EVANESCENCIA © [pausada temporalmente]

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                                                                                 Sorpresas.

Bradley

Es tradición que el segundo viernes de clases se celebre la Jarana estudiantil. Tradición seguida desde mucho antes que yo llegara a la presidencia de la federación.

Nosotros nos encargamos ahora que el equipo directivo nos disponga de total permiso para acapararnos la universidad, por una noche. En un evento exclusivo entre estudiantes y bajo nuestras reglas. A pesar de que no nos salvamos de las restricciones básicas que impone Dirección. Pero no hay pega en eso, es una medida de seguridad que hay que resguardar. No queremos que se incendie la facultad, ni que venga gente desconocida, ni que haya algún accidente.

Por lo demás somos muy libres de hacer lo que queramos. Y eso es cosa de cada uno.

En una junta, dónde me reuní con los representantes de todas las carreras, organizamos lo que sería la Jarana este año. En cada ocasión era una temática diferente y esta vez elegimos...(¡Redoble de tambores!): Cuerpos pintados. ¿Qué es eso? pues, (obviamente opcional), cada uno debe venir con ropa neutra o simplemente, para los osados, andar en ropa interior...bueno, consiste en ponerse creativos y pintar partes del cuerpo. Los discretos, me imagino que se pintarán extremidades, brazos, cara, piernas, orejas, todo se vale. Puede ser en casa o también tendremos un equipo de la carrera de arte que estarán dispuestos a pintar a la gente en la entrada (cobrando propina, por supuesto). Se entregarán lienzos de colores. Tendremos sushi, pizzas y carne a la barbacoa. Del alcohol se encargará cada uno, es con cooperación. De ahí a que traigan sustancias ilícitas, ¡uf! Es algo que nadie ha mencionado, porque hagamos lo que hagamos correrá como el agua.

La única desventaja será el desastre que quedará después. No obstante, este año se nos ocurrió contratar personal para que se encargue de esa tarea, la cual será inmensamente tediosa, porque lo haremos en el Limbo. Es aquel espacio gigante que está entre medio de todos los edificios de la facultad. Es puro césped, árboles y asientos para almorzar al aire libre. Un pedazo de tierra que todas las aristas del establecimiento tienen en común, justo en medio. Por eso lo llamamos Limbo, obvio, en el medio de algo ¡Dah!

Tiraremos la jodida universidad por la ventana, con Dj, un grupo de percusionistas y música en vivo.

Más mi presentación del discurso de bienvenida...

Espero que todo salga como se ha planeado.

Estiro el cuello de un lado a otro, me duele por estar tieso tantos minutos.

Me es difícil la quietud.

—Voy a usar colores flúor. —dice Liss, contra mi Six-pack que tanto me ha costado trabajar en el gimnasio.

Bueno, en realidad no son seis. Son cuatro cuadros en mi abdomen. ¿Y qué? Estoy conforme, no soy mucho de músculos. Me gusta el juego de resistencia, por eso voy a Crossfit.

Ok, me estoy yendo por otro camino.

Cuando iba en primaria, la Sicopedagoga me "diagnosticó" déficit de atención.

Lo único que veo es la rubia cabellera de mi novia inclinada sobre mi torso, trazando unas líneas de color azul flúor. Le he pedido que haga de mí un dirigente estudiantil bien colorido. Pretendo hacerlo sorpresa, dar un show como corresponde. Y Liss es buena con las manos. En todo sentido.

Le sonrío a su cabeza ante el divague de mis pensamientos. Y además de que está haciendo un buen trabajo. ¿Qué especialista en cuerpo pintados? ¡Lissandra Harbor señores!: es toda una artista en el post-coito, ingeniosa pintando pieles y no me costó ni un peso.