Cap. 11. No Te Pido Ser Mía.

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El 17 de enero de 2017 Gaby se empezó a comportar más extraña y distante de lo normal, había un sentimiento, un sentimiento en mis adentros que me decía: "dale el maldito poema y sus cartas de Pokemón que no pudiste vender (mis años de experiencia viendo el precio de la historia no sirvieron para nada), porque si se va Gaby y te quedas con ellos te van a recordar a ella, y te atormentarán cada día que no la veas". Y así lo hice. 

Al día siguiente fui a buscarla a los lugares que frecuentaba, y la encontré en el puente del modulo de mi salón a la biblioteca; vestida de negro predominante con blanco, tan bella como siempre, pero ahora con un gesto de angustia disimulada. Eso me inquietó un poco. Pero en fin, nos saludamos como acostumbrábamos, con un beso en la mejilla y un abrazo. Le dí sus cartas y le expliqué el porqué no pude venderlas, simplemente porque no encontré a alguien que las comprara a un precio justo. Incluso intenté venderlas en Concomics, en linea varias veces y en varios grupos. Además su hermana se oponía a que las vendiera. Y ella entendió, algo indiferente a decir verdad. 

Después le dí el poema que escribí para ella. No se lo esperaba, al menos no para ese día, pero le dio gusto, sonrió descaradamente y me agradeció.

El poema decía esto: 

No Te Pido Ser Mía

Tal vez sea pronto para esto
Pero en serio me gustaría conocerte.
Eres alguien por quien daría mi vida.
Alguien con quien estar
Y no para evitar la soledad
Si no para complementarnos.

Musa ojos de miel
y mirada cautivadora
que con tu idiosincrasia
inspiras mi lírica,
inspiras mis versos.
inspiras mi vida.

No te pido tu cuerpo.
No te pido tu feminidad.
Quiero algo puramente sentimental.
Quiero abrazarte en los días fríos
y calentar tu corazón
con mi flujo espiritual.

No te tengo asco.
No te tengo miedo.
Y no dudaría en hacer
lo que quieras hacer conmigo.
Iría a donde tu fueras
y haría lo que tu desees.

No te pido ser mía
te pido ser parte de ti
porque te convertiste
en una parte de mí.

Le dije con una actitud de indiferencia artificial: 

-"Aquí esta la sorpresa que tanto esperabas. Hazle lo que quieras, quémalo, guárdalo, tíralo; de cualquier forma te pertenece".

-Oh. Gracias (?).

Leyó la primera estrofa y lo guardó doblado en su mochila de tela. Quiero pensar que lo leería completo después. Quiero pensar. Ella dijo que lo leería después, pero: ¿cómo creerle ahora?

Hubo un incomodo y mortal silencio. Recargados en el barandal del puente. 

Y con una voz y movimientos inseguros, con una mirada evasiva ella me dijo:

-"Oye... creo que ya no deberíamos vernos".

En ese instante me saqué de onda, dado que ella casi nunca decía algo en serio. Pero me perturbo la posibilidad de que por primera vez estuviera siendo sincera de corazón.

-A que te refieres?

-Si, a que ya no podemos ser amigos.

Y se me partió el corazón por segunda jodida vez. Había escuchado de los rompecorazones, pero esto era ridículo. Imagínense, amigos lectores amantes del conocimiento ocioso y de las buenas obras literarias, imaginen que rompen un espejo, y su mamá les da una regañada brutal, intentan arreglar el espejo y queda bien, pero a su madre no le ha gustado como quedó y lo arroja al piso, no les dice nada más y no sabe si recogerlo ya tirarlo a la basura o repararlo pieza por pieza con los diminutos trozos de espejo terminando con las manos ensangrentadas y que luego los pongan a hacer aguan de limón. Algo así se sintió.

A partir de este momento, cortó la conversación, había llegado su novia Lilith. Se empezaron a abrazar y besar. Corriéndome a mí indirectamente. Salí de ahí en cuanto pude, con un amargo sabor de boca. Hubo oportunidades vanas de verla después de ese día, en el WhatsApp pasábamos días sin mandar nada. Y, desgraciadamente, todos mis intentos de animar a Gaby para que regresáramos a ser amigos eran inútiles, incluso patéticos. Le dije que "yo nunca tuve la intención de esperar a que ella quisiera tener relaciones conmigo (dado que tenía conocimiento de  sus antecedentes de ser "puta", como Ricardo)", pero no, empezaba a pensar que no era nada relacionado con el asunto entre Gaby y yo, había algo más, algo que ella no le decía a nadie, ni a su novia. Siempre estaba seria y pensativa, con la mirada perdida, como esperando la muerte, en silencio.

A Gaby ya no la dejaron entrar a la prepa, por colada saltamuros. Ahora la seguridad está a tope, con huella digital y todo. La ultima vez que la vi fue sentada en la resquebrajada banqueta, a la salida; solitaria y aburrida, esperando a Lilith, por ninguna otra razón en el mundo estaría ahí. 

Y yo... bueno, yo no le podía decir mucho, ella ya había tomado una decisión, espero que tuviera la razón. 


La Luna Que Nadie Vio ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora