2.- Adiós Virginia

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*Aconsejo escuchar la canción de arriba mientras lees el capítulo.*

Aún con los auriculares puestos, seguía escuchando el motor del coche y las ruedas rodando por la carretera que me llevaba a una ciudad que nunca había pisado.
Estaba escuchando "The night we met" de Lord Huron mientras miraba por la ventana en un plan melancólico, y sí, me estaba imaginando estar en una intro de una película, ahí con mi pelo negro moviendose por el aire de la ventana, mirando a la nada y pensando en todo...creo que veo demasiadas películas.
El caso es que ya estaba llegando a Santa Mónica, y el porqué de que me mudara es que a mi padre le ofrecieron trabajar en una empresa en esta ciudad por mucho dinero, y aceptó, así, sin más, y como mi madre trabajaba en casa, pues mucho no le afectaba; solo me afectaba a mi, pero claro como solo tengo 16 años no me dejan elegir lo que quiero o no...
Pero bueno, me queda poco para los 18, y menos mal que no vivo en Alabama y Nebraska ya que allí sería adulta a los 19, o en Mississippi, porque allí lo sería con 21, y aún va a llover para eso.

Después de todos mis pensamientos sobre la vida, por fin o por desgracia, llegué a Santa Mónica y vi la casa por primera vez en la que iba a vivir.
Era muy grande por fuera, entonces por dentro ya ni me la podía llegar a imaginar.
Entré por la puerta y era como muy moderna, todas las paredes blancas y la decoración y los muebles muy minimalistas y simples.
Subí las escaleras y entré en una habitación que justo al parecer era la que iba a ser mia, y la verdad es que me gustó bastante, y por primera vez, llegar a aquella ciudad me pareció una buena idea, bueno, ya no sé lo estoy diciendo, nada, pensamientos, todos piensan cosas que en verdad no quieren decir, la verdad es que nunca pensé que fuera buena idea.
Si vale, y aquí entramos en la "poco vista" historia de que obligan a una adolescente a mudarse y ella no quiere, seguro que nunca la habíais escuchado...
Ya os dejo de contar mi mudanza que tampoco tiene mucha importancia, lo importante de verdad era que justo en dos días iba a empezar en el nuevo instituto de Santa Mónica, y tenía mucho miedo, ya que en mi anterior instituto hasta el 2º trimestre no había hecho amigos, y aquí igual pasaba lo mismo...
Ya después de haberme instalado en mi nueva habitación, la que iba a convertirse en mi único refugio en el que iba a escaparme de la vida real, me metí en cama y no quise cenar nada, el viaje me había quitado todo el apetito.
Cerré los ojos, me puse a pensar, y me dí cuenta de que mañana iba a ser mi único día de verano en California, así que iba a intentar disfrutarlo, aún que fuera estando sola.

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