Íncubo |Larry|

Tres

La sala de Gemma era tan acogedora. Tenía una gran ventana que iluminaba todo, un estante lleno de libros y un mueble donde estaba la televisión y algunas fotografías familiares.

Linda jugaba con su mamá en el jardín, Harry le había dicho a su hermana que si podían hablar pero no como hermanos sino como psicóloga - paciente. La rubia le había dicho que ella no lo veía profesional pues había visto como le cambiaban los pañales, Harry le dijo que solo escuchara.

—¿Y cuándo comenzaron los sueños?

Había sido la pregunta inicial, tenía una taza de chocolate caliente en las manos. Noviembre se acercaba y el frío incrementaba.

—Ciertamente no lo recuerdo, Gemma. Lo único que hay es sexo y lo único que puedo distinguir son unos ojos azules. A veces me despierto agotado y me duermo en clases o en el trabajo.

La mujer tuerce el gesto, no tiene alguna teoría en su cabeza. Necesita escuchar más.

—¿Y dices que tienes marcas?...¿Podrías mostrarlas, Hazz?

El de ojos verdes suspira y asiente, se levanta del sofá color crema y deja la taza en la mesita de noche. Desabrocha su pantalón y es cuando escucha un susurro.

Meus

—¿Dijiste algo?—le pregunta a su hermana con el ceño fruncido, la rubia niega y el tuerce la boca.

Baja su pantalón y un poco su bóxer de una de las orillas.

Meus, Meus, Meus.

—¿Esos son dedos?...¿Estás seguro que no te emborrachas cada noche y te acuestas con alguien?

—¿Crees que no recordaría que salí de fiesta?...me conoces, Gemma—Harry se acomoda la ropa y vuelve a sentarse.

—Es que es muy raro, Harry. ¿Por qué tendrías marcas de dedos si no has salido con alguien?

—Me caí en la cafetería.

—¿Y el piso tiene dedos?

Harry niega y su hermana le mira con una ceja alzada, se levanta y va hacia la cocina. El rizado se pone de pie y camina hasta la ventana, están en un segundo piso y puede ver toda la avenida. Hay un chico mirando hacia su dirección, el rizado se aleja del vidrio y vuelve a su lugar.

—Entonces—dice Gemma cuando regresa—¿Qué aspecto tiene el hombre de tus sueños?

—Las primeras veces era musculoso, de cabello negro y abundante. Ojos azules y labios delgados...pero ayer en la noche se veía diabólico. Con cuernos y piel roja, alas y dientes afilados. Lo único que no cambiaba eran sus ojos, seguían siendo azules.

La muchacha asiente y Harry bebe de su chocolate. Sus ojos se cierran unos segundos.

Hay un dedo recorriendo su brazo, unos labios soplando en su cuello y una erección presionando en su espalda.
Lame sus labios cuando siente unos brazos cerrándose en torno a su estómago. El momento es tan íntimo, tan intenso y excitante. Su cuerpo arde en desesperación, sus dedos pican deseando perderse entre las hebras de cabello negro. Su boca se abre anhelando un beso, desea fundir su lengua con la ajena...desea que su cuerpo sea poseído como las noches anteriores.