El sol sale...

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Esa noche de la fiesta fue maravillosa, pero no por el trío que hicimos la chica, el muchacho y yo, sino  que fue porque nunca me había fijado los hermosos ojos verdes de Chris, bueno  al comienzo de esta historia te comenté lo que este muchacho me provoca, sin embargo no te describí cómo es él. Si a ti lector, ¡A ti te hablo!...

Te contaré cómo nos conocimos, fue un domingo por la mañana, por un caso especial me tocó asistir a la iglesia porque una amiga me pidió. Entré y bueno me enfoque en lo mío, me gusta observar, pero no interactuo más de lo necesario con las personas, me da ese no sé qué la subjetividad y lo obtuso que son esas personas... Bueno no solo ellas, las de la iglesia, si no las personas en general, por supuesto que no voy por la vida contándoles lo que pienso acerca de ellos, simplemente guardo silencio, en fin. Estaba el sentado al otro lado del templo igualmente enfocado en lo suyo con cara de niño bueno, llego el momento de pasar a dejar las ofrendas al frente y estaba detrás de mi , ni él ni yo nos percatamos de nuestras existencias el uno del otro, pero cuando terminé de pasar a dejar mi cuota se cruzaron nuestras miradas, se me erizó la piel y quede perpleja, era alto  como de un metro ochenta, hombros anchos, labios gruesos, pero claro mi cerebro me detuvo de inmediato, nos encontrábamos en un templo, así que continué mi camino de regreso a mi lugar, él no me quito la mirada de encima desde ese momento. Terminó el culto y salí, él se me acercó, pero sin embargo no fue más que un salido ligero, me debía marchar de inmediato, estaba acompañando a mi amiga, por lo tanto debía comportarme... Luego de eso me lo topé en un par de ocasiones, pero no fueron más que miradas, me imagino que mi amiga Tiffany  lo invitó a la fiesta que te conté antes, quizás por eso llego a mi fiesta, la verdad no lo sé...

Solo después de ese primer beso, fue que me percaté de la belleza de sus ojos, en cuales me quedo atrapada cada vez que los veo, ahí, durante ese beso puedo tocar por primera vez sus manos, su espalda y brazos, ¡OMG! es tremendamente atrapante ese hombre, ese beso fue tan maravilloso, como cuando un bebé succiona por primera vez el seno de su madre y recibe por primera vez ese alimento nutritivo que le permite soñar y vivir....

Pensar en sus deliciosos labios gruesos, su perfecto mentón y ojos verdes, su cabello oscuro, su piel clara, sus gruesos y duros brazos, la suavidad de sus manos, y lo cauteloso y preocupado que es para besar, esa ternura y pasión que agrega, su lengua dentro de mi boca, y su respiración caliente en cuello... Es lo que me excita, me aloca, me desorbita y me hace vagar por el universo, con un roce de su cuerpo, se enciende mi piel, mi cuerpo le llama, me humedezco y mi respiración se agita.

Con él solo nos hemos visto un par de veces, hemos almorzado juntos, salidas a caminar, y un par de ocasiones más, nos hemos besado de manera locamente apasionada, pero jamás hemos copulado, si hemos estado muy excitados, nos hemos acariciado parte a parte nuestros cuerpos, por sobre su pantalón he podido sentir las erecciones que le producen mis besos y caricias, su respiración agitada en mi cuello y orejas, me permiten percibir de lo que causo en él. Sé que ambos nos deseamos lujuriosamente, y que ambos queremos saciar esos deseos carnales, pero no sé qué es lo que nos detiene.

Las veces que hemos compartido juntos, hemos hablado acerca de nuestros gustos personales, y formas de vida y pensamiento, lo que me llama la atención es que él es como yo, no sigue tendencias, sale del esquema no tengo patrones para  saber cómo actuar con él, pero no en el sentido de fingir, sino en el sentido de manera de ser. Lo único que sé es que el me permite vivir y ser quien soy libremente sin excusas y formalidades... Hemos intercambiado nuestros números de teléfonos y eso nos ha permitido tener más comunicación, claro de vez en cuando una que otra videollamada caliente, en donde comenzamos con saludos normales, y luego  de la nada terminamos hablando de sexo, quitandonos la ropa frente a la cámara, y autosatisfaciendo nuestros seres, yo acariciando mis senos mientras lo escucho a el gemir, ver como se erecta su pene, mientras yo le enseño a través de la cámara lo mojada que me pongo con él, y ahí es cuando comienzo uno a uno juguetear con mis dedos en mi vulva e introducir una en mi vagina, simulando que soy penetrada una y otra vez por él, mientras él me dice cosas que me hacen excitarme más y más mientras él se toca y masturba, y gime de placer y excitación al verme a mi acabar.... ¡Awww él me fascina, se me derrite la boca cuando él me besa, se me derrite la piel si me toca él!...

Simplemente no lo séDonde viven las historias. Descúbrelo ahora