Amor Incorrecto[Yuuyu]

≈Capítulo 4≈

— ¿Quieres algo de tomar? — Yurio pregunta haciendo que despegue mi vista del televisor.

— Lo que sea esta bien — respondo con una sonrisa hacia su dirección, la sonrisa de Yurio se agrandó aún más y camino hacia la cocina.

Había llegado a su habitación y él propuso de ver una película de acción el cual me ha dejado en intriga cada vez que sigue la película. Aunque también mi trabajo aquí es hacer que Yurio también confiese que esta enamorado de Otabek, sí él lo esta, haría que ellos dos queden juntos.

Vi el semblante de Yurio pasar por el televisor y me entrego una copa de vino.

— ¿Vino?.

— Es un buen vino, y quiero compartirlo contigo.

Tome la copa y la lleve a mis labios para sentir el sabor en mis pupilas gustativas disgustandolo.

— Esta delicioso Yurio, me encanta — dije con una sonrisa enorme, si una cosa amo es que los vinos tengan una buena consistencia, y sobre todo un gran sabor en ella. Las mejillas de Yurio se ruborizaron agachando la mirada hacia el suelo, el gesto me conmovió y pude comprender porque Otabek se encuentra enamorado de él.

— ¿Te puedo preguntar algo Yurio?.

— Si — Yurio se acerco a mí un poco más, sus ojos se abrieron y pude notar un brillo en ellos los cuales no supe con certeza descifrarlos.

— ¿Hay alguien que te guste? — pregunte.

— ¿Porqué preguntas eso? — él alzo ambas cejas mirándome algo confundido.

— Sólo contesta mi pregunta, Yura — digo rodando los ojos al cielo sin dejar de sonreír.

— Sí.

— ¿Puedo saber de quién se trata? — pregunto y sus mejillas se ruborizaron con más intensidad que podía compararlas con dos manzanas.

— ¿No crees que son muchas preguntas?.

— Te juro que no diré nada — le respondí haciendo mi rostro de un cachorro regañado, tenia que al menos intentarlo.

— No puedo decírtelo, por ahora no — responde bajando su mirada hacia el suelo, encogiéndose así mismo.

Qué lindo.

— Te gusta Otabek, ¿cierto? — suena más una afirmación que una pregunta, su cabeza se alza con rapidez y me mira confundido.

Entonces comienza a reír.

— Claro que no, sólo lo considero mi mejor amigo no es la persona que me gusta — responde sin dejar de sonreír.

— Entonces dime de quién se trata — insisto.

— Si no quiero decirlo, es porque esta presente.

— Sigo sin comprender, ¿podrías ser un poco más específico? — odio cuando las personas no son tan específicas, así como los acertijos y adivinanzas. También porque porque soy una mierda para eso.

— Olvidalo Yuuri, ya te dije una pista no es mi culpa que seas estúpido — responde mirándome con burla.

— Eres tan cruel — respondo con una mano en mi pecho como si me hubiese dolido sus palabras.

— Cómo sea, ¿porqué piensas que me gusta Beka? — cuestiona.

— Te diré algo, pero tendrás que jurar no decir nada — lo amenazó con mi dedo apuntándolo.

— Esta bien, prometo no decir nada.

— Sé nota cuán enamorado esta Otabek por ti, pero tú no te das cuenta de ello — digo, dando un sorbo a la copa con vino.

— ¿Es enserio? ¿Él te lo dijo? — pregunta con asombro.

— Él no me lo dijo, pero cualquiera puede darse cuenta de eso. Además, he notado cómo te observa.

— ¿Cómo me observa, según tú?.

— Cómo si fueses lo más hermoso del mundo, nunca había notado así a Otabek. Cuando esta contigo sonríe, también esta siempre atento contigo — digo mirándolo atentamente, sus ojos me miran.

Con la poca iluminación de la estancia puedo darme cuenta de su rostro que se encuentra procesando la información que le he dicho; sin embargo, sus ojos esmeralda son tan hermosos, las facciones de su rostro lucen tan delicadas como si fuese un muñeco de porcelana que con tan sólo toque puede romperse, su cuerpo delgado luce tan frágil y vulnerable que mis instintos me piden protegerlo y tenerlo en los brazos, mi mirada se centra en sus labios entreabiertos. Sus labios carnosos que a simple vista lucen suaves, sus labios que se encuentran entreabiertos son una tentación invitándome a probarlos, él se da cuenta de cómo lo observo.

Sin embargo, también su mirada viaja a mis labios.

"También quiere besarme"

Trago duro.

Yuri se acerca un poco, humedece un poco sus labios sin dejar de mirar mis labios y ver mis ojos. Sin pensarlo, con la palma de mi mano ahuecó su mejilla para acercarlo a mis labios.

De un movimiento el cuerpo de Yuri sube a mi regazo, sintiendo su trasero en mi pelvis, mis labios besan los suyos saboreando su dulce boca, sin pedir permiso introduzco mi lengua en busca de la suya. Mis manos se enredan en su cabello rubio hasta llegar a su nuca para acercarlo más. El beso a cada segundo se intensifica, tengo el control de la situación y la sumisión de Yuri hace que mi cuerpo reaccione de una manera seductora y salvaje al sentir su calor y cuerpo tan pegado al mío.

Las manos de Yuri rodean mi cuello, y su cuerpo se mueve y hace roce en mi miembro. Mis manos se deslizan a sus muslos para acariciarlos y su piel es tan suave tal como lo pensaba. No me pasa de percibida como la situación esta siendo demasiada excitante que tengo la necesidad de quitarle la ropa que trae consigo y poder poseer su cuerpo hasta quedar satisfecho.

Dejo de besarlo en cuento la imagen de Otabek aparece en mi mente, cómo puedo hacerle esto cuando es mi mejor amigo.

"Besaste a Yuri, incluso querías follartelo, ¿intentas hacer lo que te hizo Phichit?. Eres una mierda de amigo"

— ¿Sucede algo? — la voz de Yuri inunda mis oídos.

— L-lo siento — digo quitando a Yuri de mi regazo. Puedo notar la confusión en su rostro.

— ¿Hice algo mal? — pregunta con inocencia.

Tengo la necesidad de querer llorar, le he fallado a mi mejor amigo besando a su amado. Me siento impotente que lo único que deseo es desaparecer de la faz de la tierra. Tanto también, retroceder el tiempo y no haber echo esta tontería, después de todo si pensaba en tener sexo con él. Aún sabiendo los sentimientos de Otabek hacia Yuri, quién confía en mí y yo haciéndole esto.

— Esto no debió suceder, Otabek te ama.

— Pero yo no amo a Otabek — dice y siento la necesidad de querer golpearlo para hacerlo entender.

— Es mi mejor amigo, así como tú también lo eres. No puedo hacerlo esto.

El entendimiento se refleja en su rostro.

Sin esperar a que digiera algo más, salgo de la habitación con pasos apresurados sin dejar de maldecirme a mí mismo sobre lo que hice. Como voy a ver a Otabek después de esto.