DIA 1

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Quisiera que todo volviera a como era antes, a cuando andábamos en la calle y no temíamos que nos pasara nada, solo le teníamos miedo a que al llegar a casa tarde, nuestra madre nos regañara y castigara por días que se nos harían años.

Extraño esos días cuando dependíamos todo el tiempo de nuestros padres y no nos importaba eso porque éramos felices y no lo sabíamos, porque deseábamos tanto crecer que no nos dimos cuenta de que por esperar con ansias el futuro nos perdíamos el presente. Y ahora que estamos grandes nos preguntamos ¿Por qué queríamos crecer? ¿Para qué? ¿Para perder la felicidad y hallar problemas a la vuelta de la esquina? ¿Para darnos cuenta que el mundo no es color de rosa a como no lo pintaban siempre?

Nosotros éramos solo niños siendo niños queriendo ser adultos, pero ahora que estamos en esta etapa de llegar a eso nos damos cuenta que no es como no es tan cool a como lo creíamos, que es triste, desolador, que no te puedes confiar de nadie porque cualquiera te puede apuñalar por la espalda, que ya no disfrutas la vida a como lo hacías antes y que básicamente estas llegando a la época en la que pierdes la poca alegría y emoción que sentías por mínimas cosas o por lo menos eso pienso yo.

Llegamos a una gran colina en el camino de nuestra vida donde tenemos que elegir si subir la colina, llegar hasta la mitad de ella y detenernos hay porque ya nos cansamos o ni siquiera internamos subirla, y si la subimos esperar que por lo que sea que nos hayamos esforzado durante todo el camino haya valido la pena, y si no lo es no vivir con ella durante lo que queda de bajada.

Como yo en este momento estoy a punto de subir una de ellas, pero aún estoy pensando en tomar un pequeño desvío porque sé que en ella no ganaré, ni perderé nada porque todo ya lo perdí, así que solo tomare una salida fácil para cruzar la colina y continuare.

Soy Summer y en este momento me estoy mudando de mi natal Londres a un pequeño pueblo, después del divorcio de mis padres, hace dos meses mi madre decidió que lo mejor para todos sería que nos fuéramos de la ciudad a un lugar más tranquilo y al sortear lugares posibles al que mudarnos, a mi madre le salió un gran negocio en aquel pueblo Niverfaled. La verdad es que yo también esperaba mudarme pero no aun pueblo, pensaba más Paris, New York pero no logré convencer a mi madre de mudarnos a aquellas ciudades con la excusa de que buscaba alejarse del ruido y estrés, no encontró una excusa más patética que darme.

Solo espero que este pequeño desvío no retrase mis planes para el futuro, ya los he retrasado mucho con todos estos cambios y no dejare que nada más se interponga en mi camino para realizarlos, ni siquiera este pueblo del que se me iré muy pero muy pronto solo tengo que soportar unos días tal vez un mes pero no más, y después me iré, me tengo que ir.

Al ver el letrero de 'Bienvenidos a Niverfaled' se puede observar un paisaje plano verde y a lo lejos unas montañas seguidas entre sí, el cielo está despejado, no hay ningún espacio en blanco en el todo es azul pero se puede observar a través de mis gafas como algunos rayos del sol se escapan para dar un día cálido, mi madre sonríe ante el clima cálido le encanta, esta también fue una de las razones para mudarse acá, yo por mi parte solo me detengo a ver los detalles de aquel, como la hierba se mueve con el viento al igual que mi pelo castaño, veo miles de dientes de león volando en el momento que una ráfaga de viento los ataca y hacen que vuelen con la corriente.

Me bajo del auto, y me quitó las gafas de sol poniéndolas en mi cabeza para ver mejor la residencia en la que me quedare con mi madre, es grande tiene dos pisos, es de color blanco, de tipo contemporáneo, la casa se encuentra cerca al centro del pueblo, en una hilera de unas cinco casas igual de grandes o más que en la que estamos ahora. Entramos a la casa la cual, te recibe con las grandes escaleras de madera pegadas a la pared que te guían hasta el segundo piso, a su lado izquierdo estaba la sala con toques antiguos pero modernos, un cielo Razo hermoso, junto a altos ventanales que dejan entrar toda la luz en ella y muebles de que combinan perfectamente con la pintura de las paredes neutras, al fondo se encontraba la cocina de la cual desprendía también un comedor y una isla de mármol, grandes puertas que dejaban entrar la luz, dando entrada al patio trasero; el cual tenía una piscina y una zona de descanso.

Cuando el tiempo se agoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora