Es la tarde gris, estaba sola frente al mar esperando el ocaso,
mi mente divagaba y cada uno de sus recuerdos me atormentaba.
Pues, el viento repetía a gritos su nombre, mientras mis lágrimas lentamente bajaban hacia mis mejillas y la nostalgia invadía empezando a recordar cuán feliz era a su lado.
Y aún te amaba, así como el primer día de verano en que te conocí, cayendo lentamente en tus brazos...
Perdiéndome completamente en esos hermosos ojos cafés y la amplitud de tu sonrisa.
Y fue así, como te empecé a amar , aunque no sabía si en tu corazón existía ese sentimiento, pero no me importó, pues yo estaba segura de todo lo que articulada tu boca era verdad.
Y así, comencé a amar cada partícula de tu cuerpo y comencé a amar, cada uno de tus defectos. Porque a pesar de ellos para mí, eras el mejor ser humano que se había cruzado en mi camino.
Te amé y de odié a la vez, haciendo que para mí fueras el universo entero,
Y me perdí entre tus manos...
Creo que ahora ya no recuerdas la primera vez que hicimos el amor , día en el que te entregué más que mi cuerpo, también mi alma Y ahora se fue contigo.
ya no recuerdas como tu respiración agitada rozaba mis labios, para después terminar cansado recostado sobre mí,
Pero me dejaste sola, tan desprotegida, viendo como el sol se oculta nuevamente, con las manos vacías, pensando en que fallé para que fueras corriendo a los brazos de otra.
