Muerta de amor

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Cap.3

-Estoy completamente segura de no querer-repetí a Charlotte

Detuvimos el debate ya que comenzaron a tocar la puerta insistentemente. 

-¿Si?-respondí a los toquidos

-Leah, tienes que salir-escuche la voz del rubio del otro lado.

Rápidamente me levante y camine hasta abrirle la puerta.

-Hay una sorpresa para ti en el establo-sonrío con emocion en su mirada

|.…|

-No lo puedo creer-pose mis manos cubriendo mi boca-gracias-musite aun sin poder asimilarlo.

-No agradezcas. Después de decirme lo mucho que te gustan  los animales y  como no parabas de repetir lo preciosa que es lluvia-haciendo referencia a su majestuoso corsel.

-Es un gran detalle de tu parte, en serio gracias.

Era un caballo, mejor dicho un potro color oscuro intenso.

En su mirada había algo que me agradaba mucho, fue como amor a primera vista o algo parecido.Corrí y rodee su cuello, tenía ese olor peculiar de los caballos, tomaba grandes bocanadas de aire disfrutando el agradable aroma. 

-¿Te sentirías cómoda regalándome un pequeño abrazo?-pregunto Kyle  con timidez

Me incorpore torpemente, No quería ser descortés después de tan lindo detalle.

Se acercó y me rodeo por la cintura, me  tense al instante.

Era muy notoria  mi incomodidad, en cuestión de segundos se separó de mi escondiendo la mirada.

-Por cierto-hablo repentinamente tratando de evadir la tensión del momento-hoy habrá una cena, obviamente que iras, ¿cierto?

-Kyle, no sé, ¿estará ahí Harry?

-Tal vez, es casi seguro.

-No lo sé…

-¿Qué tienes contra él?-retrocedio unos pasos tratndo de borrar la tension en absoluto

-Nada, es solo que no sé cómo reaccionare al hablar con él, tengo un mes aquí y si no salgo acompañada no me deja salir, ¿Qué le sucede?-lo mire comenzando a enfadarme

-Es mejor que no te quejes, ha de tener sus razones.-comento relajado

-¿Qué derecho ha creado sobre mi?-comencé a cabrearme-No me deja hacer nada, ni siquiera tiene los pantalones de enfrentarme -bufe-Kyle, ¡ya no quiero estar aquí!-grite sin miedo a ser escuchada-Me siento como una mustia. 

-Leah, si algo tienes que tener por seguro es que no eres una mustia para basolutamente nadie-

-Nadie me garantiza eso-murmure

-Yo te lo estoy asegurando, Leah-me miro firmemente-Puedes confiar en mi palabra-Se acercó lentamente-No lo eres y él nunca te haría daño.

|…|

Salí de la biblioteca con dos libros en mano. Cada vez que vengo me entusiasmo al ver tantos libros, muchos de ellos olían a recién comprado, mejor dicho a que nunca los habían abierto.

Cualquier género que buscaras lo encontrarías en cuestión de segundos, todo esta tan ordenado e impecable.

Recorría los largos pasillos tarareando la canción que mi madre solía cantarnos antes de dormir.

Aún estaba considerando si asistir a la cena de esta noche, creo que es tiempo de hablar con Harry y hacerle entender que me tenía que ir, ya que en momentos es muy incómodo permanecer aquí, todos te atienden para todo y no te dejan ayudar ni en lo más mínimo, tal parezco una completa inútil.

These are not flowersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora