Remember.

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Después de 5 horas de viaje, dos paradas y ser perseguido hasta por la carretera por docenas de paparazzis, Harry había llegado a la entrada de la ciudad de Essex. Maldecía haver tomado la decisión de no cojer un avión e ir en coche desde Alemania hasta Essex. Estaba cansado y agobiado por el viaje, pero emocionado a la vez, le invadian las ganas de ver a su familia, de abrazar a su hermana y a su madre y eso le compensaba todo el agobio del mundo.

Para él la familia era lo mas importante, siempre habían sido su apoyo mas fuerte, su pilar de fueza y estabilidad, pues a pesar de su fama, su familia era lo que le hacía mantener los pies en la tierra, y eso lo agradecía él y la sencillez a la que estaba acostumbrado desde que tenía uso de razón.

Con la radio a un volumen razonable y las ventanillas delanteras un poco bajadas para tomar aire, se aproximaba a entrar en Essex, donde estaba seguro que ya se habian enterado que él llegaba, y no se equivocaba, justo una calle mas abajo se veían de lejos como una multitud esperaba algo, mejor dicho a alguien, al famoso Harry Styles. Intentó acortar el trayecto metiendose por alguna calle donde no hubiese nada, pero las seňales de tráfico lo impedían. Ahora estaba mas agobiado por la situación pero intentó mantener la calma, pisar un poco el freno a medida que se acercaba a la multitud, para no daňar a nadie. No tenía ganas de pararse, de echo saludó sacando la mano por la ventanilla y una sonrisa desde dentro de ese Range Rover negro fué el unico gesto que lanzó a sus fans. Ya había pasado el mal trago o eso parecía porque al ver que Harry no paró entonces la multitud empezó a correr detrás de su coche, su agobió aumentó, y pisó un poco mas el acelerador. Giró la siguiente calle, miró para un lado para otro y de lejos, un cartel gigante donde seňalizaba una heladería, y él aňoraba poder estar ahí ahora, tranquilamente, con amigos, tomando un rico helado de fresa o nata o chocolate. Seguió hasta llegar a pasar por su lado, mirando con aňoranza hacía dentro de la heladería, siendo perseguido por una decena de chicas que le gritaban llorando que le amaban. Por un momento pasó por su cabeza la idea loca de parar el vehículo, bajar, comprar un helado e invitar a todas esas fans "Eso sería tan divertido, pero NO", pensó y le hizo sonreir esa loca idea. Justo en el momento en el que ese pensamiento se desvaneció, bajo un poco mas la vista y vió a alguien que le resultaba familiar, alguien que observaba su situación con cara de ironia y sorpresa, y se cruzaron sus miradas. "Dios es ella". La reconoció al instante, esa mirada que permaneció intacta en su recuerdo desde hacía dos días. La tenía ahí otra vez, a escasos metros, y le estaba mirando a él, otra vez se repetía la misma escena. "Es preciosa" pensó sin quitarle ojo, con el coche parado durante unos segundos en un semáforo ámbar. No podía dejar de mirarla, y sentía algo, un escalofrío, algo que no sintió nunca con tan solo mirar a alguien. Ella tampoco le quitaba ojo, durante segundos, fueron de él sus ojos y de ella los suyos.

Una vocina de un vehículo parado justo detrás le sacó se sus pensamientos y se giró para mirar el semáforo que ya estaba verde, lo cual quería decir que debía de seguir, pero no quería, no sin saber quien era, su nombre, su dirección, tal vez algo que pudiese mantenerlos en contacto, pero era una locura y él lo admitía. Aceleró suavemente girandose otra vez a mirarla "Tengo que conocerla". Y esque algo le decía que tenía que bajar de ese coche, pero la multitud se aproximaba, el vehículo de atrás pitaba, metiendole prisa, y era algo que odiaba, asique durante segundos lo dudó, pero siguió su trayecto acelerando un poco mas y saliendo de la calle donde se encontraba la heladería y lo que por un momento pensó que era la mujer mas preciosa que había visto nunca.

Last NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora