La Utopía De Mis Pensamientos

Oso Panda

¿A quién no le gusta la ternura, la paciencia, el cariño, la nobleza y la gentileza de un oso panda?.

Cuando me cambiaron por segunda vez de colegio, por lo que me habían hecho esas niñas en el colegio de sólo mujeres; fue a mitad de mi noveno grado. Yo llegué muy callada, pero dispuesta a cambiar de perspectiva de vida.

Estudié 9 años en un colegio público, donde no pagaba absolutamente nada, donde lo único de lo que me tenía que preocupar, era de $100 cada dos días a la semana, para comprar una guía de inglés con la profesora Zulima Páez.

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Papá: ¿por qué me dejaste esa carta en el bolsillo de mi pantalón?

- ¡Ya no quiero estar más en ese colegio papá!

Papá: ¿pero que pasó? ¿qué te hicieron?

- Mira los morados que tengo en todo mi cuerpo, ellas me golpearon.

Papá: Tenemos que hacer algo al respecto.

- Inscríbeme otra vez en mi anterior colegio porfavor.

Papá: ¿luego no me dices que ese colegio es muy malo?

- ¡Si, lo es!. Pero es para que ya no gastes más dinero del que has gastado en ese colegio de monjas.

Papá: no importa, yo quiero la mejor educación para ti.

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Existen colegios muy costosos. Mi mamá me había dicho todo lo que tuvieron que pagar en el nuevo colegio y me dio hasta tristeza de saber que mi papá tenía que responder por la universidad de mis hermanos Jenny y Edwin, por el diario de mi mamá y por mi estudio también. Lo bueno es que mi hermano mayor ya no estaba estudiando, Dany ya se había graduado del Sena.

Después de la semana de recuperación de mitad de año, llegué al salón de 903 y me hicieron sentar al frente. El director Don Elkin me dijo que era el mejor curso de noveno, que por eso iba a ser mi nuevo salón.

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Hola, ¿cómo te llamas?.

- Hola, me llamo Gineth Andrea, ¿y tú?.

Mi nombre es Alicia. También soy nueva, pero pues yo entré a principio de año.

- ¡Oh que bien!.

¿Quieres sentarte con nosotras?

- Si claro, gracias.

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Que bello es cuando a uno lo reciben gratamente en un lugar nuevo. Estuve en el grupo de Alicia Weber y Laura Vargas, conocí a muchos chicos nuevos. A Nilson Pontón, a Edison Toledo, a Santiago Pérez. Y poco a poco fui conociendo a más amigos, a Ana María Ramos, a Laura Laiton, a Natalia Garzón; ellas siempre han sido unas personas divinas.

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¿Quién es esa niña?

Ella es la niña nueva.

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Recuerdo muy bien el día que llegó una niña de la que me hablaban tanto. Me decían que se llamaba Kelly Vargas, que era muy divertida pero que no se me fuera a  ocurrir sacarle el mal genio; y cuando llegó fue muy chistoso, ella me miró muy mal.

La amistad para mi siempre ha sido un tesoro. Se que existe mucha gente hipócrita y que hay traiciones entre supuestos amigos; pero eso pasa cuando no se sabe elegir a las personas correctas.

Kelly es una chica admirable, divertida, extrovertida, sincera, frentera, tierna, a veces consentida, a veces bipolar, otras veces loca. Aunque tiene sus humores que pueden dar hasta miedo, estoy segura de que la he llegado a querer mas que a mi misma.

Ella y yo nos separamos de Laura Vargas, porque ella si es hipócrita. Le preguntamos a Alicia que si quería irse con nosotras, pero ella prefirió quedarse con ella. Entonces conocí a Valentina Duarte, una chica dulce, tierna y gentil; desde ahí nos volvimos las 3 super amigas.

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-Yo soy bisexual.

Kelly: ¿enserio? ¿y eso por qué?

- Pues creo que fue por lo que me pasó a los 5 años.

Kelly: ¡Ay mi guarito!, lo siento mucho. Pero no soy quien para juzgarte.

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Aun me dicen guaro o guarito; y no es porque me guste mucho el guaro. Me acuerdo mucho de ese apodo, el profe Nestor de sociales y democracia me empezó a decir así porque mi apellido es Guarín. Aún me dicen así, sobre todo Kelly; ella me ha apoyado  demasiado en todo.

Cuando le dije sobre mi orientación sexual, ella no dudó ni un minuto en apoyarme; y me contó muchas cosas de ella también, así que nos apoyamos firmemente y mutuamente.

Quizás eso es lo que me hacía falta, una voz que me apoyara, un abrazo que me motivara, una sonrisa que me alegrára la vida.

Sin tener que ponerle etiquetas a nuestra amistad, Kelly parece y parecerá siempre mi hermana de alma y no de sangre.

"Aprovecha y aprende un poco de todo, sobre todo de lo malo. Que lo bueno tarda en llegar".

Me sentí como un Oso Panda, noble, gentíl, tierno y querido por los demás. Y entonces supe que estaba andando por buen camino, por el camino de la lucha, de la esperanza. Así que opté por evitar tropezar con tantos obstáculos.