ᴍᴇʀᴛʜᴜʀ [𝖔𝖓𝖊-𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘]

Celos

Ahí estaba él, dormía tan profundo, que me era incapaz levantarlo, se veía tan tranquilo, en pocas palabras, estaba perfecto, todo en él era perfecto, pero sabía que era hora de levantarlo, o me mataría y me enviaría a limpiar los establos o peor. Así que tome coraje y me acerqué a un Arturo dormido.

— ¿Arturo?.- lo sacudió Merlin, pero no muy fuerte, pues temía que su majestad, despertará de mal humor y arrojase lo primero que encuentre, en la cabeza del joven mago.

Arturo se levantó al instante, se refrego los ojos, dejando ver a Merlin enfrente de él, de inmediato sus mejillas estaban enrojecidas.

Merlin preparó la ropa del príncipe, hizo exactamente lo de todos los días. Al terminar, se dirigió a ayudar a Gaius, cuando en el camino chocó con alguien, provocando que ambos cayeran al suelo, Merlin al levantar la vista, vio que la persona con quien se había topado, era un joven muy atractivo, su figura era esbelta, ojos marrones,  y cabello largo hasta el cuello, aquella figura, capturó a Merlín, quien se había quedado como un tonto mirando, hasta que una voz lo sacó de su trance.

— Gwaine

— ¿Qué?.- dijo confundido

— Mi nombre. Soy Gwaine.- dijo guiñando un ojo mientras reía

Cielos que risa más bella, pensé.

— Siento mucho lo que pasó. Soy Merlin.

— Yo, también lo siento

Cuando Merlin se dio vuelta para ir con Gaius, Gwaine lo siguió corriendo por el pasillo, mientras lo llamaba, El joven mago se detuvo.

— ¿Qué sucede?

— ¿Te puedo acompañar?.- dijo tímidamente

— Claro... Será bueno hablar con alguien

Después de ir con Gaius y hacer los deberes, Merlin iba a ver a Arturo, ya que este lo estaba buscando,  pero cuando llego para atender a su majestad, lo hizo con un hombre al que jamás Arturo, había visto.  Arturo miro de arriba a bajo al joven y cuando iba a hablar, Merlín, lo detuvo

— Antes de que hagas preguntas, él es, Gwaine. Estaba ayudándome con Gaius. Fue muy agradable estar con él.- al decir esto último se ruborizó, y el príncipe al notar esto, pudo sentir su sangre hervir. Para romper el hielo, Gwaine hablo, el ambiente ya se había puesto incómodo...

— Estuve ayudando a Merlín, y no debería regañarlo si se tardó en venir, debió ser mi culpa,  yo lo distraje.- al decir esto último dejo escapar una risita

Arturo sintió otra vez, el pulso acelerado y la sangre que le hervía, intentaba controlarlo desde que vio a Merlín entrar con este joven, estaba pensando que tal vez estuvieron pasando tiempo a solas, y eso en verdad le molestaba al príncipe, se supone que Merlín debía estar con él, no con un hombre al que acababa de conocer, Arturo estaba apunto de explotar, se sentía de una forma que jamás pensó. Sentía que quería arrancarle la cabeza del cuerpo, al pobre Gwaine.

— ¿Merlín, podemos hablar? A solas.- dijo remarcando lo último, Gwaine sólo asintió y se retiró de la habitación, y cuando por fin el nuevo amigo de Merlín se fue, Arturo habló.

— ¿Por qué?

Merlín lo miro confundido, no podía descifrar la cara del príncipe, y decidió acercarse a él. Rápidamente habló.

— No entiendo. ¿Qué sucede con usted? ¿Se encuentra bien su majestad?

— ¿Él te gusta, no? Porque, Merlin por amor de dios, ya no se como actuar, no se como controlar esto.- dijo reprimiendo un grito, pero fue un intento fallido, ya que se encontraba gritando.

— Arturo... Yo.- Dijo intentado encontrar las palabras, pero parecía inútil, ni siquiera sabía porque no podía hablar, y cuando por fin se armo de valor,  e iba a hablar, fue interrumpido por el príncipe.

— Merlín, tu... Tu me gustas.- dijo entrecortadamente. — Y no puedo controlar lo que siento, cada vez que estoy contigo, es como si siempre quisiera tenerte cerca, abrazarte para no soltarte, tampoco puedo explicar la forma en que mi corazón se acelera cuando estas cerca de mi, sentir que me falta el aire al escuchar tu cálida voz, perderme en tus ojos cuando me miras de esa forma única, es como sentir que quieres correr pero a la vez quedarte, como estar cerca del fuego, pero sentirte bien, intentar descifrar la forma en que haces que sienta miedo pero a la vez seguridad, y te juro, que ya no quiero esconderlo. Pasaría por el infierno antes de dañarte, porque eso, es lo que haces en mi, es una ola de emociones, que se adueña de mi. Es una batalla constante entre mi corazón y mi cerebro, uno dice que corra y sea feliz, mientras que el otro, analiza lo que podría pasar, dime. ¿Acaso estoy perdiendo la mente? Porque tu me tienes dando vueltas.

La habitación quedó en silencio. Hasta que Merlin respondió

— Eres un estúpido,  pero aun así.- dijo acercándose mientras colocaba una mano en la mejilla de Arturo.— Te amo.- dijo para luego unir sus labios con los del príncipe. Era uno de esos besos, cálidos y tiernos, donde el tiempo parecía detenerse.— Lamento que pensaras que me gustaba Gwaine. La única persona que me gusta, eres tú.- al decir esto beso la mejilla del rubio, y este al instante se sonrojo

— Pero para aclarar, tu eres mío.- dijo para volver a besar al joven mago.