Versprechen

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Estaba nervioso y las manos me temblaban inestables como muestra de mi nerviosismo, el sudor en frío que bajaba por mi frente no era nada comparado con el nudo que sentía en mi garganta, podía mandar todo al demonio, pero aquel nudo se aferraba reacio a mi tráquea impidiendome hablar, tenía todo preparado, pero cuando vi a mi pequeña joya amatista sonreír mientras contenía el llanto aquel nudo que no era más que una pequeña molestia, creció y creció, con cada amarga lágrima manchando su cara me sentía más culpable.

—Yūgi... ¿confías en mi? —tu aún con lágrimas en los ojos asentiste y misteriosamente como si hubiera dicho algún encantamiento secreto a mi ojos, aquellas gotas saladas cesaron.

—Confió en ti.

Aquella sensación de plenitud me embargo, oh hermosa joya ¿qué haría yo sin tu esplendor iluminándome? Suspiré y en un ataque de tentación tome tus labios, los succione, lamí y saboreé, probé directamente aquella esencia tóxica que me hacia enloquecer hasta el punto de la locura y adicción.

—Entonces espera, te tengo una sorpresa.

Te vi mover la cabeza de forma afirmativa, inseguro, lleno de duda, pero aun así confiando ciegamente en mis palabras y yo, me sentí como la peor persona al pedirte el que confiarás en mi de una manera tan sublime y fiel siendo que yo no te he dado razón alguna, pero así es el corazón, es caprichoso, altanero, sincero y honorable.

—Te esperaré hoy y siempre Yami...

Otra punzada de dolor, pequeño mío, mi niño mimado, en verdad soy cruel al pedirte esto vestido con un traje negro de novio y tan solo menos de una hora para mi boda, ¿es qué acaso no te importa ser mi amante? Niego, tú no serás tal cosa, serás con quien comparta mi vida, así tenga que abandonar todo, inclusive el dejar plantada a aquella dulce castaña frente al altar, sólo espera Yūgi, un poco más y tanto tú como yo estaremos juntos, nos mudaremos, viviremos en América y nos casaremos.

—Gracias —deposite un beso, dulce y sincero, en el que trataba de transmitir tantas emociones, tantos sentimientos, en el que quería que supieras que siempre estaría ahí.

Te di la espalda y emprendí el conocido trayecto al cuarto donde se suponía me terminarían de arreglar para desposar a mi prometida, pero no me iba a casar, me negaba, solo espera amor mío, es una promesa, ante mi familia, ante la familia de mi prometida, ante toda persona presente frente a ti declararé mi amor y desapareceremos.

Es una promesa.

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