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¿Espíritu? ¿Por qué mejor no se inventa algo mejor? –Solo es un drogadicto que entró a casa a robar– Demonios, solo estas cosas me pasan a mi. Estoy condenadamente asustada, ¿qué hago?

–Si-si qui-eres dinero puedes tomarlo del cuarto de mi madre –Le repliqué temblando de miedo

–Deja de pensar que soy un ladrón, Koko. ¿A un fantasma de qué le servirá el dinero?

–Mira, no se qué te metiste, si fue crack, marihuana, yo que sé pero si no te vas de mi casa, llamaré a la policía

–Nadie puede verme más que tu, además esta no es tu casa, es mi casa –Dijo remarcando la palabra “Mi”– Y mira qué femenino has dejado mi cuarto, niña

–¿Eres el ex dueño de la casa? ¡Dios! Me hubieras dicho eso, caray

Y sentí un peso menos sobre mi cuerpo, por un momento pensé que sacaría mis órganos y los iba a vender al mercado negro pero no me duró mucho la tranquilidad en cuanto prosiguió hablando

–Sí, soy el dueño.

–¿Y a qué has venido?

–A sacarlos de mi propiedad –Frunció el ceño– Han pasado 6 años desde que me maté y ahora solo me he dedicado a correr a todas las familias que invaden mi casa

–Mira, ahora sí me estas asustando ¿por qué dices esas cosas? No estas muerto, te estoy viendo –Le contesté sin bajar de la cama

–Mira Koko, no todo es como el mundo te lo ha descrito. Los fantasmas no somos invisibles y tampoco tenemos la piel helada, por eso ahora mismo me estas viendo

–¡Ma –No pude gritar por auxilio porque en ese momento él tapo mi boca y me paralizó con sus fuertes brazos

–Promete que si alejo mi mano no vas a gritar –Dijo con su voz gruesa y yo solo asentí– Bien, ahora solo me vas a escuchar

¿Y si era verdad? ¿Y si era un espíritu del más allá que quiere llevarse mi alma?

–Es verdad y no, no me llevaré tu alma

–¿Puedes dejar de leer mi mente de una buena vez? –Le contesté con una mirada asesina

–Pues entonces deja de pensar cosas que no, niña

–No soy una niña, Casper. –Dije burlona

Y de la nada había desaparecido, ¿a dónde se habrá ido?

–Estoy atrás de ti, genio

Pero ¿qué demonios? Pegué un salto que hizo que cayera sobre mi retaguardia en el suelo, el soltó una gran y ruidosa carcajada, yo solo me dediqué a observarlo con una mirada desafiante

–¿Cómo lo hiciste?

–¿El qué? –Replicó sin dejar de reír

–Teletransportarte o lo que hiciste

–Ya te lo dije, soy un fantasma, Yuriko

–Mmm ya te voy agarrando el juego, niño. Y bien ¿me dirás cómo moriste? –Le dije irónica

–Me suicidé cuando tenía 16 –Y así sin más lo soltó– Ya no estaba conforme con mi vida, todos los días estaba en depresión. Mis amigos se culpan porque según ellos me trataban mal y sí, me molestaban pero no fue por ellos porque lo hice

–¿E-estas hablando enserio?

–Más enserio no podría ser, Koko.

–¿Y eso qué tiene que ver conmigo? ¿Tu eres el que toca el piano? ¿Tu eres el que se bebe todo el café? ¿Tu eres el que desaparece las cosas de casa?

–Hablando de eso, ¡Jesús!  El café de tu madre es buenísimo y sí, todas las cosas la he aventado al ático –Dibujó una pequeña sonrisa en su cara

–¿Y por qué lo haces? –Le dije con un tono molesto– ¡Largo de mi casa!

–N O E S T U C A S A –Replicó con tono cansado– Quiero que se vayan como lo han hecho las demás familias, esta es mi casa

–Padre nuestro que estas en el cielo

–¿Qué estas haciendo? –Dijo poniendo una cara de asco

–Rezando, genio. Dicen que si rezas, los espíritus descansan en paz… Santificado sea tu nombre

Y de repente volvió reír de esa manera tan alta e irritante

–Koko me matarás por segunda vez con lo que haces, e-eso no funciona en mi –Y volvió a reír– Volveré más tarde o cuando dejes tus ocurrencias a un lado ¿bien?

Y desapareció de nuevo entre la oscuridad de mi habitación.

Al día siguiente me desperté para ir al instituto, bajé las escaleras directo a la cocina para tomar una taza de café, tomé la cafetera y me quedé pensando en lo que me había dicho Hoseok aka Casper

–“¡Jesús!  El café de tu madre es buenísimo” sí que lo es — Y tomé con mucho gusto la bebida caliente

Salí de casa, la realidad era que no tenía ganas de volver y que todos vieran los golpes que me habían dejado esas arpías, no quería ver a Jimin otra vez besando a su novia

–Así que conoces a mi querido amigo Jimin, Koko.

–¿Qu-qué haces aquí? -Dije volteando mi vista a todas partes

–Estoy atrás de ti y será mejor que solo murmures o toda la gente pensará que estas loca por hablar sola –Dijo soltando una risilla

–¡Deja de seguirme! No conozco a Jimin…

–Como sea.

Y seguimos caminando juntos, ya empezaba a creerle todo lo que me había dicho, de verdad la gente no podía verlo –¡Si es un maldito fantasma! Ahora le creía todo lo que me había dicho la noche anterior.

Jimin intentó hablarme pero yo solo lo ignoré, lo mejor será alejarme de el y dejar de sentir cosas que no serán nunca.

En la cafetería se sentó como siempre a mi lado, el silencio se estaba haciendo incómodo hasta que el decidió romperlo

–Bien Koko, si no quieres hablar lo acepto, me voy –Se puso de pie tomando su almuerzo y se marchó

Jimin dejará de hablarte, lo conozco

–¡Cállate!

Y Jimin puso una cara de enfado pensando que se lo decía a el pero en realidad se lo dije a Casper

–Ji.Jimin no quise decir eso, yo, no te lo decía a ti –No me dejó explicarle pues el pelinegro se hallaba marchárdose

–¡Ve tras el, Koko!

–Esto es tu culpa, maldita sea

–De todas formas ni siquiera le ibas a hablar ¿o si?

–No te enteres, Hoseok

–Bien, hora de arreglar esto…

Sentí en mi interior como una parte de mi evitaba moverse, solo podía ver como Hoseok movía de un lado para otro su dedo índice haciendo que mi cuerpo se dirigiera hacia donde Jimin y entonces lo hizo, me aventó hacia la espalda de él y de mi boca salió un “Jimin oppa, lo siento”

–Jimin oppa, lo siento.

¿Oppa? ¿No se le ocurrió algo más vengonsozo?

Jimin abrió sus ojos como platos en cuanto sintió mis brazos rodeando su torso

–Si si, muy bien Koko te perdono pero suéltame, me estas sacando el aire –Soltó una risa nerviosa

Mis mejillas se coloraron carmesí; sentir el calor de Jimin llenó de descargas eléctricas mi cuerpo

–Maldito Hoseok, esta me la pagas –Pensé

–Dudo mucho que me puedas hacer algo –Contestó el susodicho

ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ғᴀɴᴛᴀꜱᴍᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora