Capítulo 1: soslayo

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Capítulo 1: soslayo

La cálida mano en su boca no le hacía ninguna gracia a la jovencita, mas, a Adrián sí. Apretaba con fuerza su mano, haciéndola poner nerviosa, el muchacho no tenía idea de lo que provocaba, haciendo así que unas lágrimas de auxilio se escaparan de los ojos grises de aquella adolescente. Ese acto hizo que el entrometido Adrián parara, soltara su mano, viendo como Lucía abandonaba el salón y se echaba a correr, a gritos y a llantos.

El joven había quedado petrificado. No sabía qué hacer, hasta que una morena que había estado molestando a Lucía anteriormente, hizo que Adrián se diese cuenta de lo que había hecho. La morena le había explicado que desde hace años Lucía repelía a los chicos y que cada vez que uno se acercaba, se ponía demasiado nerviosa. Había llegado a la conclusión, que si un hombre la tocaba, el acto era peor. Lucía se había ido corriendo, a quien sabe dónde.

Adrián siquiera le pidió permiso a su educadora para salir, se echo a correr luego de que la adolescente de tez trigueña como él, le explicase lo sucedido, intentando así, alcanzar a Lucía, en un acto inocente de solucionar las cosas.

Visualizo a una joven con una melena castaña oscura, vestida totalmente de ropa oscura. Él sabía muy bien que esa chica era Lucía, por lo que acelero. Intento pararla, mas, no pudo. La adolescente al ver ese rostro que tanto temía, más esos horribles recuerdos, tomo el valor para correr más rápido, haciendo así que Adrián corriese más rápido gracias a su estado físico, logro alcanzarla, encontrándose a ambos en un salón lleno de productos de limpieza.

—Aléjate de aquí, por favor, no te me acerques—Suplico la joven, con las manos en forma de rezo, sus lagrimas seguían cayendo.

A Adrián se le cayó la cara.

—Yo, yo... yo, cuanto lo siento, perdona, no sabía que sufrías de esto, mi intención era solo divertirme mientras te traía las fotocopias... yo, lo siento, en serio, perdón...

— ¡Cállate, no me hables!

—Yo...

La joven se tiro en el piso, cubriéndose el rostro, apenas observándolo.

—Tú, eres un hombre. Los hombres me hacen daño, ¿es qué no lo entiendes?

Adrián al escuchar esas palabras se partió en dos. Dejo atrás la buena vibra y su alegría, para reemplazar su estado por uno compresivo y de buen amigo. Necesitaba saber más sobre ella.

—Sabes, si pudiera nacer de nuevo y ser una mujer para poder acercarme a ti, lo haría. Pero, no puedo, lo siento.

—Aléjate, por favor—Lucía lo empujo por instinto, después de todo, el joven se había agachado para decir esas palabras.

—Me ha dolido, pero sabes... podría empezar a maquillarme o usar vestidos ceñidos al cuerpo para ganarme a tu amistad, actuaría como una chica al estar cerca de ti—Adrián soltó lo primero que se cruzó en su mente, le pareció gracioso luego y quería echarse a reír, pero se contuvo, la situación no lo ameritaba.

Sin embargo una pequeña risilla se escapó de los labios de Lucía, era la primera vez que se reía de un chico y se sentía más tranquila. Adrián al escuchar esa pequeña risa que le causo un revoltijo en su estomago, la devolvió un poco más fuerte.

                                                                      oOoOoOoOoOoOo

Ambos jóvenes estaban marchando de regreso a clases, no obstante, Lucía estaba muchísimo más atrás, para así poder evitar a aquel muchacho. Adrián deseaba tenerla más cerca, hacerle bromas e intentar ganarse algo de su amistad, después de todo deberían trabajar juntos y él no planeaba hacerlo solo. Apenas estudiaba a veces, muchísimo menos haría todo el trabajo él solo, si él reprobaría, ella también debería hacerlo. Un pensamiento muy egoísta.

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