Bonus: Conociendo Italia (Parte 2)

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La madre de los hermanos Crispino no había dormido en toda la noche sabiendo que su hijo estaba afuera sin siquiera haber llamado, y siendo las tantas de la madrugada le era imposible pegar un ojo. Apenas escuchó el ruido de la llave entrando en el cerrojo, se levantó y se puso una bata para luego bajar por las escaleras del segundo piso y recibir a su hijo; pero lo que vio realmente le desagradó por completo.

-¿Estas son horas de llegar Michele?

Preguntó la mujer mayor de la casa cruzada de brazos, cuyos ojos morados estaban ardiendo en llamas clavados sobre el checo más alto. Lo conocía perfectamente, lo había visto en televisión en las competencias donde participaba junto a su hijo, siempre pegado a él y pareciendo que ni lo dejaba respirar.

El italiano con el corazón en su garganta, no tenía palabras que salgan de su boca, conocía perfectamente esa mirada y le aterraba sin saber cómo reaccionaría a esto con Emil. Tragó saliva, nervioso y apretando con fuerza la mano del checo que aún sostenía, y habló con una voz nerviosa.

-mamma... P...Puedo explicarlo.

-Adelante entonces. Entra ahora mismo y me explicas lo que ya vi.

Respondió la mujer de poca paciencia que no quería que el extranjero tocara el interior de su casa. Lo miró nuevamente a los ojos, notaba la culpa en sus ojos azules, y así quería que se sintiera.

-Y tu... Vete por donde llegaste. No te quiero ver nunca más por aquí y no te quiero ver nunca más cerca de mi hijo. ¿Está claro?

En ese momento, Emil soltó la mano de la mano de quien aún estaba enamorado, la sonrisa que tenía en sus labios la mayor parte del tiempo se había desvanecido por completo. Se sentía dolido al saber que esa mujer lo había rechazado a la primera, culpable por haberlo besado, y lleno de coraje como para poder enfrentarse a ella y defender que no se apartaría del italiano sin importar que.

La mayoría de las personas que lo conocían lo veían como alguien inocente y alegre que ante este tipo de situaciones solo agachaba la cabeza y asentía, como un niño al cual regañan. Quiso demostrar lo contrario, llenándose de valor para dar un paso al frente y tragando saliva, habló mirando a los ojos encendidos en llamas de la mayor.

-Lo siento, pero no lo haré. No puede pedirme que me aleje de él porque no lo haré. Con todo el respeto con el que me han criado, defenderé que amo a Michele y eso no lo va a cambiar nadie. Puede pedirme que me vaya ahora, pero no que me aleje de él, porque eso no pasará. Yo lo amo y él ya demostró que corresponde esos sentimientos, así que no puede apartarme de su lado sin siquiera conocerme.

Aquellas palabras solo enfurecían más y más a la jefa de la casa, quien solo escuchaba como lo desafiaban y solo provocó que con un tono seco y autoritario, lo echara de su casa antes de que lo siga desafiando.

-Lárgate de mi casa ahora mismo. No eres nadie para hablarme de esa manera, sin siquiera conocerte ya sé qué clase de persona eres; Solo un niño que cree saber lo que es el amor. Pero la realidad es que eres demasiado joven y no sabes lo que es el amor, así que lárgate de mi casa ahora.

Esa respuesta dejó bastante destruido al checo rubio, su argumento no pareció suficiente para convencer a la mujer de que no tenía malas intenciones, y ahora por culpa de eso, su ya oficialmente novio sufriría las consecuencias.

No dijo nada para no empeorar la situación, solo deseó buenas noches a ambos de manera cortés y se retiró de la casa sin decir más palabra, preocupado desde el momento en el que escuchó la puerta ser cerrara de forma brusca y con todas las fuerzas.

Por parte de la mayor, solo volteó a su hijo, y lo invitó a sentarse en la mesa del comedor de la casa para poder hablar del tema. El hombre aún tenía esa mirada de resignación y culpa que tiene un niño luego de que su madre lo regaña por haber roto algo, ese gesto mostraba cuanto le molestaba que su madre aún lo tratase como a un niño pequeño.

-Bien, ahora sí, soy toda oídos. Explícame quién era ese hombre y porqué te estaba besando.

Habló una vez ambos se sentaron frente a frente en aquella mesa en la cual desayunaban, almorzaban y cenaban.

-Se llama Emil y...

Fue interrumpido rápidamente por la mayor que con un tono serio y molesto habló.

-Sé quién es él, lo vi que no se apartaba de ti ni te dejaba respirar siquiera. Pero jamás me imaginé algo como esto. Sabía que me estabas mintiendo cuando dijiste que ibas a ir a ese lugar, al igual que tu hermana.

-me pidió ser su novio en el escenario delante de todos. Y dije que sí.

Fue lo único que dijo para hacer callar a la mujer, la cual quedó impactada por tal noticia repentina.

-¿Y con permiso de quién? ¿Acaso pensaste siquiera en consultarme? ¿Tuvieron aunque sea una cita?

-mamma, soy un adulto ya, no necesito pedirte permiso para esto. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y desde hace mucho siente amor por mí. Solo era cuestión de tiempo para que correspondiera.

-Es un adolescente, no sabe lo que es el amor. Ni tú tampoco. Ese chico crecerá, madurará y aprenderá lo que es el amor y te lastimará en el camino.

-mamma eso no es cierto. Mira, no te pediré mucho, solo quiero que lo conozcas, ¿De acuerdo? Vayamos todos juntos a ese restaurante que tanto te gusta para conocerlo mejor, sé que cambiarás de opinión sobre él. Si yo puedo amarlo como lo hago, confío en que tú podrás aceptarlo.

El italiano habló con un tono más relajado y sereno, con una pequeña sonrisa y una mirada llena de confianza que buscaba convencerla, y así fue. Resignada, la madre suspiró y asintió con la cabeza, odiaba cuando la convencían en este tipo de situaciones. Le daría una sola oportunidad al checo para saber que intenciones tenía con su hijo.

-muy bien... Tú ganas. Mañana por la noche hablaremos con tu padre e iremos a cenar para "conocer" al chico, ¿Bien? ¿Estás feliz?

La respuesta fue un abrazo por parte del joven hacia su madre en señal de felicidad por haber aceptado la propuesta. El abrazo no duró demasiado cuando la mujer lo apartó, aún molesta por lo que estaba ocurriendo.

-Ya, vete a dormir. Es muy tarde, ¿Si? Descansa.

Luego de que se fuera a su habitación, el italiano no tenía palabras sobre lo que acababa de ocurrir. Una vez encerrado allí, suspiró pesadamente sin saber que hacer ahora, había dado el primer paso para que su madre acepte la relación que llevaba con el checo, pero le sería costoso dar el resto de pasos.

Sus pensamientos se apagaron al escuchar su móvil sonar por un mensaje, el cual abrió rápidamente; Era de Emil.

"Lamento mucho haber causado que tu madre se enoje contigo."

Aquel mensaje lo hizo sonreír bobamente y respondió rápidamente.

"Descuida, lamento haberte hecho pasar por esto. Gracias por la velada, fue la mejor."

Hizo una pausa antes de enviar otro mensaje, se quedó mirando la pantalla del celular un momento pensando las palabras adecuadas que usaría.

"La convencí de tener una cena para que te conozca mejor, ¿Qué dices?"

La respuesta por parte del checo llegó más rápido de lo esperado.

"¡Cuenta conmigo! Di a qué hora y lugar y estaré allí. ;)"

Luego de leer la respuesta, soltó un pesado bostezo que le indicaba que tenía que irse a descansar luego del tan emocionante día que había tenido.

International LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora