Cuarenta y dos | Infidelidad.

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Sus manos recorrieron la oscura figura que tenía delante de él, la misma que se posicionaba sobre su regazo para continuar recorriendo el pálido cuello de Min mientras dejaba un par de rojizas marcas. Decir que el alcohol en sus venas era mayor a su razón era cierto, pues estando en sus cinco sentidos jamás le hubiese permitido a aquel chico marcarlo con tanta posesividad.

Compartió el amargo sabor a licor con el rubio sobre él, juntando sus labios una vez que terminó de probar la suave piel de Min con olor a la masculina esencia que ya poseía.

ㅡHyung... ㅡLas nerviosas manos del otro viajaron por el pecho de Yoongi hasta llegar a su entrepiernaㅡ, me gustaría darle una mano con esto...

La notable excitación en el pantalón del mayor le hizo darse cuenta de que, por primera vez en semanas, había logrado que su cuerpo reaccionara a algo más que el recuerdo de Jungkook en sus aniñados bóxers de Ironman.

ㅡJungkook... ㅡSus labios se entreabrieron con el único motivo de susurrar el nombre del chico que invadió su mente.

La vida de Min Yoongi era un revoltijo que ni él mismo era capaz de entender, el nombre de Jungkook se repetía una y otra vez durante sus días de soledad e incluso cuando estaba acompañado de Namjoon y Hoseok. Simplemente no lo entendía, las grandes bolsas debajo de sus ojos eran la mayor prueba que tenía de ello, pues sólo se cuestionaba si valía la pena pasar noches en vela para hablar con Jungkook.

La respuesta era un rotundo "no" por cualquier lado en que lo viese, la realidad de ambos era diferente a lo que el menor decía y también a lo que Yoongi había callado. La única oportunidad que tuvo se esfumó tan pronto como llegó, debía aceptar que no tenían ningún futuro que involucrarse la palabra "juntos".

Cualquier cosa que hubiese querido decir aquel rubio, fue abruptamente acallada por los labios del pálido, quien sentía no tener otro refugio y movía con desespero de éstos con tal de encender la llama una vez más. Sin embargo, lo único que trajo con tan salvaje beso fueron más recuerdos.

ㅡVamos, hermano. Es sólo un chico ㅡEl encogimiento de hombros en Namjoon le hizo creer que tenía razón, el sufrir por un niño que apenas sabía lo que quería, era sin duda, la estupidez más grande en toda su vidaㅡ. Hay otros mil como él.

El pelinegro no acostumbraba acudir a sus dos mejores amigos en cada aspecto de su vida, al contrario, creía que sus problemas eran eso, suyos. Por esa misma razón ninguno de los dos sabía de la extraña relación que mantenía con Jungkook ni tampoco que su pálido amigo le daba-inconscientemente-extrema prioridad al menor.

Patético.

Min, quien aún sentía las persistentes manos del otro recorriendo su pecho y abdomen, recordaba la tierna sonrisa de Hoseok y el ceño fruncido de Namjoon tras relatar de una manera breve la absurda historia con Jungkook algunas horas antes. Pese a terminar hablando del tema, se había debatido los pros y contras días antes, pues para él nunca había sido sencillo el conservar respeto a su sentir. No obstante, la insistencia y preocupación de los menores dio pie a todo lo que necesitaba decir en voz alta.

Andando. ㅡUna vez que terminó, se puso de pie y tomó la chaqueta que había dejado sobre el sofá frente a él, mismo en donde se encontraban Hoseok y Namjoon, quienes se miraron con cierta curiosidad ante lo último mencionado por su mejor amigoㅡ. No pienso quedarme a sufrir por un niño.

Por esa razón se encontraban ahora en una ruidosa fiesta universitaria, una a la que ni siquiera habían sido invitados.

ㅡMi nombre no es Jungkook, hyung... ㅡIgnoró por completo las palabras del chico, le bastaba con escuchar el meloso tono de su voz para darse cuenta de que no se trataba de Jungkook.ㅡ, mi nombre es...

WHO ARE YOU? | YoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora