La confesión.

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-Ok... Arnold estas muy raro- Dijo Gerald al notar distante a Arnold.- El chico se ve simpático. Solo habla con Helga eso es todo.

-Eso es lo que me extraña se dirigió únicamente a Helga.-Dijo Arnold cruzándose de brazos.

-Pero desde cuando te preocupa lo que le pase a Helga, Arnold estas muy extraño hoy.-Dijo Gerald observándolo muy atentamente.-¿Te sientes bien viejo?.

-Claro Gerald mejor hay que empezar el trabajo.- Le respondió Arnold volviéndose hacia su  amigo. 

-Claro viejo pero te estaré observando.- Exclamo Gerald sin quitarle la vista de encima.

Después de unos cuantos minutos sonó la campanilla para salir al recreo. Mientras Arnold y Gerald se quedaban siendo los últimos en el salón, veían salir a Helga y Alexander juntos hacia el comedor.

-Bien ¿Que quieres saber de la escuela?...-Dijo Helga muy secamente.

-Pues no lo se... Mejor háblame de ti.-Respondió Alexander a Helga con una sonrisa.

- ¿Y por que crees que voy a hablarte de mi?.- Reclamó Helga.

-Por que no tenemos de otra cosa que hablar...- Dijo Alexander dirigiéndole un guiño.

- Cierto... Buen punto.- Se quedo pensando Helga un momento y agregó.- Mejor tú háblame de ti.

-Pero yo te lo pedí primero.- Agrega esté divertido.

-Uff... Ok am....-Decía Helga mientras miraba hacia el cielo pensando- Pues me gusta golpear a los sopencos-Dijo Helga agitando los puños- Me gusta... am... Me encanta comer listo ahora tú.

-Ja ja ja ja ok eres diferente a las demás eso me agrada.-Le dijo muy sonriente.- Pues a mi me encanta escribir poemas... Escuchar a The Beatles um... Me encanta leer y, molestar a los demás tenemos esto en común.- Agrego mientras le daba un pequeño codazo en el hombro.-Jugar video juegos y muchas cosas más que luego sabrás.

*Llegaron Arnold y Gerald interrumpiendo su conversación.*

-¡Hola chico! Y Helga...- Dijo Gerald.

-Hola Alexander ¿Verdad?.- Dijo Arnold sin apartarle la vista.

-Si hola mucho gusto y tú ¿Eres?...-Contestó Alexander indiferente.

-Arnold... ¿Podemos acompañarlos?. -Pregunto Arnold a la vez que se sentaba.

-Oh... Claro a ver si mejora la platica.-Dijo Helga muy sarcástica cuando sonó la campanilla para que entraran a clases.- ¡Oh! Muy bien vamonos.- Dijo a la vez que se retiraba rápidamente para esconderse en los baños y sacar su relicario.

-Oh amado mío hoy el destino quiso que te acercaras a mi pero ¿Acaso no nos quiere ver juntos? Pues hizo que la campanilla tocara antes de poder hablar... Oh mi amado te juro que hablare contigo cuando tenga la oportunidad y no este tu amigo mediocre contigo.

Después de la escuela todos habían ya subido al camión menos Arnold y Helga, que se daba cuenta de que era la ocasión perfecta para hablar con él ya que estaba solo y se dirigía a casa así que decido alcanzarlo.

-Oye Arnold espera.- Dijo Helga mientras corría tras de él y un poco nostálgica así que se detuvo a tomar aire, Arnold al verla dio la vuelta.

-¿Qué ocurre Helga?.- Le dijo Arnold un poco preocupado al verla así.

-Es solo que quería hablar contigo...- Dijo Helga rascándose el brazo.- Sobre lo que paso ese día.

-No te preocupes Helga ya lo se...- Le dijo Arnold siguiendo con su camino.

-¡¿Enserio?!- Grito Helga nerviosa.

-Claro solo fue el calor del momento.-Contesto Arnold indiferente, haciendo que esas palabras hicieran enfurecer a Helga.

-¡No sopenco! ¡Lo dije por que en verdad siento eso por ti grandísimo idiota.!- Gritó Helga alzando las manos al cielo y cuando termino se tapo la boca con las manos.

-Es... es enserio ¿Helga?...- Le respondió Arnold sorprendido.

-Si...-Dijo apenada y un poco sonrojada.- Y quiero saber que opinas...

-Pues yo...

Todo cambia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora