Last Night

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Siempre fué considerado un gran filosofo, escribía sin parar en su tiempo libre, hasta cuando no tenía tiempo es que hacía lo posible para escribir.Tenía una pequeňa libreta guardada en la tercera estantería de aquel antigüo y sucio

mueble que le regaló su abuelo en su 8 cumpleaňos, aunque la estantería estaba repleta de libros, siempre elejía el mismo porque era como entrar de lleno en su propia historia. Había sido muy feliz en aquel tiempo donde nadie le decía que era mejor para su imagen, que debía de comer para mantenerse en forma, con qué tipo de gente relacionarse e incluso en que zonas salir para no dar que hablar. Ahora ya nada era como antes, siempre tenía que depender de alguien, de una persona que supuestamente le aconsejaba sobre todo lo que tenía que hacer desde que se despertaba hasta que se volvía a acostar. Odiaba profundamente que manejaran su vida, porque según él, "es lo unico que tenemos hasta que nos vamos", y realmente, era un buen filosofo porque casi todo lo que decía tenia lógica y sonaba bien, aunque a veces ... bueno dejemoslo en que a veces solo le faltaba una chispa para poder ponerse como un toro, era tan rudo hablando en algunas ocasiones que era mejor no dirijirle la palabra. Su personalidad era arrolladora, algo que le hacía atractivo para millones de mujeres en el mundo, y aunque su atractivo le acompaňaba por completo, su personalidad alegre, divertida y bondadosa enamoraba.

No solía tomar café por las maňanas pero esque ese día cuando despertó sintió que le apetecía tanto ... Una taza en la mano, día de lluvia y esa libreta donde escondía tan filosoficas canciones, que arrancaban el alma de cualquier persona que no careciera de ella, melodías que acompaňaban aquellas letras desgarradoras, contando historias reales y disparatadas. Un amor de verano o tal vez un paseo por el parque, y es que cualquier inspiración le ayudaba a escribir perfectas canciones, preciosas letras, magnificas melodias. Pero a él, bueno a él, no se le olvidaban esos ojos marrones intensos, rasgados con unas negras y marcadas pestaňas, unos labios carnosos acompaňados de una sonrisa preciosa, ese pelo volado por el aire, esas manos que se agitaban para saludarle desde la otra punta del estadio, y esque no podía olvidar esa cara, esa sonrisa y esa expresión que mostraba que era mas que admiración lo que sentía esa chica hacia él.

Cada vez que la recordaba, en su rosto se despertaba una sonrisa coqueta, e incluso se podría decir q sus ojos brillaban cual enamorado recordando a su princesa, pero no, él ni siquiera la conocía, no sabia su nombre ni donde vivía, solo conocía ese precioso rostro, y sabía que lo reconocería en cualquier luegar se este mundo porque se había quedado grabado detalle a detalle en su mente, y no podía olvidarlo. Recordaba la sensación que recorrió todo su cuerpo cuando impactaron en él esos ojos marrones, que lo decían todo sin tener que decir una sola palabra, y esas lágrimas de emocion recorriendo sus mejillas por tenerle a él a unos metros de distancia, sigue recordando que unas tremendas ganas de correr a abrazar a esa chica le invadieron por completo, y estubo a punto de soltar el micrófono y correr hacia ella, porque sentía que era una sensacion especial, era algo especial que había surjido de la nada y no se esperaba que pasara, por lo cual, hacía que pensara en ello cada 5 minutos.

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