La noche anterior me la pase pensando en todo lo que había hecho: vi a Juleka con NamJoon, que fue bastante traumático. Salí corriendo y tropecé con un castaño que me dejó un golpe en el rostro. El pelirrosa o Jimin me dejo venir a su departamento y he estado aquí desde entonces.
Reviso mi teléfono y veo la hora, son apenas las cinco y media de la mañana y ya no puedo dormir. Escucho sonidos en el departamento, son como pasos, pero no logró identificarlos del todo. No son de una sola persona, son de dos, creo Jimin tiene compañía.
— Jimin... — jadeaba la chica, su voz era suave, como la seda.
— Callada... recuerda que tenemos una visita — gemía Jimin a la vez que se escuchaba un golpe y sonidos de succión, parece que se la están pasando bien. Me pregunto si soy tan cruel como para arruinarles el momento o soy tan pervertido como para quedarme escuchando y disfrutar con ellos.
Opto por lo segundo y sigo escuchando a la chica jadeando su nombre mientras que mi mano baja por mi torso sobre la fina tela de la playera y pasa por encima de los pantalones e introduciendo mis manos en mis bóxers. Ya estoy duro y nada más tocarme causa un pequeño estremecimiento de pies a cabeza. Como de costumbre colocó mi mano en mi punta y con el pulgar comienzo a hacer círculos.
— Jimin... Más rápido —gemía la chica a la vez que yo aumente la intensidad y la velocidad de mi mano. Pequeñas gotas como perlas comenzaron a salir de mi cuerpo, unas a causa del sudor y otras a causa de la exitación. Mi cuerpo comenzó a tensarse avisando lo inevitable, el orgasmo se acercaba. Aprovechando los sonidos lastimeros de la chica, que cualquiera juraría que la estaban torturando, solté un gemido placentero al liberar mi cuerpo de aquella presión imaginaria que yo mismo había impuesto. Al momento me arrepentí de los ruidos que salieron de mi boca.
— Ji... Jimin escuché algo — dijo la chica sorprendida y claramente agotada.
— Tranquila, seguro es Ming — susurró el pelirrosa también agotado. Se volvían a escuchar jadeos y se escuchó un sonido parecido al de un celular, un ringtone personalizado.
— ¿Qué quieres? — gritaba la chica claramente enojada por arruinar su segundo round. — Pensé que eras Susanne... Si ya se que lo quieres para hoy pero estoy ocupada...
— Ya cuelga, se me van las ganas — decía el chico que sonaba más que impaciente. — Además ya casi son las seis de la mañana y debo de bañarme.
— Mierda, pensaba que aún era de madrugada, me debo de ir mi amor, nos vemos a la noche.
— Recuerda a mi invitado, no puedo ir a tu casa. Ven de nuevo, haré una cena espectacular.
— De acuerdo, solo porque nunca he probado nada que tú hagas que no sea un café latte — rió la chica y se oían pasos que se acercaban a la puerta. Rápidamente volví a acomodarme fingiendo dormir para poder ver a la chica cuando saliera.
— Wow, ¿Conque tú eres Suga? — dijo una chica delgada con el cabello, a pesar de estar alborotado, lacio y largo, debido a la luz no podía notar sus facciones, solo vi el pequeño tatuaje de una brújula en su muñeca izquierda. — Parece que nos veremos en la cena.
No pasaron más de unos minutos cuando decidí que debía despertar e ir a trabajar. Al terminar de acomodar el sofá Jimin entró en el salón.
— No es necesario que arregles, la señora Mills vendrá a hacer el aseo. — Al ver mi cara de confusión rápidamente agregó. — Es mi ama de llaves.
— Muchas gracias por tu hospitalidad, dime, ¿Cómo podría pagarte por esto? Lo que sea necesario. Dime cuánto es.
— No debes pagarme nada, pero solo te tengo una pregunta. ¿Sabes cocinar?
— Bueno si un poco —hice una pequeña pausa, presiento que el pelirrosa no sabe y le mintió a su novia. — Se hacer comida italiana, estofados y ramen.
— Woah, eso es increíble. ¿Me ayudarías? Es que le prometí a mi novia una cena pero no se cocinar nada.
— Por supuesto, tú me dejaste venir a dormir a tu casa, yo creo que hacer una cena para dos es una perfecta paga.
— ¿Quién dijo que era para dos? Esperaba que pudieras quedarte para conocerla.
— Me encantaría, pero debo ir a mi departamento por mis cosas y ver si ya puedo volver.
— Mejor esto. Ve a casa ahora y haz lo que debas hacer, yo le pediré a la señora Mills que arregle la otra habitación y no sé, tal vez quisieras ser temporalmente mi rommie. —dijo el pelirrosa, pero solo había un problema. No tenía suficiente dinero para pagar este lugar. Como si pudiera leerme el pensamiento me interrumpió.
— No te preocupes por el dinero, solo la paga sería si haces la cena de vez en cuando. —sonrió tímidamente por lo que sus ojos se notaron más rasgados de lo que son, al grado de desaparecer. Eso a mí también me hizo reír y acceder.
— De acuerdo Jimin, iré a verte a tu trabajo para regresar.
— Ten te doy una llave, para que no me esperes tanto.
— Perdón, es que ayer no me fijé bien y no sé en dónde estamos ni cómo llegar. —realice una pequeña reverencia a modo de disculpa. Y le obsequie una sonrisa sincera.
— De acuerdo, ten mi número llámame cuando estés cerca para que me dé prisa y vayamos por cosas para que cocines.
— Está bien, bueno me tengo que ir, nos vemos en la tarde.
Tal como entré salí debía darme prisa, seguramente Namjoon ahora no estaría en el departamento y podría ir por mis cosas rápido. Caminé desde el bloque de departamentos donde vivía Jimin y por detrás de un pequeño parque y una gran avenida hasta donde según Google Maps estaba mi edificio. Al llegar a este entré rápidamente a mi pequeño pedazo del bloque, pero algo estaba mal, todo estaba limpio, como si alguien hubiera estado ahí desde hace tiempo. Pero Namjoon nunca hacia el aseo, normalmente me pagaba para que yo lo hiciera. En ese momento vi a alguien detrás de la isla de la cocina, una melena rubia se desplazaba por el lugar, tan cómoda como si fuera su lugar. No me percaté hasta que vi su rostro, era ella, la chica que no me dejaba dormir.
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Apenas Me Enamoré
FanfictionPara empezar... ...esto no tiene final feliz. Mucho Yaoi Mucho Drama Mucho Romance Muchas Lágrimas Algo de Relleno +18 "Para los lectores modernos que se cansaron de finales felices"