Capítulo 3

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"Todo gran trabajo es preparado como para que suceda por accidente"

-Sidney Lumet

Bruno la levantó del suelo y salió del lugar, evitó hacer ruido para no despertar al guardia de la entrada, que yacía dormido, otra vez. Llevaba a la joven bióloga entre sus brazos y pensó llevarla a su apartamento pero tenía una herida en la cabeza y una quemadura que necesitaba ser atendida por un médico, además "sería demasiado perturbador despertar en casa de un desconocido después de haber tenido un accidente" pensó él. Decidió llamar a emergencias pero su celular no tenía señal, la explosión de la máquina pudo haber dañado el servicio.

No tuvo otra opción que despertar al corrupto guardia para que por radio llamara a una ambulancia, una patrulla llegó siguiendo a la ambulancia y al llegar al lugar la estabilizaron y la subieron al hospital. Él la acompaño hasta el hospital. Lo dejaron ir ya que era la única persona que estaba ahí. Subió en la ambulancia y algo bueno salió de esto, había cumplido una ilusión que tenía de niño, viajar en una ambulancia.

Estuvo en la sala de espera por varias horas y se quedó dormido hasta que dos oficiales de la policía lo despertaron.

- Hay alguien que quiere hablar con usted- dijo el oficial más delgado, estaba muy pálido parecía que había visto un fantasma-quieren hablar sobre lo sucedido.

- Es necesaria su presencia en este momento, lo esperan en la entrada de esta sala- dijo apuntando hacia la puerta.

Ambos policías se retiraron y no dieron tiempo para responder las preguntas que Bruno tenía. Decidió salir con un poco de temor, finalmente el quería ayudar y tal vez la persona que lo esperaba podría ayudar más de lo que él había hecho hasta ahora. Al salir de la habitación se topó con un hombre trajeado, más bajo que él, tez blanca y una barba oscura que cubría la mayor parte de su rostro.

-Mi nombre es Alan- dijo con un acento extraño mientras le extendía su mano a Bruno- trabajo para EXO Corp.

-Bruno...- contestó mientras estrechaba la mano del hombre.

-Sabemos muy bien quien es usted señor Vega. Iré directo al grano, usted es el único testigo de lo que ocurrió ahí, los archivos de vigilancia están dañados y necesitamos saber qué fue lo que ocurrió ahí dentro, además la computadora personal del señor Alcalá no estaba y sabemos por los videos que entró con ella...

-¿Necesitamos saber?- preguntó desconcertado.

-Verá- dijo el hombre mientras limpiaba sus lentes- el nombre de la compañía que represento está en juego, no nos queremos ver envueltos en un escándalo de un experimento que financiamos que tuvo un resultado catastrófico.

-No sé lo que pasó y es probable que lo que yo le pueda decir ya lo sepa usted.

-Necesitamos de su cooperación, realmente la necesitamos- dijo mientras se ponía otra vez sus lentes y ponía una mano sobre su hombro- si recuerda algo más "que yo no sepa" llámeme.

-Lo haré señor- dijo mientras recibía la tarjeta que le entregaba el representante- solo... quisiera saber una cosa...

- Dígame.

-¿Sabe algo del paradero de los hombres que estaban en el laboratorio a la hora de la explosión?

-Lamentablemente no, es nuestra prioridad saberlo y en cuanto tenga noticias de ello lo contactaré- concluyó Alan con un guiño y se marchó.

Regresó a la sala de espera y una enfermera se dirigió hacia donde estaba y le indico que Isabella había despertado y que quería hablar con él. Al entrar en la habitación sintió como se obscurecía todo, veía el rostro triste de la mujer en la cama, una venda cubría su cabeza y un parche de algún material extraño estaba en la zona de la quemadura. Se sorprendió al verla en esas condiciones, aunque no la conocía se sintió conmovido por la situación y evitó que algunas lágrimas salieran de sus ojos.

-Hola- dijo él tímido.

-Hola...- respondió ella con debilidad- gracias por haberme ayudado.

-No hay de que, no podía dejarte ahí, eso no va conmigo- contestó él con las manos en los bolsillos mientras se balanceaba un poco por los nervios que sentía.

-De verdad gracias...- dijo ella mientras giraba su cabeza a la ventana- ¿puedo pedirte algo más?

-Claro, lo que necesites.

-Necesito que contactes a mi hermano... está en Toluca en una reunión de negocios, pero sé que vendrá por mi, en mi celular está su número.

-No es tan común que una chica te deje revisar su celular en la primera cita- dijo él para aliviar la tensión en el ambiente y ella sonrió débilmente.

Sacó el celular de su bolsa de la bata rota, no le quedaba mucha batería y buscó el número.

-Su nombre es Alexander.

Después de marcar el número se escuchó una voz al otro lado de la línea.

-Disculpe la interrupción señor Cruz, se preguntará por qué le estoy llamando y por qué tengo el celular de su hermana, pero verá, ella se encuentra en el hospital Juárez, tuvo un accidente y está algo débil, me pidió que lo contactara y...

-Voy para allá- dijo Alexander y colgó.

-Que raro- dijo Bruno mientras veía con desconcierto el teléfono.

-Gracias- contestó ella.

-¿Puedo preguntar algo?- dijo él recordando las palabras del hombre con el que había hablado antes.

-Dime...- dijo ella débilmente.

-¿Qué fue lo que pasó?

-No lo sé, solo recuerdo que estaba en mi laboratorio, luego recuerdo el sonido de una explosión, luego un zumbido, luego todo negro por último tu cara mientras estaba en el suelo.

-Bueno... espero que mejores pronto- contestó el y se despidió.

Bruno tenía la ventaja de que el hospital estuviera solo a unos minutos de su casa, decidió irse, tomar un baño y regresar después al hospital.

A Espaldas de GigantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora