Unruhige reise

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El camino era tranquilo, el aeropuerto no estaba tan lejos y el vuelo era largo, maldición me estaba durmiendo.

El celular era mi única entretención, pero una amable señorita me informó que tenía que apagarlo, el vuelo era extenso y justo cuando la luz roja se encendió indicando que tenía que abrochar mi cinturón me di cuenta de que tenía ganas de ir al baño, maldición.

Pero sonreí de forma bobalicona embriagándome en mis recientes recuerdos dulces y preocupaciones pérdidas.

Porque ahora mis mayores problemas se resumían en tener que ir al baño y no poder pararme de mi asiento, Yūgi se encontraba a mi lado y pareciera ser que fue el primero en notar aquella incomodidad que me embargaba, fue quien tomo mi mano y la apretó sin algún indicio de soltarla, eso me alivio, alivio toda mi terminal nerviosa y me relajo, pero mi vejiga seguía igual de inquieta.

Al final tuve que esperar para poder ir, sus brillantes irises me distraían y una vez cumplí mi propósito solo quedo la calma de estar a tu lado, mis párpados caen pesados, pero se que dormiré tranquilo estando a tu lado.

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