Han pasado cerca de tres meses desde aquel incidente con el ladrón. Todo ha vuelto a la normalidad, o eso creo. No he soñado nada en un buen rato y si lo he hecho, no lo recuerdo.
Ahora la facultad en la que estudio está planeando un viaje fuera de la ciudad, para visitar varios museos, sitios historicos y esas cosas aburridas a las que nadie les presta atención. En un inicio no estaba seguro de ir, pero ¿Qué es lo peor que podría pasar? El viaje es mañana, y se supone que durará todo un fin de semana, así que estoy preparando mi maleta.
— Oye, Clare ¿Viste donde dejé mi cámara?
— ¿Ya revisaste debajo del montón de ropa sucia que tienes en la esquina del cuarto? — contesta ella, asomando su cabeza desde el cuarto de baño.
Hago una mueca de confusión. No recuerdo haberla puesto ahí, pero es mejor estar seguro. Levanto toda la ropa y justo allí está mi cámara. Odio que siempre tenga razón, pero a la vez lo agradezco. Me ha salvado el pellejo más de una vez.
— Ya la encontré — digo mientras me paro bajo la puerta de la recámara y le tomo una foto a Clare — Aún le sobra mucho espacio en la memoria.
— ¡No me tomes fotos saliendo de la ducha! — Clare toma su cepillo y me lo arroja sin mucha fuerza, afortunadamente falla.
— Tú tienes la culpa por salir sin cambiarte antes — me río un poco — ¿Sábes? Estoy un poco nervioso, siento un cosquilleo en la nuca.
— ¿Es por el viaje? — Clare habla desde dentro del baño.
— No lo sé, seguro no es nada ¿Ya vas a terminar? Me quiero dar un regaderazo, creo que ya es justo — digo después de olerme un poco.
— ¡Eres un puerco!
Clare vuelve a meterse al baño y sale de él solo pocos minutos después con unos shorts de tela y una camisa de tirantes. Siempre usa lo mismo cuando sale de bañarse. Con la toalla alrededor de su cuello aún se seca las puntas de su cabello. Me da un poco de vergüenza admitirlo, pero esa escena tiene cierta belleza que no puedo explicar.
Tomo mi ropa y mi toalla e ingreso al baño sin mirar a Clare directamente. Al pasar frente al espejo algo en mi cara me llama atención. Regreso hacia el espejo y me acerco a él para ver mejor mi rostro, pero no noto nada fuera de lo común. Es extraño, creí ver algo en mi cara, como una especia de marca o cicatriz. Es mejor que deje de pensar cosas sin sentido, mañana va a ser un día agotador.
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IMPROBABLE [Historia Interactiva]
ContoNada hay de impresionante en la vida de Catriel Ruiz. Un universitario, estudiante de Diseño Gráfico, que vive en un apartamento junto a su amiga de la infancia. Todo en su vida se desarrolla de forma normal y espontánea. Hasta que una noche cualqui...