02: Ración doble de sarcasmo

2.2K 125 17
                                    


Ese monovolumen negro pertenecía a Lander. Efectivamente los dos bajaron del coche, Leire se tiró a los brazos de su novio. Los dos se besaban como si no se hubieran visto desde hace siglos. No eran celos lo que se me acumuló en el pecho era un sentimiento de vacío, soledad. Ojalá tuviera a alguien al que contarle toda mi verdad y que me quisiera. Leire se separó de su novio y me miró con una sonrisa.

―Blair ha aceptado acompañarme para iros a ver al parido del sábado―sonrío.

―Ya se lo he dicho Jackson, necesito estudiar para matemáticas que soy lamentable.―Pero como tu novia es una chantajista de las buenas me ha prometido ayudarme si iba.

―Nuestro entrenador nos está exigiendo muchísimo, señoritas si me permitís vamos a machacar a vuestro instituto.

―Pues claro que si cariño―dijo Leire abrazándolo.

Yo simplemente rodé los ojos.

―Bueno chicos yo tengo que irme, ya sabéis apuntes de diez.

―Cuídate, nos vemos mañana reina.―dijo despidiéndose agitando su mano.

Cuándo pasé por el lado de Lander choqué mi hombro con el suyo a propósito. Él esta mañana se había comportado cómo un imbécil, así que se lo merecía. El odio que nos teníamos era visible ante todos pero ellos no tenían ni la menor idea del por qué. Enchufé mis auriculares y me dirigí a casa. Una vez llegué lo primero que hice fue ponerme cómoda y dejar los trastos del instituto. Luego bajé a la cocina a prepararme la comida. Opté por una simple ensalada y unos filetes empanados. Me senté y puse una serie que me estaba viendo. Luego lavé los platos y me puse a revisar las faltas ortográficas del trabajo y una vez hecho lo entregué. Pasé mis ojos por las fotos de pequeña junto con mis padres, ellos siempre me habían hecho ser una persona completamente diferente. Me habían dejado sola en muchas ocasiones, haciendo que tuviera un vacío en el pecho enorme. No supe el momento exacto en que empecé a llorar. Las lágrimas bajaban por mis mejillas y las quité rápido. Quería hacer lo correcto, frenar a Lander pero él me veía cómo un enemigo más. Lo que tenía claro era que no me destruirá tan fácil.

Me levanté del sillón y me dirigí a mi dormitorio allí descanse un rato. Desperté sobresaltada por un ruido en la cocina, mi cuerpo empezó a temblar , fui despacio y encendí las luces. Vi todos los platos tirados por el suelo. Eché un vistazo hasta que vi el cubo revuelto de la basura y lo peor la nota de mis padres no estaba. Cogí el teléfono las llaves y corrí a casa de Leire.

―Vamos coge el maldito teléfono, por favor Leire― dije asustada

―Blair, ¿Qué sucede? ¿Estas bien?.

―Leire voy para tu casa.

―Aquí te espero.

Corrí lo más rápido que pude y pegué un timbrazo. Leire salió a recibirme con preocupación. Me abrazó.

―Pasa, está el equipo de Jackson.

Sentí todas las miradas posadas en mí. Me senté en el sofá y Leire a mi lado. Estaba temblando y me caían lágrimas. Leire se sentó en frente y me secó las lágrimas. Respiré lentamente intentando relajarme y olvidarme del susto.

―Leire, alguien ha entrado en mi casa, no se han llevado nada de valor sólo una nota tonta de mis padres.

―Será algún imbécil que te ha gastado una broma de mal gusto.―Acompáñame a la habitación voy a darte ropa para que des un baño de espuma increíble, mientras te preparé un té caliente.

Dare The EnemyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora