05-10-2016

243 26 10
                                    

   Hola, maldito proyecto. Sí, por si no se nota, estoy de mal humor. ¡Es que he pasado por una humillación terrible! 

   Verás, ayer por la tarde no me atreví a pedirle a Dylan que fuera mi compañero para el trabajo en parejas. Es normal, ¡estaba nerviosísima! Me iba a acercar a él esta mañana para pedírselo. Por alguna razón me levanté más motivada que ayer, aunque también con una extraña sensación de que algo iba a salir mal. Bueno, todos los días de mi vida algo sale mal, estoy acostumbrada.

   En fin, me acerque a Dylan decidida. Estaba con todo el grupo de chicos populares del curso. Ahora que lo pienso, eso es una estupidez. ¡Ni que siguieran en secundaria! Pero bueno, él sigue siendo mi amor secreto. ¡No lo puedo evitar! No es mi culpa, es por las hormonas, ¿vale? Puff, necesito que me alejen de Connor...

   A ver, que me salgo del tema. Bueno, yo iba caminando, y debía estar muy nerviosa y distraída, porque tropecé conmigo misma y caí al suelo de culo. ¡Justo en frente de Dylan y sus amigos! Todos comenzaron a reírse. ¡Sobretodo Dylan!

   "Vaya vaya, mirad a quién tenemos aquí. ¡Martita pies de goma!" Dijo... ¡¿Dylan?!

   No me puedo creer que Dylan haya dicho aquello. ¿Y ese es el chico que me gusta? Que mal gusto, Marta. Madre mía, acababa de empezar prácticamente el curso y ya tenía mi propio apodo. Con el orgullo por los suelos, literalmente, porque estaba en el suelo, jajajaja. Que triste, Marta. Bueno, me levanté y miré a Dylan a los ojos. A esos preciosos ojos... ¡No, Marta! Concéntrate.

   "Mira, Dylan, me llamo Marta Wilson. Así que no te inventes apodos para mí." Dije tratando de mantenerme fuerte.

   "Uy, perdone usted, señorita Torpe Wilson." Respondió él.

   "Lo que tu digas. Y ahora, si me disculpais, tengo que ir a solucionar un problema de... Eum... Un problema muy importante con Lauren." Dije yo como excusa para marcharme mientras los demás seguían riéndose de mi estrepitosa caída.

   Pero la situación empeoró cuando me dispuse a irme. Escuché risas aún más fuertes, así que me giré para averiguar que es lo que ocurría. Vi mis cosas en el suelo y pensé que se reían porque me iba a ir sin recogerlas. Me acerque y me agaché sin comprender por qué les hacía tanta gracia. Pero al hacerlo escuché un "¡TRASH!" que no inspiraba ni un poco de confianza. La gente se reía cada vez más. Creo que parecía un tomate andante. ¡Debía estar coloradísima! Me levanté con las cosas aún en el suelo.

   "¡Bonita ropa interior!" Exclamó Karla muerta de la risa.

   ¡Se me había roto el pantalón con la caída! Que vergüenza... Empecé a buscar desesperadamente algo con lo que tapar la apertura, pero no encontraba nada. ¡¿Dónde demonios está mi chaqueta cuando la necesito de verdad?! Entonces, sentí como unos brazos me rodeaban y, al instante, alguien me había atado sin que me diera cuenta una chaqueta alrededor de la cintura tapando así la apertura.

   "Hey, dejadla en paz. Esto le podría pasar a cualquiera, el suelo está resbaladizo." Dijo una voz a mis espaldas.

   No podía identificar la voz, en aquel momento estaba demasiado aturdida y avergonzada como para pensar en algo. ¡Y mucho menos en alguien!

   "Pero, ¡fijaos! El mayor pervertido del mundo es el que se las va a dar de héroe con Martita." Habló Dylan una vez más, llamándome Martita. ¡Que soy Marta, contra!

   ¿Había dicho pervertido? Me giré rápidamente al sentir unas manos sobre mis caderas. ¡Era Connor! Me separé algo sobresaltada. ¡A saber qué pensaba hacer!

   "Espera ahí." Dijo él para luego recoger mi mochila y mis cuadernos mientras yo lo miraba aún sonrojada por la vergüenza.

   Ya no se escuchaban risas, solo los susurros de todos a nuestro alrededor. Cuando Connor terminó, se levantó y me cogió de la mano. Yo no reaccioné, estaba completamente en shock. ¡Todo había pasado muy rápido! Simplemente me dejé llevar. Mis sentidos se reactivaron cuando me di cuenta de a dónde me estaba llevando Connor... ¡Al baño de chicos!
Entramos y a mí se me venían millones de ideas sobre qué pretendía hacer. Empecé a forcejear para que me soltara.

   "¿Qué haces?" Me preguntó él mirándome a los ojos. Estaba demasiado cerca.

   "Eso mismo te iba a preguntar yo a tí." Le respondí.

   "Yo trato de ayudarte. Pero si quieres puedes volver con una raja en el pantalón y dejar que aquellos se sigan riendo de tí." Me dijo él.

   Me quedé callada. ¿Él me quería ayudar? Que extraño, no es que me deba ningún favor.

   "¿Y cómo me vas a ayudar?" Le pregunté confundida. "¿Me vas a dar tus pantalones?" Añadí sarcástica.

   "Exactamente." Respondió tranquilamente él.

   ¡¿Qué acababa de decirme?! ¡Ahora SÍ que estaba nerviosa! Y no se me pasó para nada cuando comenzó a rebuscar algo en su mochila.

   "Tranquilízate." Me dijo notando mi nerviosismo y sacando unos... ¿Pantalones de su mochila? "Toma, ponte estos." Añadió extendiéndomelos.

   Yo los cogí insegura. Claro, me iba a dar sus pantalones, pero no especificó cuales. ¡Qué iba a saber yo de que este chico se trae recambios de ropa a clase!

   "Creo que paso de preguntar por qué tienes una muda en la mochila..."

   "¡Ah! Es que después de clases voy a ir a visitar a mi tía, y pues quería ir un poco más arreglado." Dijo para luego señalar su ropa descuidada y combinada al azar.

   Reí al verlo así vestido. ¿Quería ir arreglado? Pues seguro que estaba super diferente, siempre le veo vestido como un vagabundo.

   "Gracias." Dije casi en un murmuro.

   "De nada." Respondió y se quedó allí, mirándome, frente a frente.

   "Eum... Creo que me voy a cambiar ya..."

   "Vale." Dijo y permaneció allí.

   "¿No... Te vas a ir?" Pregunté nerviosa de nuevo.

   "Pues no, porque estamos en los pasillos del baño. ¿No prefieres cambiarte dentro de un cubículo?" Preguntó divertido.

   "¡Ah, claro! Vaya despiste, je je je." Dije y, inmediatamente, me metí en uno de los cubículos y pasé el pestillo.

   Y ahora mismo estoy escribiendo esto desde el cubículo del baño de los chicos, con Connor esperando fuera. Creo que será mejor si lo dejo aquí por hoy. ¡Espero que mañana ya nadie se acuerde de mi caída de antes!

 ¡Espero que mañana ya nadie se acuerde de mi caída de antes!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Diario de una torpeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora