En algún momento, ella sacó el tema de sus libros, pero Lauren trató de evitar hablar de su trabajo o de su «héroe». No quería pensar en Hal esa noche; era difícil ignorar los pensamientos sexuales que tenía al mirar a Camila, y más si pensaba en Hal y en todas las ideas que le daría. ¿Podría tentarla a acostarse con ella por dos millones? ¿Por cinco? ¿Por diez?
Lauren apretó los dientes y se concentró en la conversación para no quedarse en silencio y empezar a pensar en ella.
¡Demonios, pero la deseaba de verdad!
Su cuerpo estaba duro como una roca de deseo, y su resolución de no tocarla era cada vez más débil.
—Ya no queda mucho —dijo ella con cierto alivio cuando llegaron al puerto. Lo mejor sería salir del coche cuanto antes e ir a un lugar público.
El tráfico era muy denso en el puente, pero era fluido. Lauren conocía el camino y llegó sin problemas al restaurante junto al puerto en el que se celebraría la entrega de premios.
Por suerte, el restaurante tenía un aparcamiento privado a escasos metros de la entrada.
—Será mejor que te hable de Simon antes de que lo conozcas —dijo ella, deteniendo el coche.
—¿Simon?
—Es mi agente. Es un hombre encantador bajo ese exterior tan duro, pero tiene la boca un poco grande. Además, está pasando por una fase de vestuario «gitano—gótica» que puede resultar algo chocante. Si él me hubiera elegido la ropa esta noche, ahora llevaría unos pantalones de cuero negros y camisa de seda blanca acompañada de un gorro rojo. Tendría un aspecto de lo más parecido al de un pirata del Caribe.
Camila se echó a reír y sus ojos marrones chispearon divertidos.
—Me alegro de que Simon no te vistiera hoy. Lo que llevas es estupendo. Ese traje debe haberte costado una fortuna.
—Pues sí, pero el que tú llevas tampoco habrá sido barato. Me habría gustado que me dejaras pagártelo, Camila. No deberías tener que gastarte dinero sólo por querer hacerme el favor de hacerte pasar por mi novia esta noche.
A Camila le sentó un poco mal la frase de «hacerte pasar por mi novia», aunque en realidad, tendría que haberla tranquilizado.
Suponía que aquello sería vanidad femenina, pero... ¿Y si era algo más? Y si fuera una leve esperanza de que por fin se estaba convirtiendo en una mujer sexualmente normal?
Durante el camino, el incidente de sus pezones casi se le había olvidado, al igual que el calor que Lauren había generado en ella al tomarla del brazo. A pesar de haberse relajado por fin, y de estar disfrutando de su compañía, empezó a desear en secreto que se le insinuara al llegar a casa, sólo para ver cómo reaccionaba su cuerpo.
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Princesa de hielo - (Adaptación Camren G!P)
FanfictionCamila Cabello es una joven de treinta años, viuda, madre y dueña de una empresa de limpieza. Totalmente centrada en su trabajo y su hijo, Camila huye de las relaciones y, especialmente, del sexo. Lauren Jauregui, una seductora escritora, llegará a...