Centuries [#3] The Originals

22.-The bloody crown

"La corona sangrienta"

—¿Qué mejor vida te habría esperado si otro hombre hubiera sido tu padre? —escuché que Klaus le decía a Hope—. Todos los que me han amado han vivido para arrepentirse de ello. Pero sé esto mi lobita, haré lo correcto por tí.

—Yo no me arrepiento —dije entrando.

—Aún —le sonreí.

—Nunca me arrepentiría de amarte Niklaus.

Le di un pequeño beso y después cargué a Hope, jugué con ella durante un rato, hasta que un mareo me atacó.

—¿Estás bien? —negué.

—No, no he dormido bien, me siento cansada, no he tomado magia en días y ahora soy mortal, me pueden romper fácilmente. Además he estado estudiando un par de hechizos...

—Vamos amor, toma mi magia —tomé su brazo y comencé a tomar su magia.

Podía oír sus pequeñas quejas de dolor y sabía que debía parar así que lo hice aunque realmente no quería. Le entregué a Hope.

—Iré con Freya, tal vez pueda darme un hechizo más complicado.

—Está bien.

—Ah y Nik, por favor habla con Elijah ¿si?

—Tal vez —rodé los ojos y le di otro beso rápido.

Subí las escaleras para encontrarme con Freya, la cual estaba junto a Kol pero ninguno de los dos estaba precisamente calmado.

—¿Algo va mal? —pregunté al ver sus caras.

—Una orda de enemigos de Klaus se acercan a pasos agigantados a Nueva Orleans, amor —contestó Kol—. Así que estamos en problemas serios, ya sabes, pelea, mutilación, guerra, todas esas cosa que nos encantan a los Mikaelson.

—No he podido dormir, así que mi intuición me decía que algo no iba bien —dijo Freya con voz temblorosa.

Observé el mapa que marcaba el camino de los enemigos de Klaus, lo cuales se movían en dirección a Nueva Orleans como ordas de zombies.

—Ya somos dos Freya —terminé por decir después de imaginar la guerra que nos esperaba—, así que ¿Qué haremos?

Kol y yo bajamos a buscar las armas disponibles de la familia, mientras que Freya se acercaba más a saber dónde están exactamente los enemigos de Klaus, pues el nuevo mapa que estaba usando era del barrio, no del mundo.

Había ballestas, lanza estacas, pistolas con balas de madera, granadas de verbena y todo lo necesario para salir corriendo de ahí de ser necesario.

Ser mortal de nuevo me hacía extrañar ser vampiro, pues yo no era muy diestra con las armas mientras era inmortal, ahora que soy humana y sin super reflejos... debía ser un completo fiasco.