Mi nombre es Diden y soy infeliz. Vuelvo de mi sueño todas las mañanas desando nunca despertar y he encontrado el delicioso sabor de la violencia y la depravación humana dentro de las palabras. Amo la literatura, pero amo más cuando va a acompañada de los más bajos sentimientos humanos, reniego de las personas que no se atreven a aceptarlos. No diré mi edad para no entrar en detalles, solo diré que aún soy joven, vivo en un pequeño cuarto en un edificio de huéspedes, no tengo familia alguna y no quiero tenerla.
Pero no hablaré más de sentimentalismos, iré al grano, quiero que ustedes lean esto y les haré una recomendación: nunca idealicen el amor; es más nunca piensen en el amor de manera romántica, eso es malo, al final siempre saldrás herido o herirás a otras personas.
He visitado ese mundo que está debajo de mi escritorio unas dos veces. Ahí no he visto a nadie, pero puedo decir alegremente que es el único lugar donde me siento seguro. Los árboles alcanzan, a mi parecer, los cincuenta metros de altura y su color azul los hace hermosos. El terreno se mueve a mi placer, desniveles y montañas han desaparecido tras mi paso, sin embargo no he viso señal de vida.
Recientemente me enteré que mi jefe, en la empresa donde trabajo, piensa seriamente en cerrar el negocio. Mi preocupación me ha impedido volver a ese mundo. Además ella pareció hace dos semanas y compré una libreta para poder manifestar mis sentimientos sin acosarla.
Comenzaré entonces platicando los primeros días desde la muerte de mi padre. Su corazón se debilitó desde la muerte de mi hermano mayor, su favorito, aunque lo haya negado siempre. Él quiso hacernos sentir bien a ambos, nunca lo logró. Aplaudía los aciertos de mi hermano y reprendía mis errores, nunca al revés. Mi hermano el mejor en su clase, yo hacía lo que podía. Él me ganaba hasta en edad, dos años mayor, pero eso nunca me importó. Me acostumbre a perder ante él, es más, me enorgullecía tenerlo como hermano.
El sueño de mi padre era tener un hijo médico, era obvio la medicina tenía que ser el camino que mi pa’ le escogiera a mi hermano y eso me agradaba, me liberaba de toda carga impuesta por mi padre. Pero la medicina no era para él, de hecho no sabía lo que en realidad era para él. No tenía una sola meta en su vida, pero si la hubiera tenido, estaba seguro que la medicina no era su mejor opción. Las malas amistades pasaron a perjudicarlo, de igual manera la relación con mi padre se deterioró y yo me sentí muy alejado de ellos, un tiempo después entré a la facultad de medicina, apenas dos semestres después mi hermano murió en un accidente de tráfico. Él estaba ebrio.
Mi padre cayó en cama, enfermo de eso que les da a los padres que pierden un hijo y a los dos meses murió. Yo no pude seguir estudiando y conseguí un trabajo, renté la gran casa de mi padre a un buen precio, lo suficiente para que con la mitad consiguiera un cuarto a penas para mí y con la otra mitad pagara mis cosas. De hecho si no trabajara, no sucedería nada conmigo, no sería ni pobre ni rico, pero que haría entonces, aburrirme en el pequeño cuarto en el que vivo.
Esto que les cuento pasó hace aproximadamente cinco años, hoy trabajo en una fábrica que hace envolturas para chocolates, y a veces me deprimo, de vez en cuando consigo los servicios de mujeres rentables y acabo con mi sueldo, otras veces escribo como cuando era niño.
Nunca he tenido novia y las féminas nunca han querido un novio, o eso es lo que me han dicho. En realidad no soy feo, considerando la media, pero no soporto callar verdades, soy un poco cruel, raro y a veces hasta psicópata. Bueno olviden lo último. En fin, como dije hace un tiempo descubrí el mundo que se oculta debajo de mi escritorio, he tratado de resolver ese enigma de la manera más correcta pero no logró entender cómo es que solo logro ver ese agujero cuando me pongo debajo del escritorio.
ESTÁS LEYENDO
Molony
Ciencia FicciónDiden, un chico rutinario obsesionado con el orden, vive en el quinto piso de un edificio para huéspedes, dónde su mayor problema es un molesto vecino. Un día descubre que un desgarro dimensional se esconde bajo su escritorio. Desde ese momento se a...