manera de llevarme a la cama?- imita mis palabras de unos minutos atrás y río fuertemente-.

Yo solo me limito a sonreír sin separar mis ojos de los suyos. Se acerca lentamente hacia mi rostro, mi respiración se entrecorta y el corazón parece que se me va a salir del pecho.

-No me importaría llevarte a la cama esta noche.

Me besa como nadie lo había hecho antes. Nuestras lenguas se entrelazan y él me acerca lentamente hacia su pecho. Mantiene su mano en mi cintura mientras da pequeñas caricias en esa zona.

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Me despierto desorientada por la luz del sol que entra por la ventana, ¿no las había cerrado la noche anterior? Miro mi escritorio en busca de mi celular, pero me doy cuenta que no está. ¿Por que mi pared es de color azul? Oh dios, ¿Qué hice ayer? ¿Dónde está Ashley?

Me doy vuelta lentamente esperando lo peor y me encuentro con el mismo chico de ayer durmiendo plácidamente, y aún peor, sin camiseta. ¿Qué rayos hice?

Mi perdición más bonitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora