II.

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Tic-Tac-Tic-Tac

El maldito sonido del tic-tac lo tenía más nervioso de lo que ya estaba, y cada vez que alzaba la mirada para ver la hora del reloj que estaba colgado en la pared, parecía como si nunca avanzara.

Esta detención se le hacía eterna y estaba a punto de volverse loco.

Básicamente la detención consistía en quedarte sentado todas las horas que al profesor le conveniera y escribir un ensayo sobre lo que hiciste para llegar hasta allí, por qué lo hiciste y por qué estuvo mal.

La hoja de Levi estaba en blanco.

Bueno, ni si quiera había tomado el lápiz, ni tampoco tenía pensado hacerlo. Por otra parte, el profesor Erwin estaba demasiado entretenido leyendo un libro, cuando Levi leyó el título "Orgullo y Prejuicio." puso los ojos en blanco, cursi, pensó.

Luego de eso, al darse cuenta de que el rubio estaba tan distraído, se puso sus auriculares y le dio play a la música en su teléfono.

Erwin, a punto de llorar, conmovido por la dramática historia que estaba por terminar, fue interrumpido por una extraña y molesta melodía que venía de ¿Levi? oh, claro, traía puesto esos extraños aparatitos que se insertaban en el oído y reproducían música, los... como sea que llamen.

Se levantó y acercó hasta su único alumno castigado, sin hablar ni nada de gestos gentiles, tiró de uno de los auriculares del joven y aclaró su garganta antes de hablar, haciendo notar su presencia ante la ajena.

-Aquí no hay nada escrito.-

-No me había dado cuenta.-Respondió con evidente sarcasmo mientras apagaba la música.

-¿Acaso estás aquí sin razón alguna?.

Resopló molesto y fue a enfrentar al mayor.

-Mira, ¿por qué no lo dejamos simple? tú te vuelves a leer tu libro ese, y me dejas irme, fácil, todos salimos ganando.

-No es ese mi propósito.

-¿entonces cuál es?

-Quizás darte cuenta de que faltarle el respeto a tus mayores es malo.-Levi puso los ojos en blanco.-Ahí está, lo estás haciendo de nuevo.

-Escribir esta mierda no hará que cambie mi actitud.

-Quizás no, pero al menos te hará reflexionar, creo que eres lo suficientemente inteligente como para darte cuenta de tus errores.

-¿por qué?

-Porque yo creo que todos somos capaces, en especial tú, quién no sabe aprovechar esa grandiosa inteligencia que se te fue dada.

-Sí que sé como aprovecharla.

-Lo que digas.

Erwin le sonrió, Levi simplemente se le quedó mirando.

-¿Y bien?

-¿Y bien qué?

-No te dejaré irte hasta que escribas algo algo en ese papel, Akcerman.

Y volvió a su asiento, pero esta vez sin quitar su vista del azabache, quien esta vez tenía lapiz en mano y empezaba a escribir algo, tardó menos de cinco y se llevantó para dejar la hoja sobre la mesa del profesor.

-¿lo ves? te dije que eras capaz.-decía con una sonrisa, la cual fue desapareciendo a medida que leía el corto párrafo.

"Soy Levi, estoy aquí por faltarle el respeto a mi profesor Erwin Smith, quien cree que puede hacer un cambio en un estudiante como yo, ¿por qué lo hice? estaba desconcentrado, pensando en mis porquerías, sí, reaccioné mal, no lo haré de nuevo, no al menos con este profesor."

-¿Es ens... ay...-suspiró-.bueno, al menos es un comienzo, puedes irte.

-Gracias.-dijo, y fue a tomar sus cosas antes de salir rápidamente del salón, no sin antes despedirse con un "adiós".

Había estado esperando más de diez minutos en la parada y ni un puto autobús aparecía, no era de extrañarse, después de todo ya se estaba oscureciendo, no podía perder más tiempo, asi que acomodó su mochila y guardó todo lo que traía en sus bolsillos para echarse a correr.

Chocó con unas... ¿diez personas? estuvieron a punto de atropellarlo tres veces y dos perros lo persiguieron durante el camino, pero finalmente llegó a su barrio, respiraba levemente agitado, y esta vez comenzó a caminar, aún así algo nervioso y mirando hacia atrás cada cierto tiempo.

Al pasar por un callejón, alguien lo tomó por imprevisto y lo tiró hacía él, allí se encontró con otra persona, mientras que el tremendo hombre que lo había tirado dentro del callejón tomó sus dos muñecas manteniéndolas firmemente agarradas trás su espalda, sabía quienes eran, no podía resistirse.

Otro hombre parado al frente de él, tomó los cabellos del azabache y plantó un fuerte rodillazo en el estómago de Levi, quien se llegó a retorcer un poco.

-Dos horas, dos putas horas te estuvo esperando, será mejor que tengas una buena explicación, enano.

-Me mandaron a detención.

-¿A detención?.-soltó una risa burlona Frank, su "jefe".-¿el niñito no quiso hacer su tarea? Ja, no me vengas con mierdas, hace tiempo te dejé en claro que cuando te asignara un trabajo no podías andar haciendo otras cosas ¿no es así?.-esta vez llegó un puñetazo en su mejilla izquierda.-¿hablo en otro idioma? ¡Responde!.-otro golpe.-

-N-no.

-Muy bien, puedes soltarlo grandulón.

Levi se tambaleó levemente y escupió sangre.

-No volverá a suceder.

-Más te vale enano.-dijo sonriendo Frank, y se acercó a revolver los cabellos del azabache.-espero que esta sea la primera y última vez que me fallas. Ya saldamos nuestra cuentas, pero quedas advertido que a la próxima no sólo te llevarás una golpiza. Te avisaré para el próximo trabajo.

Dicho esto, se fue con su otro gran acompañante.

-Tsk, me la llevé fácil al menos.-se dijo mientras acomodaba su ropa y salía del oscuro y sucio callejón.

No había comido nada en todo el día, asi que fue a una tienda cercana, compró un café y un emparedado. Su única comida del día. Lo terminó rápidamente y ya un poco más tranquilo comenzó a caminar sin rumbo. En eso le llegó un mensaje.

Era de Frank.

"Los clientes volvieron, entrégales el producto, no me falles esta vez, enano."

Suspiró y fue al punto de encuentro con los clientes, era una especie de estacionamento abandonado, en donde el tráfico de drogas y la prostitución era lo que más se veía.

Se apoyó en una pared, y esperó, hasta que una persona se le acercó.

-¿Eres de Frank?.-Levi asintió.-Muéstrame.

Levi abrió su mochila, enseñándole el producto. El otro hombre tiró el fajo de billetes dentro y sacó la bolsa de papel que contenían las pastillas de extásis. Se fue rápidamente al igual que Levi.

Sí, trabajaba para un famoso traficante de su barrio.

Finalmente llegó a su casa, ya completamente de noche, a eso de las doce de la noche. Su tío estaba tirado inconsciente en el sillón, al menos no tenía compañía, tiró una manta sobre él y subió a su habitación.

-Vaya día.-suspiró, sentándose sobre su cama, mientras se desvistía hasta solamente quedar en sus boxers. Entró en la cama, y no tardó mucho en quedarse dormido.

N/A

¿qué tal? Lamento si esperaban que pasara algo más entre Levi y Erwin, pero siento que hubiera sido demasiado rápido.

Básicamente en este capítulo solo quería mostrarles un poco más de la vida de nuestro pequeño, y... eso xd.

Ok, me despido, besos <3

Corrígeme. [ eruri ] CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora