Un año maravilloso...

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Un día estando en la universidad me encontraba estudiando en la biblioteca, cuando apareció mi guapo profesor de matemáticas, era un hombre de estatura promedio, moreno, rasgos bien definidos, lindos ojos verdes, con manos grandes, era un tipo joven de no más de 33 años... En fin, yo estaba sumergida en los libros y haciendo diagramas de flujo de los conceptos más importantes, él se me acercó y me invitó a un café, lo acepté.

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Después de esa tarde y la larga charla acerca de un montón de temas, quedamos en juntarnos nuevamente y seguir aquella charla, en efecto, fue así hasta el nivel en que un día me invitó a su yate en Miami, y acepté. Cuando llegamos ahí nos servimos unas cuantas copas, y entonces la cosa se puso interesante, hasta ese momento no sabía que era soltero, el día estaba hermosísimo, un sol radiante, las agua calmadas y estábamos solos.

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Se nos subieron los tragos a la cabeza, nos acaloramos, y nos quitamos la ropa, él clavó su mirada en mis pechos, se me acercó y olía a seduction de Antonio Banderas, sus manos eran suaves, pues me pude percatar de eso cuando comenzó a acariciarme los hombros y las espalda, me recostó en la cama y comenzó a masajear mi cuerpo, haciendo movimientos circulares con sus yemas en mis piernas, luego tomando con firmeza mis glúteos, suspirando en mi espalda, un suspiro tibio, excitante, que me gritaba sus deseos infinitos de devorarme... Luego me di vueltas le miré de pies a cabeza y comencé a acariciar sus pectorales, besar su cuello pasando mi dedo índice por entremedio de ellos recorriendo su abdomen hasta llegar a su pene. Bajé besandole su cuerpo hasta meter su pene mi en boca, comencé a succionar con ansias y profundamente lograba sentir como su glande tocaba mis amigdalas, me excitaba más aún cuando eso sucedía, mientras tanto una de mis manos atravesaba por entre sus piernas y sujetaba con firmeza trasero, para así poder presionar y poder darle mas placer, luego lo saqué de mi boca su comencé a lamerle a lo largo y rodeando su glande, soplé y volví a meterlo en mi boca, y cuando él estaba a punto de acabar, lo masturbe hasta que se fue en mis senos... Mientras el se reponia, comenzó a masturbarme y en conjunto a lamer mi clitoris, besar mi bulba, me hizo gemir como nunca antes, con la otra mano acariciaba mis senos, se notaba que le tipo era muy diestro en lo que hacía. Cuando al fin estuvo listo me puso en cuatro y comenzó a penetrarme, con movimientos rapidos y lentos, no aguante mucho, el placer me sucumbió y acabé, pero como él estaba con fuerzas renovadas, me giro me besó apasionadamente, nos recostamos tipo cucharitas, y el me acariciaba tierna y apasionadamente hasta que me repuse, así que seguimos, su pene estaba muy erecto lo puso entre mis pechos y yo comencé a sujetarlos y a moverlos de manera circular mientras los subía y bajaba, en efecto lo masturbe con mis pechos y en cada subida le daba una lamida a su pene, él estaba muy excitado, gemía de placer incansablemente, me luego paseo su pene por mi cuello rostro bajo con el arrastrándolo sobre mi cuerpo hasta que volvió a penetrarme, entonces antes de acabar, lo saque y volví a chuparle su pene, entonces cuando se acabo, termino eyaculando en mi cara.

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Esa ocasión fue exquisita, seguimos viéndonos como si nada en la universidad, en clases de vez en cuando su mirada se encontraba con la mía y nos perdíamos por unos segundos, y por supuesto todo ese año estuvimos saliendo y follando como si fuera la primera vez en cada oportunidad. Jamás involucramos sentimientos o algo por estilo, solo fue un año de excelentes cogidas.

Simplemente no lo séDonde viven las historias. Descúbrelo ahora