열하나

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Hoseok

Pedirle que se quede con él es lo mejor que puede pasar, él le puede dar todo lo que yo no.

Lo siento Koko, hay cosas que no sabes de mi y una de ellas es el poder hacer que tu corazón le pertenezca de lleno a Jimin.

—¿Cómo sabes que me quiere?

—Solo lo se, por favor promételo.

—Pe-pero y-yo

—Por favor, Koko, no lo dejes.

—Bien, lo prometo. —Respondí cabizbaja

¿Quiero a Jimin? Claro que lo quiero pero hay algo en mi que me impide amarlo y es que ya hay alguien que ocupa esa vacante, Hoseok.

—¿Puedo preguntar por tu madre?

—Ya lo estas haciendo —Dijo dándome un golpecito en la nariz— ¿Qué quieres saber de ella?

—No lo sé, solo cuéntame sobre tu pasado.

—Bien, mi madre era muy dulce conmigo al igual que mi padre pero cuando ambos se enteraron de mis verdaderos sueños y vocación me dieron la espalda, comenzaron a decirme que era un inútil sin aspiraciones, no me apoyaron al contrario, me obligaron a hacer cosas que no quería y enfermé, comencé a sufrir de depresión y entre crisis y crisis pues he aquí el resultado.

—L-lo siento, Hobi

—Fue hace mucho así que ya no hay nada qué lamentar

—¿Por qué decidiste aparecerte ante tu madre?

—Porque la extraño, quizás en el fondo ambos tenían razón y no iba a servir de nada mi sueño, los padres hacen cosas que parecen malas para los hijos pero al final lo hacen como un sexto sentido que les avisa que podemos sufrir, yo sufrí, los hice sufrir y no sabes cuan arrepentido estoy

—¿Por qué yo?

—¿Huh?

—¿Por qué me elegiste a mi, Hobi?

—Bien, al inicio todo fue un juego para mi, siempre echaba de mi casa a los que la rentaban, si mis padres no vivían ahí nadie mas lo podía hacer

—¿Por qué no nos echaste?

—Lo intenté, todas esas travesuras de esconder cosas y beberme el café de la cafetera fueron intentos pero después te vi y todo se fue al demonio

—¿A qué te refieres?

—A que supe desde la primera vez que te vi que debía defenderte y ahora mira, esa defensa se convirtió en un amor imposible

—¿Te irás?

—No lo sé, no puedo estar toda la vida en la tierra, hay deudas que debo pagar allá arriba —Dijo señalando hacia el techo con su dedo

—¿Me dejarás?

—No, no lo haré nunca, en tus sueños, en tus pensamientos, en tu vida estaré siempre.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Se puso de pie y fue hacia la mesita de noche, sacó mi cámara y sonrió de una manera tan hermosa, ¿por qué no me había dado cuenta antes de la brillante sonrisa que poseía?

—¿Y si nos tomamos una foto? Así la tendrás contigo siempre

—¡Si! —Di un pequeño brinquito para despegarme de la cama, fuimos hasta el balcón, me recargué sobre su hombro y ambos sonreímos como si el momento dependiera de ello

ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ғᴀɴᴛᴀꜱᴍᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora