4ta.

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El robot se vistió, y se dirigió a la sala. Escribió una nota para su dueño.

"Perdóname por irme de esta manera, pero es lo mejor para ambos...muchas gracias por todo".

La dejó encima de la mesa de la cocina, y retomó su camino hacia la puerta principal. Prefería irse de esa manera, que ver a Doyoung sufrir de nuevo por su culpa.

Tomó la perilla de la puerta y comenzó a girarla lentamente para que no hiciera ni el más mínimo ruido.

— ¿A dónde vas? - pregunta un Doyoung aún adormilado.

— Creí que dormías plácidamente, no quería despertarte - se excusa un Taeyong nervioso.

— No respondiste mi pregunta. -

Parecía que el profesor ya había despertado completamente, esa última oración fue dicha de manera muy seria. La situación empeoró cuando al mirar hacia la cocina, vio un papel con algo escrito, la nota de Taeyong.

— ¿Qué significa esto? ¿Cómo que te vas? - Doyoung se alteró, caminando rápidamente en dirección al robot que observaba el suelo.

El profesor tomó a su robot por los hombros y comenzó a sacudirlo fuertemente.

— ¡Respóndeme! - gritaba un exaltado Doyoung en mitad de la noche — Tú y yo tenemos algo, no puedes negarlo - comienza a decirle con voz temblorosa — No nos debe importar que - fue interrumpido.

— ¿Qué? ¿Qué yo ni siquiera sea un ser vivo? - Taeyong levanta su mirada hasta encontrar la de Doyoung, quien ya tenía lágrimas en los ojos.

— A mí eso no me importa, yo sé que te amo y sé que tú también sientes lo mismo  - dice el profesor un poco más calmado, soltando al robot.

— Sentir...ese es el problema. Yo no puedo sentir...jamás podría darte todo lo que te mereces - Taeyong aprieta sus puños con fuerza.

— Yo sé que puedes sentir...todo lo que hicimos, lo que hiciste, lo que pasó hace un rato...eso es algo que jamás pudiste haber hecho si no pudieras sentir - le asegura Doyoung tratando de acercarse al contrario, pero éste último lo evade.

— No...ni siquiera puedo sentir tu piel...No podremos estar así. - termina Taeyong.

Doyoung se encuentra delante de Taeyong, conteniendo sus lágrimas, mirándolo fijamente. Quiere acercarse, abrazarlo y asegurarle que entre los dos todo estará bien. Pero el robot termina alejándose.

— "Un robot no hará daño a un humano, o dejar que lo sufra"...- Taeyong empezó a citar las leyes de la robótica con dolor.

— Si no las quise escuchar en un principio ¿qué te hace creer que lo quiero ahora? - reclama el profesor.

— "Un robot debe obedecer las órdenes que le da su humano" - Taeyong continúa, y con esa oración Doyoung lo vuelve a interrumpir.

— Entonces te ordeno que no te vayas. ¡Te obligo a quedarte a mi lado! Nos amamos Taeyong, nada dice que un robot no pueda sentir. ¿Recuerdas que eres un resultado defectuoso? Ese es tu defecto, puedes pensar y tener sentimientos como los de cualquier otro humano, tal vez si investigamos más podríamos - el robot observaba al suelo, las palabras de Doyoung se penetraban en su sistema, quería ignorarlas, borrarlas pero no podía. De repente empezó a escurrir líquido de su rostro que mojaba la alfombra. Esta vez estaban adentro de su casa, no podía estar lloviendo ahí.

— "siempre y cuando éstas no entren en conflicto con la primera ley" - se escuchó un sollozo, en camino a convertirse en llanto...y ésta vez no era Doyoung.

Beating machine. {DoTae} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora