ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ғᴀɴᴛᴀꜱᴍᴀ

여덟

м a r a т o n    2•2

—Hobi y-yo —Me hizo callar al instante antes de terminar de hablar

—Cállate, no digas nada, sé que no sientes lo mismo que yo —Dijo parándose de golpe de la cana

—Déjam-

—Tu corazón late más cuando estas cerca de el, tu, tu te sientes bien estando a su lado

—¡Joder! Déjame hablar —Dije dándole un empujón— Hobi, yo, yo también te quiero, maldición, me gustas mucho

Giró para verme directo a los ojos, los suyos estaban vidriosos, apretó sus labios tan fuerte que pensé que en cualquier momento sangrarían.

—P-pero Koko, ¿te das cuenta de que esto no tiene sentido?

Y aunque el no tuviera los brazos extendidos me colé entre éstos para abrazarlo por la cintura, tan fuerte como nunca había dado uno.

—¿Por qué no? Estoy tan cuerda en estos momentos que puedo sentir el calor que me transmite tu cuerpo aunque sea imposible

Y sin pensárselo dos veces también me abrazó, posó su barbilla sobre mi cabeza y sentí como caían sus lágrimas por mi cabello y como poco a poco las mías mojaban su camiseta.

—Porque es tan tonto, absurdo que estes enamorada de un jodido fantasma suicida

—No digas eso Ho-

—Lo digo porque es verdad, jamás me voy a dejar de arrepentir por lo que hice porque si aún estuviera con vida, te hubiera llenado de besos, abrazos que realmente trasmitieran el calor que necesitas, te hubiera llenado el cuarto de flores, hubiera evitado que tus mejillas fueran recorridas por lágrimas, hubiera evitado que todo el mundo te hiciera sentir menos, te hubiera llevado a lugares tan hermosos y nos hubiéramos podido tomar tantas fotos, maldición, hubiera sido un buen hombre, un buen apoyo, un buen novio para ti Yuriko y te hubiera podido pedir que fueras mi novia

Y eso, todo lo que me dijo fue lo exacto para hacer que mi corazón se rompiera en miles de diminutos pedazos que aunque se intentaran pegar con pegamento industrial sería una tarea imposible de lograr porque al final del día el tenía toda la razón.

—Aún lo puedes hacer —Dije temerosa pero segura

—¿Hmn? ¡Estas loca! E-es imposible, yo no podría hacerte feliz, serías tan desgraciada

—Pídemelo —Dije aferrándome aún a su vestimenta

—No puedo

—¡Hazlo o lo haré yo! —Dije gritándole

—Koko, no hagas esto —Respondió entre sollozos

—H-Hobi, por favor, hazlo

—¿Qu-quie-quieres ser m-mi novia?

—¡Babo! Claro que quiero serlo

Despegué mi rostro de su torso y alcé mi mirada para clavarla en ella y como si le hubiese pedido con ésta que me besara lo hizo, posó sus delgados y rosados labios sobre los míos, fue un beso lento, tan dulce e inocente como la sonrisa de un pequeño que ha recibido un juguete.
Ambos nos movíamos al compás de la noche y de la luz de la luna que traspasaba mi ventana.
Y sin darnos cuenta de habíamos quedado dormidos abrazados el uno al otro sobre mi cama.

❖

Martes

Desperté con la sensación de que algo me hacía falta, Hobi ya no estaba a mi lado.

Comencé mi rutina monótona como todos los días pero esta era diferente. Un mensaje de Jimin me había llegado

Jimin Oppa

Koko, pasaré por ti para ir juntos ¿esta bien?

Koko
¡Daebak! Me parece genial, ahorrarme una caminata no esta demás

Jimin Oppa

Bien ahora nos vemos.
Te quiero.

—"Te quiero" —Dije susurrándolo a penas para mi

Exactamente no podía describir lo que me pasaba con Jimin, es decir, lo quiero y mucho y cuando estoy con el un maldito zoológico merodea mis entrañas pero esta sensación de estar perdida entre los sentimientos de dos personas me confunde.

Jimin Oppa

Estoy afuera, ¡sal! Tengo una sorpresa

Y sin persármelo dos veces me puse el bolso sobre los hombros y salí corriendo como si un asesino serial tratara de alcanzarme.

Un Jimin con una flor arrancada del jardín de mi madre fue la imagen que mis ojos divisaron al abrir la puerta de mi casa

—Bueno, no la he comprado pero vale mucho —Dijo extendiendo la flor a mis manos, bajando su cabeza para ocultar su sonrojo

El acto me pareció tan dulce que tomé la flor y de puntitas le regalé un buen abrazo que el no tardó en responder.

—Prometo que la disecaré para que nunca se marchite

—Mas te vale huh, la próxima vez te regalaré una floristería entera —Me advirtió señalándome con su dedo índice

De nuevo nos la pasamos cantando canciones que ahora el reproducía desde su celular, reímos y comentábamos sobre las clases aburridas que nos tocarían el día de hoy.

Bajamos de su auto, una de mis manos estaba ocupada llevando la flor  que me obsequió y la otra estaba entrelazada con la mano del pelinegro. Bajé la mirada para ver nuestras manos unidas y solté una sonrisa que escondí girando mi rostro para clavarlo en mi hombro. Todos el día de hoy estaban tan raros, sus miradas nos penetraban como rayos x mientras caminábamos por los pasillos.

—¿Po-por qué todos nos miran así?

—¿Ah? Aaah te refieres a "esas" miradas

—Sí, a "esas"

—Bueno, todos piensan que somos novios ¿te molesta?

—N-no, no.

Ni siquiera me podía concentrar en las clases ya que me la pasé viendo la dichosa flor y aspirando su olor.
Terminaron las clases, Jimin se tuvo que ir a casa rápido ya que su madre al parecer tenía un percance lo que significaba que regresaría sola.

Hobi no había aparecido por ningún lugar, supuse que estaría enojado o algo así por lo que me hice a la idea de que hice tampoco estaría a mi lado hoy.

Al salir del instituto estuve tan absorta de lo que pasaba a mi al rededor que ignoré que de nuevo todos me miraban extraño.
Fui a la parada de bus para seguir mi camino pero pude sentir que alguien me estaba siguiendo, paré en seco y me giré, era la niña que "salía" con Jimin.

—¿Se te ofrece algo? —Dije un poco nerviosa

—Sí, que te alejes de Jimin... Soy Yang Mi, su novia.

—Bueno, yo soy su amiga así que compromiso

—Eh eh eh —Jaló de mi brazo— A las amigas no se les regala flores ni se les toma de la mano

Fruncí el ceño y me deshice de su agarre lo que hizo que me ganara una buena bofetada de su parte.