19-10-2016

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   Hola, diario. Ahora mismo estoy escribiendo tumbada en mi cuarto, con mi pijama azul con dónuts rosas. Tengo muchísimas cosas que contarte del día de hoy. Y sí, hoy sí era miércoles.

   El día en el instituto fue como uno cualquiera, lo realmente importante fue lo que acordamos Lauren, Blair y yo al salir de clase. Iríamos a comprar esta tarde todo lo necesario para la excursión del jueves-viernes. Juntas. Sonaba divertido, ¿verdad? Y tanto que lo fue.

   La madre de Lauren nos llevó a mí y a ella al Westfield Stratford City y, allí, nos encontramos con Blair. Entramos a todas las tiendas que vimos pero solo conseguimos alguna que otra prenda para cada una, realmente los precios eran elevados para mi triste paga. Tomamos un taxi tras eso y nos marchamos al Camdem Market. Sinceramente, nunca había ido y me sorprendió el ambiente y la cantidad de turistas con estilos diferentes que había allí. Nos paramos en un establecimiento de ropa de estilo gótico, siguiendo el consejo de Lauren sobre que el negro es un color muy deportivo y que además favorecía a la figura femenina, según agregó Blair. De allí sí que salimos cargadas de bolsas hasta las cejas.

   "¡Ey, hola!" saludó Blair de forma enérgica a una figura a un lado de la calle.

   "Eum... Hola" respondió una chica que se giró hacia nosotras, mientras enroscaba su cabello rojizo en uno de sus dedos.

   "Hola, Ruby" saludamos Lauren y yo a la vez a la chica, que nos devolvió el acto con una sonrisa de boca cerrada.

   "No esperábamos verte aquí, bueno, la verdad es que sí. Siempre vienes aquí a comprar y creí que podríamos encontrarte. Será mucho más divertido si estamos las cuatro juntas" comentó Blair con una sonrisa. Sé que sus intenciones son buenas, pero aquello realmente sonó algo... acosador. Aún así nos hizo sonreír su inocente entusiasmo.

   "No es una mala idea" la apoyé, observando a Ruby. "¿Te apetece venir con nosotras a tomar algo?".

   Nos observó con cierto aire misterioso y tímido a la vez. Luego, una sonrisa se formó en su rostro que se contagió a las demás cuando la vimos asentir con la cabeza. Aquella tarde prometía muchas cosas.

   "Venga, invito yo" propuso Lauren con el mismo ánimo que Blair al hablar anteriormente. "Porque si invita Marta, lo más probable es que la comida esté pasada, que nos echen del local y que alguna acabe encontrando un bicho muerto en medio de la comida".

   Ok, su comentario ya no me hizo tanta gracia. Bueno... ¿A quién quiero engañar? Todas nos echamos a reír, incluyéndome. Lauren tiene esa facilidad para convertir un insulto en una forma cariñosa de decirme lo desastre que soy, pero sé que su intención es crear buen ambiente en lugar de molestarme.

   Todo nos fue de perlas. Yo tan solo me tropecé como unas cinco veces en toda la tarde y solo me caí una vez de mi silla en el restaurante de comida rápida al que fuimos.

   "Chicas, ahora vuelvo, me hago pis" dije, levantándome de la mesa y encaminándome a los servicios.

   Pero, claro, mi suerte tenía que hacer de las suyas una vez más. Mi recorrido se vio bruscamente interrumpido cuando choqué contra alguien al doblar la esquina para adentrarme en el pasillo que llevaba a los baños.

   "Disculpe" murmuré, frotando levemente mi nariz que había salido algo dañada del repentino encuentro.

   "¿Marta? Ey, Martita".

   Oh, oh... eso no era buena señal. Instintivamente, levanté la vista hacia el sujeto contra el cuál me había chocado. No podía ser. Me congelé, no era capaz de alejarme de él, como si un campo de fuerza magnética me atrajera hacia él como un imán. Dylan.

Diario de una torpeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora