Capítulo 4

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"Vivir es desviarnos incesantemente. De tal manera nos desviamos, que la confusión nos impide saber que nos estamos desviando"

-Franz Kafka

Aún con el dolor de cabeza Esdras se levantó de su cama, se frotó los ojos y fue al baño. Al verse en el espejo se sorprendió de no tener marca alguna en su cuerpo de lo que había pasado en el laboratorio. Escuchó una voz femenina que le resultaba extrañamente familiar, parecía venir de la cocina.

Se lavó la cara y se dirigió a la cocina, le sorprendió no ver a nadie ahí, buscó en la cocina y le sorprendió no ver a nadie ahí, buscó en la sala, en el otro cuarto y nada; su casa estaba vacía, él, sus pensamientos y las voces que escuchaba eran quien habitaban el lugar. Si algo temía era el volverse loco, pero pensó que solo sería un efecto secundario de lo que había pasado.

Se recostó en el sofá y se quedó dormido después de unos minutos. Una hora después llego Amir con Mon, su esposa. Llevaban varios años de conocerse y se hicieron novios en la Universidad. Para ser un hombre de ciencia, Amir creía en el amor y le hacía ilusión tener una familia, tener una vida plena y ser feliz, después de todo, la vida no es solo ciencia y trabajo.

Esdras los admiraba y los quería bastante, incluso fue padrino de anillos el día de su boda, una ceremonia sencilla en una iglesia en el centro de la ciudad, nada extravagante ni muchos invitados. Solo una genuina representación de lo que el amor puede hacer en dos personas.

Al escuchar que se abría la puerta Esdras despertó y sintió alivio al verlos entrar, traían consigo una bolsa con algo de comida, la pareja quedó boquiabierta al ver a Esdras en el sillón y corrieron a abrazarlo.

-¡Santo cielo, pensamos que no despertarías!

-¿Qué pudo haber pasado en una noche Mon?

-Amigo- dijo Amir colocando su mano en el hombro de su amigo- han pasado nueve días desde el accidente.

-Dime que es una broma.

-Desafortunadamente no lo es

-Todo es demasiado confuso- dijo Esdras mientras se frotaba las sienes- me siento frustrado y tengo demasiadas preguntas. ¿Qué pasó con la máquina?, ¿Cómo saliste de ahí?, ¿Cómo salimos de ahí?, ¿Cómo rayos fue que...?

-Calma, te contaré lo que pasó en tu ausencia- se acomodaron los tres en el sofá y Amir comenzó a hablar

"Cuando ocurrió la explosión, después de unos minutos, creo, desperté y todo estaba hecho pedazos, tú estabas tirado en el suelo con una herida en la cabeza, por un momento pensé que estabas muerto, tu respiración era débil y yo estaba demasiado confundido.

De la nada aparecí en mi sala, eso aumentó mi confusión, pensé que era una alucinación pero era demasiado real, y me sentí desesperado, no podía dejarte ahí medio muerto y quería regresar pero no podía de la forma en que había llegado a casa, si tomaba un taxi o algo probablemente sería demasiado tarde, lo intenté y lo intenté pero no pasó nada, salí al balcón del apartamento y con desesperación grité y de la nada ya estaba de vuelta en el laboratorio.

Una vez de regreso en el laboratorio esperaba verte despierto pero seguías tirado como una plasta, tomé mi laptop y me di cuenta de que había más energía de cuando me fui y fue raro... moví los libros que te cubrían y como pude te arrastré a la puerta, ya sé que soy fuerte pero que comparas 54Kg a 85Kg.

Me concentré y me "transporté" a tu casa, te tumbé en la cama y me recosté en el sofá, estaba agotado física y mentalmente, no se si fue la adrenalina o que pero eso pasó esa noche.

A la mañana siguiente fui a ver si estabas despierto y no, tomé tus llaves y me fui a reportar con mi señora. Eran las 10:00 de la mañana cuando llegue con Moni y le expliqué lo sucedido, al principio me tomó como loco y estaba algo molesta conmigo, pero finalmente lo comprendió todo. Es por eso una de las razones por la cual la amo. Intenté mostrarle esa cosa rara de la transportación y no pasó nada, me frustré un poco y pensé que fue solo una alucinación y que lo que realmente pasó solo vivir clavado en mi subconsciente, decidí tomar una ducha y ahí pasó nuevamente.

Yo... desnudo... justo a la mitad de la calle...

Corrí hacia el edificio y antes de entrar al vestíbulo ya estaba frente a mi apartamento. Toqué la puerta y Moni abrió, estaba sorprendida, confundida y se rió de mi...

-Esto es a lo que me refería- le dije.

-¿Así que anoche estabas... desnudo en la calle?

-No... lo que pasa es que...

En ese momento me di la vuelta y cuando giré de nuevo me encontraba en el baño otra vez en la ducha, ella entró y no dije nada.

-Mejor toma rápido ese baño, antes de que salgas otra vez a la calle- dijo ella riendo y salió de la habitación.

Me apuré a tomar el baño y a vestirme. cuando salí ella estaba con las llaves del auto, teníamos que ir a verte. Sabes lo mucho que me gusta manejar pero esta vez ella lo tuvo que hacer, ya sabes, por precauciones. Al llegar a tu casa abrimos la puerta y tu seguías en cama y tras una larga plática decidimos venir a cuidarte.

-¿Qué pasó los demás días?-preguntó Esdras.

-Eso tendré que mostrártelo... he aprendido a controlar este súper poder por así llamarlo pero es peligroso en cierto modo, no te angusties amigo, pronto sabrás mas peor por ahora necesitas reponerte.

-¿Y que pasó con EXO?, me imagino que ya te llamaron.

-Nos han estado buscando pero estamos desaparecidos según esto, vigilan la casa desde hace dos días pero hasta ahora no nos han descubierto, me he encargado de ello.

-Ahora solo tengo una pregunta, ¿Alguna vez pensaste en convertirte en super héroe?

-Es de lo mejor que me ha pasado- contestó Amir con emoción- pero no me llamaría un súper héroe, tengo que llevarte al taller para explicarte otras cosas, pero ahora toma un baño, que apestas.

Esdras hizo caso a su amigo, dentro de él seguía la confusión, la incertidumbre y las voces en su cabeza cada vez eran más fuertes...

A Espaldas de GigantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora