2da.

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Luego de aquella petición, el robot de cabellos rosas investigó en todo su sistema lo que eso conllevaba.

Doyoung se sentía feliz después de mucho tiempo, y en realidad que era mucho. El encontrar a Taeyong en aquel basurero pudo haber sido lo mejor que le había pasado en la vida.

El robot era curioso, se cuestionaba muchas cosas, maravillando a cada momento al joven profesor por su habilidad de expresarse como si fuese un humano. Y aunque Doyoung siempre tuvo unas enormes ganas de preguntarle a Taeyong si tenía sentimientos, hasta el momento no se había animado a preguntarle, y es que, ¿cómo es que un objeto podía sentir? Porque eso era, un objeto, y al pelimorado se le dificultaba recordarlo. Podría imitar o estudiar los sentimientos humanos cuanto quisiese, pero jamás podría sentirlos. O al menos de eso quería convencerse.

El robot exploraba cada rincón del departamento del profesor, estaba algo desordenado pero muy bien decorado. Aunque le parecía extraño que no tuviera ninguna foto enmarcada suya, o de alguna otra persona, solo fotos de paisajes u objetos.

— ¿Por qué no tienes fotos familiares? ¿O con tu novia? - pregunta el más pálido al profesor que se encontraba cocinando — En mi base de datos tengo registrado que todas las personas siempre decoran sus hogares con fotos de sus seres queridos - se escucha un ruido en la cocina que hace que Taeyong corra hacia ella.

A Doyoung se le había caído el sartén con aceite caliente al suelo. Y estaba llorando.

— ¿Qué ocurrió? - pregunta con un tono preocupado el robot.

Doyoung sollozaba, apenas pudo formular una oración.

— El aceite caliente comenzó a salpicarse y me cayó en las manos, me duele - dijo mientras se limpiaba los ojos.

Pero Taeyong pudo ver que Doyoung no lloraba por eso, no podía llorar cuando  ni siquiera tenía marca alguna de quemadura. Y comenzó a pensar que tal vez Doyoung no tenía seres queridos y por eso lloraba. Entonces lo rodeó con ambos brazos y lo pegó a su pecho, en un abrazo.

El profesor se sorprendió, porque a pesar de que el cuerpo de Taeyong era frío y firme, él lo sentía cálido y suave. Jamás se había sentido tan feliz.

Comenzó a escuchar rápidos latidos, abrió los ojos por la sorpresa, sin despegarse del pecho ajeno, pero solo era su propio corazón acelerándose, dando lugar a un sonrojo que hizo que se aferrara a Taeyong. En ese momento, por primera vez, la cabeza de Taeyong le aseguraba que no estaba defectuoso.

La ciudad donde vivía el profesor era tan pequeña que todos se enteraban de todo rápidamente. Tardó menos de un día para que todos supieran que el humilde y solitario profesor ya no estaba solo. Y se alegraban por ello.

Conforme pasaban los días, Taeyong cada vez conocía mejor a su humano.

Conforme pasaban los días, Doyoung cada vez caía más por su robot.

Y es que la autenticidad que tenía el pelirosado era fenómenal. El profesor siempre veía a los robots de los demás como objetos que caminaban a su lado, con el mismo rostro inexpresivo y siempre obedeciendo a sus dueños. Pero Taeyong siempre lo sorprendía con las diferentes expresiones que hacía y las inesperadas reacciones que tenía ante lo que le pedía. Incluso llegó a pensar que tal vez era humano, pero de no ser porque un día tuvo que arreglar algunos circuitos de su sistema operativo, todavía seguiría dudando. Aún así, Doyoung y Taeyong tenían una conexión especial que iba más allá de un dueño y un sirviente.

El profesor era muy expresivo con su robot, cada que tenía oportunidad lo abrazaba por la espalda mientras éste hacía diferentes cosas (por lo regular limpiando). Taeyong sabía que era una muestra de afecto muy común entre los humanos, y a pesar de que no debería sentir nada, él se sentía muy acelerado por dentro.

Había días en los que Doyoung llevaba a Taeyong de la mano, a la universidad o al parque a pasear. Todos los volteaban a ver y a menudo eran el tema de conversación entre las personas del lugar. Pero el profesor prefería verlo como simple envidia hacia su perfecto robot. Era lo mejor para él.

También el robot de cabello de algodón era el que tomaba la iniciativa y besaba a Doyoung en la mejilla. Le gustaba imaginar cómo se sentiría aquel tacto de sus labios contra la enorme mejilla de su profesor, lo más probable es que fuera tan suave como decían que era la seda. Uno de sus pasatiempos era descansar su cabeza en el pecho del joven pelimorado, el sonido de su corazón yendo cada vez más rápido le encantaba, el robot pensaba que dolía pero a pesar de eso de seguro era satisfactorio y algo que sin duda le gustaría sentir.

Todos sus días eran de esa manera.

Doyoung mostrándole cariño a Taeyong y Taeyong haciendo lo que tiene en su base de datos con la palabra 'cariño' a Doyoung.

Pero llegó a un punto donde ya no pudieron soportarlo más.

Fueron a caminar al parque, como de costumbre. Ambos tomados de la mano. Era una tarde perfecta, estaba nublado y con un viento anunciando la lluvia próxima, el paisaje en el cielo era de enormes nubes grises y espesas.

Se detuvieron a descansar en un árbol, dejándose caer en el pasto. Taeyong recargó su cuerpo en el tronco y estiró sus piernas para que Doyoung recostara su cabeza en su regazo. Éste último tomó una de las frías manos del pelirosa y la posó en sus cabellos morados, haciendo que rascara tiernamente su cabeza.

Mientras estaba recostado, Doyoung comenzó a hablar, llamando la atención de su acompañante.

— Taeyong, he querido decirte algo desde hace un tiempo - dijo con los ojos aun cerrados.

— Dime, Doyoung - la máquina detiene su masaje en la cabeza del contrario, haciendo que el profesor por fin abriera los ojos.

Doyoung se reincorporó y se sentó, situándose al lado de Taeyong, tomando y mano y entrelazando sus dedos. Desde que el robot llegó a su vida, El profesor olvidó el tacto cálido y suave humano y prefirió el frío y firme sentir de Taeyong. Dejó de quedarse en casa encerrado y en silencio para salir a dar paseos y responder las dudas que a su robot le nacían. Comenzó a dejar de sentirse solo, para vivir con alguien a su lado.

— Me enamoré de ti, Taeyong -.

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Solo son 3 partes así que ya solo falta uno para terminar.

Foto del robot perfecto de esta historia (?)

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Foto del robot perfecto de esta historia (?).

Beating machine. {DoTae} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora