Daliz

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San Antonio (Texas)Dándome la vuelta en la cama me fijo en la hora que es, y mierda, llego tarde. Anoche salí con mis a- Dalinguiiiiiiiiii ¿es que no oyes el despertador?, ha sonado ya al menos cinco veces.- Yari por el amor de Dios, quieres dejar de gritar.- La loca de mi hermana no contenta con entrar en mi habitación dando voces, va y me levanta la persiana, haciendo que el sol me de de lleno en la cara.-- ¡¡Baja eso!!.migas a una sala de fiestas que hay en el pueblo de al lado y como siempre nos enrollamos y nos dieron las tantas y ahora me tengo que ir a la tienda que tenemos, se supone que yo soy la que hoy abre.Me levanto y a duras penas consigo entrar en el baño, necesito darme una ducha rápida.- Mira que te dije anoche que no salieras, sabias de sobra que hoy te toca a ti abrir, no se como hablar contigo hija mía.Lo que me faltaba, ahora mi madre también me da la charla.- Lo siento mami, solo llegaré veinte minutos tarde, no es tan grave mujer.- Me acerco a ella y dándole un abrazo la beso en la mejilla.- Daliz, no sería tan grave si no estuviéramos esperando los manteles que nos encargaron la familia Santiago, te recuerdo que quedaron en ir a primera hora, para que los podamos llevar en el hueco del mediodía.Mierda es verdad, la familia Santiago es una de las más importantes de San Antonio, se dedican a la crianza de caballos de pura sangre y por lo que se, mañana Sábado tienen una fiesta en honor al abuelo de familia, cumple ochenta años y todo el pueblo estamos invitados.- Lo siento mamá, se me olvidó, ahora mismo me voy para allá.Cojo un trozo de bizcocho para el camino, ya comeré algo más tarde en la tienda. Por suerte no hay mucho tráfico y llego enseguida. Cuando aparco veo como un camión que está frente a la tienda, comienza a marcharse y cuando me fijo veo que pone las iniciales del comerciante que me trae los manteles.- Espero por favor, un momento...- Salgo corriendo y cruzo sin ningún cuidado la carretera, si me viera mi padre me mataba con sus propias manos. Cuando llego a su altura me pongo delante, obligando al conductor a frenar en seco, antes de llevarme por delante.- ¿Se ha vuelto loca señorita?.El hombre abre la puerta y baja del camión con cara de pocos amigos, cuando llega a mi altura y ver quien soy, se lleva las manos a la cabeza.- ¡Por Dios muchacha!...- Lo siento de verdad, pero no podía permitir que se marchara, necesito esos manteles para hoy, es muy importante que hoy mismo sean entregados.Veo como el hombre resopla como un búfalo y tira de su pelo.- ¿Sabes el susto que me has dado?.- Sí, y le repito que lo siento.Una vez terminado el incidente, abro la tienda y el buen hombre me sirve los manteles, una vez se marcha, me dispongo a a montar los tenderetes de ropa que tenemos, para sacarlos a la calle. Mi familia tiene una tienda de ropa y menaje para el hogar, no es gran cosa pero entre todos nos repartimos el trabajo y nos da para vivir. A las doce y media mi madre aparece y cuando tiene preparado el pedido de los manteles, me pide que por favor lo lleve al rancho Santiago.Voy en mi coche de camino al rancho sumida en mis propios pensamientos, cuando suena mi teléfono, activo el manos libres y una voz un poco pastosa me habla...- Daliz tía, me duele la cabeza, ¿pero que bebimos anoche?.- Deisi, si no fueras mi mejor amiga, juro que te mataba, mira que os dije que hoy tenía que estar temprano en la tienda. - ¡Oye no te pases! nadie te puso una pistola en la sien, viniste porque tu quisiste, guapis. - Eso, hazte la santita.- Bueno venga no te enfades morenaza. Oye se te escucha como raro, ¿vas en el coche?- Sí, voy al rancho a llevar los manteles.- ¿Vas al rancho del macizorro?.- Deisi no lo llames así, haces que me ponga más nerviosa aún. - Daliz, Daliz, que nos conocemos y tú sabes tan bien como yo, que sigues loquita por el.- No ya no, éramos unos críos, seguro que no se acuerda de mi.- Eso ya lo veremos.- Bueno tengo de dejarte, ya he llegado, hablamos mas tarde.- Vale y si te lo encuentras, sujétate las bragas jajajajajajaja... No me da tiempo a mandarla al diablo, la muy puñetera me ha colgado antes. Al llegar a la puerta está abierta, y subiendo por el camino de tierra me fijo en un grupo de caballos que están pastando tranquilamente al cobijo de una gran arboleda, son preciosos, desde niña me han gustado siempre los caballos, es un animal tan bonito. Aparco en la entrada principal y Thor viene a saludarme. Es un pastor Alemán y aunque su apariencia es de un perro imponente, en el fondo es más bueno que el pan. - Hola amigo, estás cada día más guapo... - El animal que me conoce de siempre se pone tan contento que con el rabo me hace daño de lo fuerte que lo mueve.-... ya, ya para, me van ha salir cardenales jajajajaja.Escucho unas fuertes pisadas bajando las escaleras de la entrada, al levantar la mirada veo como el señor Santiago con una amable sonrisa, sujeta al animal por el collar.- Hola Daliz, esta claro que se alegra de verte. - Hola señor Santiago...- Richard, nos conocemos desde que naciste hija.-Me interrumpe.-... perdón, pero preferiría llamarlo por su apellido.- Entonces no esperes que te conteste jovencita.- Cuando levanto la vista, me encuentro con una mirada dura.-- Está bien, Richard.- Así me gusta.- ¿Está la Señora Santi...- No puedo terminar la frase, puesto que su mirada vuelve a ser dura.-... quiero decir, que si se encuentra Mili en casa?.-- Está dentro, en la cocina preparando la comida para mañana.- Gracias, traigo los manteles para mañana.- Adelante hija, siéntete como en tu casa. Después de que se marchara, abro el maletero del coche y saco el primer paquete, los tendré que llevar de uno en uno, pesan un montón. Cojo el primero y subo las escaleras, al entrar, me recibe el aroma de la comida.Camino por el pasillo en dirección a la cocina, cuando voy llegando se escucha de fondo una música y como hablan varias mujeres. - Como me gusta esta canción de Dolly Parton, me recuerda a mis años de moza.- Baila usted muy bien Mili.- Cuando escucha mi voz, se gira y pone sus manos en la cadera.-- ¿Pero a quién tenemos aquí?.Suelta el cucharón y se encamina a mi encuentro.- Daliz cariño, estás cada día más bella.- Gracias, eres muy amable.- Ven querida...- Cogiéndome del brazo me lleva hasta una de las sillas.-... siéntate y cuéntame que te trae por aquí. - Vengo a traer los manteles que nos encargó.- Es verdad, que cabeza la mía. Trae, ponlos aquí.- Tengo más en el coche, voy a por ellos.- Cuando estoy por llegar a la puerta...- Joel hijo, ves ayudar a Daliz, no creo que ella pueda traerlos sola, así no tendrá que dar tantos viajes. Siento como mis piernas tiemblan solo con escuchar su nombre, dándome la vuelta, veo como entra por la puerta trasera que da al patio interior de la casa. Casi me quedo sin oxígeno al verlo, está mucho más alto y su compresión es aún más brutal de como lo recordaba, su cabello es más largo  y sus ojos color azul se ven enormes. Llega a mi lado y poniéndome una mano en la parte baja de la espalda, me invita a caminar.- vamos, yo te ayudaré encantado.No le contesto, pero es que soy incapaz de hablar, me he quedado muerta de la impresión. Llegamos a mi coche y empiezo a sacar los paquetes, que voy poniendo en sus brazos, uno a uno, cuando ya llevo cuatro, lo miro y veo cómo me sonríe.- Se que estoy fuerte, pero no soy Supermán.Al entender lo que quiere decirme, noto como me estoy poniendo colorada por segundos, que vergüenza pienso, seguro que está pensando que soy medio bobita.- Perdona, no me he dado cuenta.Cuando voy a quitarle uno de los paquetes, se retira y riendo sube las escaleras.- Con estos si puedo.Veo como se pierde por la puerta y me dan ganas de darme de cabezazos con el coche.Mirando el maletero veo que quedan solo tres más, estoy sacando uno para mí cuando el llega de nuevo a mi lado.- vamos flojucha... - Entonces saca uno y me lo pone el los brazos, mientras el carga los dos que quedan.- al menos lleva uno.Entonces con toda la rabia que siento en ese momento, por su actitud chulesca, pongo mi paquete encima de los suyos y dándole una palmada en el culo, subo corriendo las escaleras. - Vamos super hombre, no tengo todo el día.Entonces soy yo quién sube las escaleras riéndome.Después de hablar un rato más con la madre de Joel, me voy para la tienda, aún tengo cosas que hacer antes de cerrar para ir a comer.

EllasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora