No te vayas

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Otro mareo intenso, el dolor en mis sienes era insoportable abri mis ojos y todo se volvio blanco, oh no otro recuerdo.

Sentía que los flashes venían de distintas direcciones, causando que me molestara un poco, puesto que no me dejaba ver con claridad, en aquel momento creí que ya había muerto, sin embargo, de alguna u otra forma me sentí mas viva que nunca, observe mi ropa, no era la que usualmente vestía si no que era completamente diferente, era un vestido rosa chillón con mangas largas gracias a Dios, las cuales estaban cubiertas de diamantes que ocultaban cualquier rastro de cicatriz que me pudiese delatar. Aunque el conjunto en si era bastante horrible, al menos me salvaguardaba de las miradas quisquillosas de las personas tanto conocidas como desconocidas que habian a mi alrededor

-Ahora de lado.- gritó un hombre a lo lejos, con un esfuerzo sobrehumano cambie de posición y a la vez rodee los ojos en su dirección, me encontraba en una especie de escenario junto a mis padres, y de pronto recordé aquel día, cuando mi padre reunió a todos, familia, amigos, compañeros de trabajo, entre otros, con el fin de dar a conocer la noticia de que él seria él nuevo gerente de la empresa en la cual trabajaba, y para ello organizó una gran ceremonia, donde los protagonistas éramos nosotros (obviamente), aunque a decir verdad yo no entendía él porqué de tanto alboroto solo por una simple noticia, estaba bastante agotada y cansada de todo aquello, dado que él día anterior, tuve que ayudar a organizarlo todo.

Además de aguantar los reclamos de mi madre, quien estaba totalmente histérica, y descargaba su estrés conmigo, puedo recordarlo con facilidad, como olvidar los enojos, los insultos y demás, que mi mama me dijo a la cara, siempre viví creyendo que lo que ella decía no era lo que en verdad sentía, que solo eran efectos del trabajo acumulado, no obstante, en aquel entonces sólo era una cría ingenua, que no lograba diferenciar lo bueno de lo malo, lo blanco del negro y por lo tanto, no pude darme cuenta que en verdad existía un trasfondo detrás de todas esas palabras hirientes, algo tan oscuro, que jamas imagine.

Creo que cuando dicen que la verdad duele dejenme decirles que la mentira mata.

Mi tortura continuo a medida que pasaba el tiempo, no tenía a nadie con quien jugar, y aunque lo tuviera mama no me lo permitía poque según ella "la familia debía estar unida" obviamente para guardar las apariencias y de esta manera demostrarle a los demás que en nuestra familia todo estaba bien, aunque en realidad aquello no fuera así, por ello estuve todo él día a su lado, aguantando discursos, conversaciones bobas de gente adulta que no me llamaba la atención, tuve que soportar además que las personas apretaran mis cachetes, como si yo fuera una fruta a la cual debian exprimir.

El transcurso del tiempo fue bastante lento y ya estaba lo suficientemente exhausta por lo que me empecé a enfadar con mi madre, quien por diversas razones no me tomo atención, por esto decidí alejarme de todo ellos y disfrutar él día con mis supuestos "amigos", pero para mi mala fortuna ya todos se habían ido, solo quedaban mi prima y algunos sobrinos que eran ajenos para mi, suspire agobiada, en aquel momento solo pensaba en ir a mi cuarto para dormir, sin embargo, nada de eso pudo ser posible.

Mi prima quien me había visto de lejos, se acercó rápidamente a mi lado, justo en el momento en que me iba a descansar.

-¿Qué tal? - sonrió forzadamente, intentando verse amigable, poco me costó adivinar que quería algo.
-¿Dime que es lo que quieres? - escupi secamente, a lo que ella rodó los ojos patéticamente y se llevó la mano al pecho ofendida.
-Como crees que podría acercarme a ti solo por interés, solo quería charlar con mi prima favorita.
-Déjate de bobadas, tu y yo sabemos perfectamente que jamás volveremos a ser lo que éramos antes.- dije fríamente.-Dime que necesitas ahora porque quiero dormir un poco y no estoy de ánimos para adivinar tus trucos mentales.- me miró directamente a los ojos y tomándome del brazo me condujo al jardín trasero, donde no había nadie cerca.
-Quiero que me cubras en este rato voy a salir con el chico de pelo castaño ¿lo recuerdas? El que me invito un jugo el dia de tu cumpleaños.- me observo como esperando mi aprobación, pero le mostré un rostro indiferente a lo que prosiguió.-Por favor primita querida prometo compensarte con todo lo que este a mi alcance.
-En primer lugar quiero que te ahorres los diminutivos, gracias. Y en segundo lugar no me interesa donde y con quien vayas a ir, lo único que pido es algo a cambio.-Nos observamos un buen lapso de tiempo hasta que al fin pronunció.
-Solo pideme lo que quieras.- En aquel momento pasaron miles de cosas por mi mente desde las mas tetricas hasta las mas alocadas.
-Eso sera un secreto, hasta que nos veamos de nuevo. Ahora largate a menos que quieras que me arrepienta.- alce una ceja en su dirección y en menos de un minuto desaparecio entre las sombras.

La bruma del cansancio corroia mi cuerpo, entonces decidi que lo mejor era dormir, en mi camino a mi habitacion me encontré con los padres de Yanina, quienes me preguntaron por su casta y adorada hija, si solo supieran donde esta ahora su preciado tesoro. Si solo fueran mas reales y menos falsos, tal vez y solo tal vez, podria quererlos como la familia que somos, no obstante, la realidad es mucho mas cruda y tetrica que eso, me hace mal imaginarme hechos que jamas sucederan.

Si tan solo los estereotipos y prejucios no tuvieran valor mundano. Y las personas dejaran de intentar vivir en un mundo distopico, todo seria mas sano, mas real para mi.

Parte de la poca humanidad que me quedaba queria decirles la verdad y fingir que aun seguiamos mas unidos de lo que aparentamos en ese entonces, pero el rencor y remordimiento acumulado a traves de los años se acentuaba aun mas en mi interior y por ese motivo me vi obligada a mantener mi boca cerrada, aquella verdad que siempre quiso salir a la luz, aquel dolor que sentia cuando era despreciada por quienes han formado parte de mi vida, desde que tengo memoria, aquel sufrimiento que padeci desde pequeña y del cual nadie jamas se dio cuenta o simplemente fingian no notarlo, todo aquello que calle durante muchos años, todo eso se cirnio sobre mi y me obligo a tomar una decisión, que sin saberlo me perseguiria durante el tiempo de vida que me quedaba.

En ese momento me force a sonreir y poner por delante el lema familiar "las apariencias lo son todo".
-Querida ¿has visto a nuestra hija?- preguntó el padre, con un tinte de preocupación.
-Tio, me temo decirle que ella tuvo acudir a casa de una de sus amigas, porque tenia un problema urgente y ella se ofrecio a ayudarle.- respondí y pude ver como todo su desasosiego desapareció al instante, y fue reemplazado por orgullo morboso.
-Que alivio eso nos deja mas tranquilos, debi habermelo imaginado, como siempre mi hija dispuesta ayudar a quien lo necesita, es tan humilde ¿sabes?- ¿humilde? Ja por favor, una persona humilde no tendria el caracter que tenía ella ni mucho menos su comportamiento, sin embargo, y como siempre, preferi ahorrarme mis comentarios sarcasticos.
A lo que el prosiguió -Entonces ella volvera mas tarde ¿no es asi?- asenti dandole la razón.-Bueno si ese es el caso, entonces nos marcharemos. Buenas noches.

Fue asi como mi destino se perpetuo en esa noche de penumbra, el que aseguraba que mi tormento recién acababa de comenzar.

***

Desperté exaltada y con la respiracion agitada. Esto es lo malo de dormir, pues no sabes cuando tendras una pesadilla y al parecer aquel día me correspondía a mí; si hubiera sabido que mas que un simple sueño, era una clara advertencia de las consecuencias que tendrían todas y cada una de mis decisiones, tal vez y solo tal vez, habria evitado mi propia muerte.

Me incorporé y pude ver como mí cuerpo se sentia pesado. Encendí las luces dandome cuenta de que me encontraba completamente sola como todos los días, recorrí el extenso pasillo de mi casa, aunque una presión en mi pecho me indico que estaba equivocada que habia algo mas dentro de esta soledad que me embargaba, pero decidí ignorarlo.

En aquel momento observé atentamente cada habitación hasta llegar a la cocina, en busca de un indicio que me indicase algo extraño. No obstante, nada paso, asi que me centre en la comida, con el objetivo de ver si asi se me quitaba aquella presión tan molesta.

Una vez saciada tales ansias de comer, inicié de nuevo el trayecto de vuelta a mi propio infierno, pero fue algo que me detuvo y me hizo mirar fijamente la televisión que estaba encendida y me di cuenta de que debi hacer caso de las advertencias y señales, pues si lo hubiera hecho habria intuido que algo realmente malo habia ocurrido.

Mi prima acababa de tener un accidente.

Y la responsable de tal acto, aun cuando no tenia ni idea del porqué o del cómo, finalmente terminó siendo mi persona, pues aunque yo no lo quisiese de esa manera, todos se encargaron de hacermelo saber.

Si creia que mi vida no podia ir peor, estaba muy equivocada, porque esto fue solo el comienzo.

En Mil PedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora