Un día de un año de un mes

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   Ya no sé ni en qué día vivo y me da pereza levantarme para mirar el calendario. Tengo sueño, frío, hambre... No tengo dinero, WiFi, cobertura... ¡Necesito que me saquen de aquí!

   En todas las películas pintan el cuarto del conserje como un lugar perfecto para esconderse cuando la sociedad está de pesada, queriendo amargarte la vida. ¡Pero no! Es un sitio horrible, lleno de polvo, con muchas escobas. ¿Por qué hay tantas escobas? ¿Por si se les rompe una? Yo que sé.

   Esta mañana, al llegar al instituto, me encontré con la mejor de las sorpresas. ¡Lauren ha vuelto! Dice que se encuentra muchísimo mejor y que no soportaba estar encerrada ni un segundo más en su cuarto. Se excusó diciéndome que tenía miedo de que la sustituyeran en el equipo de baloncesto del instituto, pero en el fondo, echaba de menos a León, yo lo sé.

"Y, ¿qué tal vas con Dylan? Quiero que me pongas al día de todo" me decía mi amiga mientras nos dirigíamos a nuestras taquillas.

"¿Dylan? Llevo días sin hablarle" respondí con cansancio. Tengo sueño, dormí poco anoche.

"¿No teníais que hacer un trabajo? ¿Cuándo pensáis quedar para hacerlo?" inquirió ella, abriendo su taquilla.

"Ni idea".

"¿Y si vais hoy a la biblioteca?"

"No, paso, odio ese sitio" respondí. No solo porque ayer nos castigaran a Connor y a mí allí, sino porque hace frío y lo único de lo que tengo ganas es de coger una manta y enrollarme en ella, normal, ya estamos en Octubre. Creo...

"¿Y si os veis en la hora de comer?"

"¡Ja! ¿Y perderme la pizza que sirven hoy en la cafetería? No me hagas reír" respondí sarcástica, solo ponen pizza una vez cada 100 años, no estoy exagerando. ¿Mencioné ya que tengo hambre?

"¡Te quejas por todo, Marta!" exclamó mi mejor amiga, cerrando con fuerza su taquilla.

"Es que estoy hasta las narices de todo, ¿por qué tengo que hacer un trabajo? Pierdo tiempo libre, ¡mi preciado tiempo libre! ¿Por qué tengo que ser yo la que le diga a Dylan dónde hacer el trabajo?"

"Pues porque él no te va a dirigir la palabra, porque el trabajo se las suda".

   Sus palabras me dolieron. ¿De verdad mi Dylan no piensa hablarme a menos que sea porque algo le interesa? Y encima no es el caso... Pero Lauren quizá tenga razón, a fin de cuentas, tengo también que poner de mi parte para que Dylan note mi mera existencia.

   Por cierto, ¿dije ya por qué estoy aquí? Es decir, en el cuarto del conserje. Creo que no, así que te contaré. Lauren me motivó con sus palabras para que le dirigiera la palabra a mi amor platónico. Le dije que iba a dar una vuelta pata buscarlo, pero en verdad me he metido aquí porque entré en pánico. ¡¿Hablar YO con Dylan?! No quisiera caer en el típico cliché de la chica que no se atreve a hablar con el popular de la clase, pero... ¿Y si me tropiezo delante de él, me caigo sobre el cubo de la basura de culo y al levantarme se me queda atascado y tengo que caminar como un cangrejo por el resto de mi vida? Y eso es solo una de las millones de ideas que se me pasan por la cabeza que me podrían ocurrir frente a Dylan. Bueno, frente a Dylan o frente a cualquier otra persona del mundo. La cuestión es que voy a hacer el ridículo, y no estoy a favor de eso.

   ¡Oh no! Estoy escuchando la voz de Lauren, me está buscando. ¿Habrá adivinado mi plan? Porras, odio que Lauren me conozca tan bien, ahora mismo preferiría que volviera a su casa. Ojo, pero yo no le deseo ningún mal a mi amiga, eso que quede claro. Tan solo, no es el mejor momento para que me haga tener un arranque de valentía.

"¡Marta, abre la puerta! Sé que estás ahí" dice mi amiga a la puerta del minicuarto en el que estoy escondida.

   Adiós, diario. Ya hablaremos luego, si es que salgo viva de esto... ¡Hablaré con Dylan y trataré de no morir en el intento! Y si al final sí muero, bueno, espero que nadie te lea o me avergonzaré de por vida... bueno, de por muerte. ¡Lauren, te dejo a ti todas mis pertenencias! Menos la camisa de Connor, eso quiero que lo quemes, buena amiga.



   ¡AAAAAAH! ¡Diario! ¡Diario! ¡Diiiiaaaariiiioooo! ¡He quedado con Dylan! ¡Con MI Dylan! Adoro a Lauren, es la mejor. Espera, deja que me tranquilice y termine por creerme esto, antes de contártelo.

   Cuando salí del cuarto del conserje, Lauren me dio una charla eteeerrrrena sobre valentía y autoestima. Algo típico en ella. En fin, al lado nuestro pasaron León y... ¡Dylan! Lauren comenzó a hablar con ellos, agarrándome del brazo por si pensaba echarme a correr, aunque yo se lo agradecí, capaz me desmayaba allí mismo. O me caía. O me tropezaba. O me abducían los aliens. ¡O cualquier cosa que me hiciera quedar como una idiota frente a mi chico! Aunque... aún no es oficialmente MI chico. Pero lo será, ya lo verás.

   A lo que quiero llegar es que quedé con Dylan para ir mañana, después del colegio, a su casa a hacer el trabajo. ¿No es genial? ¡Estoy tan emocionada! Bueno, diario, ya te lo contaré todo. ¡No quepo en mí!

 ¡No quepo en mí!

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Diario de una torpeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora