Conociendo a mi ídolo {JustinBieber&Tú} [TERMINADA]

Capítulo 19.

-¿Qué te pasa con él? Mejor dicho, ¿Qué te pasa conmigo? Desde tú sexto cumpleaños me empezaste a odiar, y no sé qué mierda hice –espeté.

-¿No te acuerdas de aquel chico verdad? –Suspiró y se sentó en un sofá, recorrí la habitación con la mirada y no había absolutamente nadie, tan solo nosotras dos. Tomé asiento y me dispuse a escuchar.

-En mi sexto cumpleaños apenas tendrías tú los seis años y vestías un traje rosa pastel, a todos les parecía más bonito que el mío, era mi día y lo arruinaste, todos te prestaban más atención a ti, tu melena castaña destacaba más con esos tirabuzones. Eras una muñequita de porcelana. Jugaba con otras niñas, pasaba de ti, me hacía daño mentalmente y ¡SÓLO TENÍA SEIS AÑOS! Pero el verdadero colmo fue cuando llegó mi undécimo cumpleaños, ibas con una sudadera y llevabas unas californianas rubias preciosas, parecías una modelo pero esa vez yo destaqué más, unos simples vaqueros cortos y una camisa con mis ray-ban y mis nike rosas hicieron que todas las miradas se posaran en mí. Mis amigas estaban, mi familia también, y lo más importante…Justin. –bajó la cabeza.

-¿Justin? –pregunté confundida.

-¿No te acuerdas? –Preguntó ella y negué con la cabeza- Justin se mudó aquí de pequeño, iba a nuestra escuela. Solo fue pisar él el colegio y volverme loca, me enamoré de sus ojos, de su sonrisa, de su pelo, de su voz DE TODO. ¿Para qué? Para que en mi undécimo cumpleaños viniera él y de la nada te diera un beso, te cogiera de la cintura, te abrazara…me rompisteis el corazón-bajó la mirada- desde ese día Justin Bieber estaba muerto para mí, juré que no volvería a verlo nunca más. Cuando Justin saltó a la fama y África no paraba de hablar de él, ¿Qué podía hacer yo? Fácil. Nada.

-Celia no sé qué decir –suspiré.

-Nada, de esto ni una palabra a nadie- Se levantó y salió de la habitación dejándome sola y desconcertada. Después de tantos años tratando de averiguar el Por qué de su odio hacia mí, por fin lo había descubierto.

Un cuerpo se dejó caer a mi lado, reconocí su perfume varonil al segundo.

-¿Qué pasa? –preguntó.

-Ya vamos a comer –me avisó- vamos fuera.

-No tengo ganas Justin –le dije y me tumbé encima de sus piernas, cerré los ojos y dejé que Justin me acariciara la cabeza, si seguía así probablemente acabara dormida aquí mismo.

-¿Tengo que llamar al monstruo de las cosquillas? –me susurró en el oído, originando una corriente eléctrica que circuló por todo mi cuerpo.

-Pero si no hay...-callé al ver su cara, Justin comenzó con su ataque de cosquillas haciendo que mis ojos arrojaran lágrimas. Mi risa sonaba por toda la habitación. Una vez me libré de sus brazos corrí en un intento de huir, sí, un intento dado que me atrapó y me subió a su hombro.

-¡¡MALDITA SEA BIEBER!! –Grité- SUÉLTAME

-No, Mi Amor-dijo en español. Mi corazón se paró unos segundos, ¿había dicho “Mi Amor”?

-¿Puedes repetir lo último? –pregunté.

-Mi amor –dijo y rió.

-Que bien suena en sus labios –grité en español y todos rieron. Oh claro, ya estábamos en el patio interno de la casa.

-Bájame para comer cariño –le dije y el accedió, su móvil sonó y lo cogió con permiso.

Se apartó y empezó a hablar.

-Scooter estoy en una reunión familiar…¿cómo?...Joder…vale –colgó.

-¿Qué pasa amor? –le rodeé la cintura con mis brazos, Justin suspiró.

-Debo irme –me dijo.

-¿Cómo? –me separé de inmediato.

-Los paparazis se han enterado de que estoy aquí y bueno, vienen de camino –bajó su cabeza y me besó en forma de despedida.

-Cristina vete con él –me dijo Jorge levantándose.

-No, vosotros quedaos, es mi culpa, intentaré alejarlos de aquí –sacó sus llaves del coche.

 -Ni hablar –dije- yo voy contigo –cogí mi chaqueta.

-No, no te puedo exponer a ellos, no me arriesgaré a que te pase algo. –Tomó con ternura mi cara –eres mi vida.

-Justin, voy a ir contigo –dije.

-Está bien –suspiró.

-JB –gritó una voz masculina desde fuera, era Kenny.

-Jorge discúlpame con vuestra familia por favor –dijo Justin y salimos corriendo de la mano.

En la entrada estaba el Ferrari blanco de Justin, Kenny le pasó las llaves y se pasó al coche de atrás, nosotros nos pusimos delante. Varios coches se aproximaron rodeándonos. Justin pudo acelerar y salir, mientras ellos venían detrás llamamos a la policía. Dimos una curva y nos encontramos un coche en medio de la carretera, Justin giró bruscamente y chocamos contra algo, de ahí caí inconsciente.