Prologo

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“tu necesidad de amar me hizo creer que realmente merecía ser amada”

Este hueco duele, el corazón llora pero las lágrimas no encuentran los ojos para ser expulsadas. Las cuerdas y los lazos están abriendo las heridas de nuevo. Mi sufrimiento era válido y me ayudaba a olvidar la perdida de los seres más amados que alguna vez tuve. La debilidad en mis huesos me impedía hacer hasta el más simple movimiento que mostrara señales de vida en mi cuerpo. En ocasiones algún pedazo de pan duro rasgaba mi garganta pero calmaba el vacío de mi hambriento estómago. Yo veía como ellas disfrutaban ver el sufrimiento en mi rostro, amaban ver cómo me consumía con los días. Ellas, esas dos jóvenes, hermosas señoritas cómplices de cualquier desgracia, sabiéndose esconder en su inocente belleza. Yo desaparecida del pueblo, sin ver luz desde hace ya mucho tiempo, sin siquiera poder escapar. Saber que no eres más que una esclava y motivo de burla de las personas que alguna vez llamaste “hermanas” o “hermanastras”.  Cualquiera se horrorizaría de saber la verdad de estas dos hermosuras  sueño de cualquier caballero pueblerino.

En cuanto a gritos, golpes, malos tratos y ser sobajada a los peor, ya estaba totalmente acostumbrada.

Sabía que algún día mi cuerpo no aguantaría y me liberaría de esto para jamás regresar y reunirme con mis únicos cuatro amores, mamá, papá y  los gemelos.

No contaba con ninguna razón o impulso por luchar en esta vida. ¿Ya para qué?.

En ocasiones cuando más nos negamos a nuestra realidad está se vuelve más fuerte hasta consumirnos, eso dicen del amor.

¿Quién diría que reusarme a ciertas cosas  me haría caer más fácil?

These are not flowersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora