Capítulo 3

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Lauren se dejó caer en su silla, frente a la pantalla del ordenador.


—Lauren Jauregui.


—Lauren, soy Simon.


—Tenía el presentimiento de que serías tú —dijo con acidez. Simon no se había convertido en uno de los agentes literarios más prestigiosos dejando que sus autores le fallaran. Era la cuarta vez que llamaba aquella semana.


—¿Has acabado ya el libro?


—Estoy en el último capítulo.


—Tu editora de Londres me ha vuelto a llamar. Me ha dicho que, si no lo tiene a finales de esta semana, no podrá hacer que llegue a las librerías a tiempo para el verano en Gran Bretaña y Estados Unidos. Y ya sabes lo que eso significa. Ventas más bajas.


—Llegaré a tiempo, Simon. Esta noche lo tendrás.


—¿Me lo prometes?


—¿Te he decepcionado alguna vez?


—No, pero es porque no te dejo un respiro. Y eso me lleva al motivo de mi llamada. La cena de entrega anual de los premios literarios es esta noche. Eres la favorita para llevarse el trofeo de la "Pistola de Oro", así que, vendrás, ¿no?


—Nada conseguirá impedírmelo, Simon.


Aunque no me gustaban aquellas galas de entrega de premios, lo cierto era que estaba deseando hacer un poco de vida social. Hacía semanas que no salía de casa, que no se acostaba con una mujer... se había dado cuenta de ello en cuanto abrió la puerta esa mañana y encontró a una morena increíble frente a ella en lugar de a la regordeta y hogareña Gail.

A pesar de su aparente frialdad, Camila Cabello le había recordado que la vida era algo más que trabajo. La pena era que estaba casada: Lauren era muy observadora, y no se le había escapado la fina alianza de oro que lucía en la mano izquierda.


—¡Lauren! ¿Estás ahí?


—Sí, sí... perdona, me había despistado un poco.


—Pensando en el último capítulo, espero.


—Tooodo el tiempo.


Lauren odiaba los últimos capítulos. Su deseo era acabar las historias con una escena de «felices para siempre», pero eso no quedaría bien en un libro de Hal Hunter, especialmente a esa altura de la colección. Necesitaba algún gesto anti heroico para acabar, pues no podía dejar que sus lectores creyeran que Hal era un santo sólo porque siempre les diera a los malos su merecido.

Princesa de hielo - (Adaptación Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora