Capítulo 7

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Edmund

- sientate conmigo Maggie - ella titubeo un momento pero luego cedió y se sentó en la mecedora que estaba junto a la mía - ¿sabes, desde hace 7 años, no pasaba una noche en este rancho, sin ver este cielo tan estrellado...

- ¿por qué no volviste? - suspiré.

- ya no era lo mismo sin mamá - me recosté en la silla y aprecié el cielo estrellado.

- yo no puedo decirte lo que se siente, sabes que mamá murió cuando nací - cerré lo ojos.

- lo siento Maggie - ella me miró y se encogió de hombros.

- mi madre fue tía Luisa, la madre de Eza - me puse de pie y me acerqué a aquel porche.

- sabes sólo faltan mis padres y nuestro perro Duque - Maggie se hizo junto a mi, hasta mis fosas nasales llegaba su delicioso olor.

- ¿cuánto tiempo estarás en el rancho? - frunci el ceño.

- ¿te molesta mi presencia? - realmente me sentía incómodo al saber que no era grato para ella.

- no seas tonto Edmund, te lo pregunto por mi vecino John, su perrita tendrá cachorritos, podemos adoptar uno.

Me quedé en silencio al entender las palabras de Maggie, ella sin darse cuenta se había referido a nosotros como pareja,adoptar un cachorro era una responsabilidad, aclaré mi garganta.

- claro que si Maggie, habla con el vecino y pídele un cachorrito.

Maggie sonrió.

- mañana mismo - se recostó en uno de los pilares del porche y se abrazo a sí misma, me quité el  saco y me acerqué a ella para ponerla sobre sus hombros, esperaba que Maggie me diera un golpe por haberme atrevido a tocarla pero ella solo cerró más mi saco sobre sus hombros.

Me sentía mejor al saber que por un rato había paz entre nosotros.

Las luces de un auto acabaron con nuestra paz, por que Maggie se enderezó y rápidamente se quitó el saco y me lo pasó.

- ¿pasa algo? - la miré acercarse a la puerta rápidamente.

Maggie no respondió, su semblante ahora era de felicidad.Cuando el ocupante del vehículo bajó, mi cuerpo se llenó de rabia. ¿que hacia ese tipo en mi casa?

Maggie bajo rápidamente los escalones para salir a su encuentro. Apreté fuerte la baranda de madera, mis nudillos se habían puesto blancos. Maggie se había olvidado que yo existía...nuestro momento de paz se había esfumado por el tipo.

Ambos conversaron un momento que me pareció una eternidad. Luego subieron las escaleras y se dirigieron a la sala, Maggie no miró a ningún lado, estaba concentrada en su visita que se olvidó que yo existía. ¿qué se debía hacer en estos casos? ¿sacar un poco de orgullo, erguir el pecho y pasar junto a ellos como si eran dos desconocidos?

Pasé mi mano por el pelo, compuse mi saco que conservaba el perfume de Maggie y aclaré mi garganta,no demostraria que me sentía de la patada, mi esposa literalmente se olvidaba que yo existía cuando ese hombre aparecía, irme no era opción, sabía lo que pasaría al estar lejos de ella ,aunque podía pedirle a Iván que me atara a la cama, y si gritaba como un loco por verla que me sedara.

Avancé poco a poco, la entrada a la casa  para mi, en esté momento era como la entrada a la boca de un tiburón,  no sabia si soportaría ver a ese tipo, comiéndose a Maggie es que no era un beso...él le sacaba las amígdalas y ella lo disfrutaba.

Ya sabia lo que haría, caminaria hacia mi habitación como los caballos sin ver a derecha o izquierda sería con la mirada dirigida hacia las escaleras.

Cuando entré la risa de Maggie inundaba el lugar y el imbécil... debía estar con una gran sonrisa.

El teléfono de la casa retumbó, rasque mi nuca, y seguí avanzando hacia las escaleras, sentía que esas malditas escaleras estaban a mil kilómetros, la risa de felicidad de Maggie me tenia furioso...

- Señor Duncan - me detuve y me giré para ver a Amaranta, Maggie me la había presentado en la cena - tiene una llamada - mágicas palabras la risa de Maggie cesó.

- ¿Quién es?

- una señorita llamada Francia - mi mirada se enfocó en que Maggie tenía sujeta la mano del tipo entre las suyas...para mi fue como si hubieran movido una tela rojo en la cara de un toro. Había terminado con Francia pero en este momento la atenderia, la dichosa maldición hacia excepción de personas, yo no deje que Francia me pusiera las manos encima por que sentía que le era infiel, ¿y ella? Felizmente de la mano con el otro tipo, con un tipo de amnesia selectiva...olvidarse del esposo cuando aperacia el idiota.

Tomé el teléfono y subí a mi habitación,  con furia tiré la puerta de mi cuarto pero está no quedo bien cerrado,

- Ed - rodé los ojos al escuchar su voz chillona - no puedo estar sin ti.

- Francia, es cuestión de tiempo, pero lo superarias más rápido si no me buscas - me quité los zapatos y desabotone mi camisa.

_ iré a ese pueblo, podemos ir a terapia de pareja y superar está crisis.

- Francia, no es correcto que vengas a este pueblo... - ella comenzó a llorar a través de la linea - calmate Francia, no quiero escucharte llorar.

- acepta verme Ed, si no lo haces, moriré y será tu culpa - palidecí ante sus palabras, era una mujer impulsiva que era capaz.

- cuando regrese a la ciudad te buscaré - solté el aire, tal vez se calmaba aunque no sabia por cuanto tiempo aceptaría mi mentira... honestamente no tenía planes de regresar aún a la ciudad.

Ella pareció calmarse y acabo la llamada, ahora tenía que lidiar con la amenaza que había hecho Francia.

- Vaya me encanta como terminaste tu relación con tu amante.

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Esperó les gusté el capítulo.

Kgerals ❤

Casi Esposa© #Serie 9 Areválos [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora