Eum... ¿Cómo empiezo? ¡Hola diario! No, eso queda muy soso. Querido diario... ¡No! Eso está más que visto. Mi nuevo mejor amigo... Madre mía, eso suena muy antisocial. ¿Sabes qué? Paso de saludarte, eres un diario. No hablas ni respondes a lo que escribo. ¡Eres un libro!
Vale... Después de esta extraña introducción, supongo que tendré que explicar por qué demonios estoy escribiendo un diario con 16 años. ¡Como si no tuviera cosas más importantes que hacer! En fin, mejor empiezo a narrar que a este paso me voy a quedar sin folios escribiendo tonterías.Me llamo Marta Wilson y, como ya dije, tengo 16 años. Voy a un instituto aquí, en Londres.
Se supone que ahora mismo debería estar limpiando mi cuarto o estudiando para algún exámen. Pero no, porque nuestra querida profesora nos ha tenido que poner a mí y a toda mi clase el proyecto MÁS estúpido y sin sentido del mundo. ¡Escribir un diario personal! Y todo porque, según la señorita Matilde, las jóvenes generaciones estamos perdiendo el control de las emociones y la constancia en realizar una tarea diaria. Y, no te lo pierdas, nos soltó todo un discurso sobre lo positivo que era tener un diario en donde expresaras tu verdadero yo y donde pudieras desahogarte para tomar decisiones más tranquilamente. ¡Y todo porque a unas cuantas personas se les olvidó realizar unos ejercicios! Bueno... me incluyo en ese grupo de personas.Verás, diario, es que yo soy un pelín despistada. Y algo torpe. Y quizá la mayoría de veces llego tarde a los sitios, por no decir siempre... ¡Vale, soy un desastre! Pero, piénsalo un momento. ¿Qué culpa tengo yo de que hayan inventado tan buenas distracciones? ¡La verdadera culpa es de los adultos! Es decir, ellos inventaron los teléfonos móviles, los ordenadores, el WhatsApp, la aplicación de Wattpad, a Dylan... ejem, ejem... quiero decir... Arg, ya saqué el tema y supongo que no lo puedo borrar y ya está, principalmente porque estoy escribiendo con bolígrafo y siempre que utilizo el típex termino cargándome todo el trabajo hecho.
En fin, Dylan. Es un chico de mi clase. Es taaaaan guapo, taaaaan divertido y taaaaan popular... Pero, claro, un chico como él nunca se fijaría en una chica como yo, ¿verdad? Es decir, ¡soy la única persona capaz de tropezarse con el aire! No no, un chico tan perfecto como Dylan debe pensar que estoy chiflada. Bueno, él y todo el instituto. Tengo tendencia a hacer el ridículo públicamente... je je je...
¡Ay madre! Acabo de caer en la cuenta de que antes estaba preparando el baño para ducharme, porque tenía que acabar mis deberes antes de escribir aquí, pero se me había olvidado así que decidí ducharme. Pero justo cuando me iba a empezar a deshacerme de mi ropa, me acordé y... ¡Dejé el grifo del agua abierto! Madre mía, mis padres me van a matar...
¡Hasta la próxima, diario!
Ay, no sé ni para qué me despido, si es que sigues siendo un simple montón de hojas pegadas entre sí. Que extraño es todo esto, de verdad. No sé si me podré acostumbrar... ¡El grifo! ¡Que no me puedo entretener!
Bueno, ahora sí que sí. Hasta mañana, por gran desgracia.
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Diario de una torpe
Teen FictionMarta no es gafe. Marta no es rara. Marta no tiene mala suerte. Marta no es torpe. No no, que va... ¡Es mucho peor! Marta es SÚPER gafe. Marta es BASTANTE rara. Marta tiene MUCHÍSIMA mala suerte. Y, por último pero MUY importante, ¡Marta es la torpe...